lunes, 30 de junio de 2008

INTELIGENCIA Y RELIGIÓN


Estalló la polémica: Un grupo de investigadores europeos apoya la teoría de que las personas con cociente intelectual alto tienen menos creencias religiosas: inteligencia y religión no van de la mano, afirman. El trabajo está firmado por Richard Lynn, profesor de psicología en la Universidad de Ulster, en Irlanda del Norte, en asociación con Helmuth Nyborg, de la Universidad de Aarhus, Dinamarca, y John Harvey, sin afiliación universitaria. Afirman que, en relación a la población en general, los académicos son menos religiosos o tienden a creer menos en Dios. Será publicado en setiembre en la revista académica Intelligence.
Lynn asegura que únicamente las personas sin inteligencia pueden creer en milagros y en que Dios responderá a sus plegarias.

El estudio se basa en la recopilación de varias investigaciones. Por un lado, dos encuestas: una entre miembros de la Royal Society y otra de los integrantes de la Academia Nacional Norteamericana de Ciencias. La primera concluye que sólo el 3,3% cree en Dios, mientras que el 68,5% de la población general del Reino Unido se autotildó como creyente. En la Academia de EE.UU., sólo el 7% cree en Dios, mientras que en la gente común el porcentaje trepa a 90. También analizaron la media de los CI en 137 países desarrollados y detectaron que las creencias religiosas habían disminuido a medida que la gente se volvía más inteligente. Dividieron los países en dos grupos: el de los CI más bajos (de 64 a 86 puntos), donde apenas el 2% de la población no cree en Dios y el grupo de los CI de 87 a 108 puntos, en los cuales la incredulidad sube al 17%.


Un paradigma de la inteligencia:
Albert Einstein, el científico más importante del siglo XX, es tal vez el ícono más representativo de la teoría que sostiene que las personas con mayor coeficiente intelectual son menos propensas a creer en Dios. En una carta escrita el 3 de enero de 1954 (un año antes de la muerte del físico) y dirigida al filósofo Eric Gutkind, el autor de la teoría de la relatividad escribió: "La palabra Dios es para mí nada más que la expresión y producto de debilidades humanas". El texto, escrito en alemán, reaviva el debate sobre la religiosidad de Einstein. Aunque asumía su judaísmo, en la carta sostenía que la Biblia es una colección de honorables aunque primitivas leyendas que son bastante infantiles. Ninguna interpretación, por sutil que sea, puede cambiar esto para mí.

En el ambiente científico, es bastante natural encontrar opiniones como las de Herbert Hauptman, Nobel de Química en 1985, quien hace unos años declaró al diario The New York Times: "La creencia en lo sobrenatural, especialmente la fe en Dios, no solamente es incompatible con la buena ciencia. Este tipo de creencia es perjudicial para el bienestar de la raza humana".

Y... ¿Qué opinan?

5 comentarios:

fabian darmanin dijo...

me encantó este post¡ Ud. sabe lo q opino.saludos

Aldo Ulises Jarma dijo...

Me alegro que te gustara Fabián.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Opino que no hacen falta estudios estadísticos para demostrar esto, si bien estos estudios generan algo de polémica contra la religión, cosa que viene muy bien porque parece que vamos a volver otra vez a la Edad Media con tanta virgencita, tanto jesusito y tanto milagrito absurdo. Se ve claramente en el día a día que la fe es síntoma de mentes débiles, menos cultas y menos inteligentes.

Anónimo dijo...

Todavía recuerdo con cierta verguenza cuando en ocasión de una lección de Biología, en 2do año del colegio secundario, me encontraba frente a toda la clase exponiendo sobre las teorías del origen de la vida. En determinado momento, la profesora me pregunta con mucha seriedad si estaba de acuerdo con la teoría evolucionista o creacionista. Bastante risueño, imaginándome que se trataba de una broma, le respondo que obviamente creía que la teoría Darwinista explicaba satisfactoriamente el origen del hombre.
Inmediatamente después de eso, mi profesora se despachó con una terrible perorata religiosa sugiriendo cierta "confusión" en mis ideas y cierta "liviandad moral" por parte de mis padres por bindarme una educación tan "libertina". La misma duró alrededor de 20 minutos, con intensidad in crescendo, mientras yo pensaba como esta bruja que cree literalmente que el hombre se creó del barro (y la mujer de una costilla) y que la Tierra tiene unos pocos miles de años podía enseñar Biología.
En fin...

Aldo Ulises Jarma dijo...

Gracias anónimo por tu anécdota. Lo triste es que lo tuyo no es un caso aislado. Muchos (me incluyo) vivimos situaciones parecidas en la adolescencia. Un abrazo.