domingo, 1 de septiembre de 2013

LA SOBERBIA DE LA OFICIALIDAD PORTEÑA


La frase del título no es mía, le pertenece a Hernán Brienza y se encuentra en la página 82 de su libro "Éxodo Jujeño", donde expresa además: "El progresismo de Castelli, sumado a los errores de soberbia, desestabilizaron el equilibrio en el Alto Perú. Las elites locales, que en cierta manera habían pactado con Buenos Aires la conservación de su poder, se sintieron amenazadas por las proclamas del Orador de la Revolución", lo cual se completa con lo que había dicho en página 19: "Obviamente Castelli era demasiado revolucionario, tanto para las elites altoperuanas como para el gobierno porteño. Su principal error no fue no encomendarse a Dios, sino intentar ir más allá de lo que las elites criollas altoperuanas estaban dispuestas a aceptar. Pero, por sobre todas las cosas, creer que la voluntad bastaría para vencer al ejército mejor formado y pertrechado de América".
Un excelente análisis de Brienza acerca de los límites (y errores) del jacobinismo en la América que empezaba a buscar su independencia.
Sin embargo, Brienza (que, en realidad, haría de intérprete de un clima de época) no aprendería nada de la historia cuando allá por octubre de 2012 lanzaba: "El gran desafío de ser Unidos y Organizados" y proclamaba: 
"Desde hace varios lustros, el Justicialismo se ha convertido en poco más que una liga de gobernadores –que recuerda mucho a la experiencia roquista de los años ochenta del siglo XIX–, en la que los ejecutivos provinciales tienen bien engarzados todos los resortes del poder local y se convierten en elementos de la inmovilidad política, económica y social. Salvo algunos pocos ejemplos, el resto de los gobernadores ha decidido alambrar su territorio y llevar adelante una política de acercamiento presupuestario y alejamiento ideológico y político. Uno puede recorrer las provincias y sorprenderse preguntándose  "¿Qué tiene que ver la política nacional kirchnerista con lo que estoy viendo en esta provincia o en este municipio?" 
Tomando conciencia de que la vocación transformadora del kirchnerismo no logra penetrar en muchos rincones del país, uno no puede más que preguntarse: "¿Llega pleno el kirchnerismo a las provincias o llega cansado y sin posibilidad de cambiar la realidad de esos territorios?" Sin hacer un progresismo a la bartola, comprendiendo también las idiosincrasias conservadoras y francamente retardatarias de muchas oligarquías provinciales, es preciso decir que hay que redoblar la apuesta a la batalla cultural en todos los rincones del país, hasta los más alejados" y, por si no quedaba claro para algún lector despistado, remataba Brienza:
"La centralidad de UyO no solamente es necesaria para este presente, sino también en el futuro inmediato y mediato. Una organización propia es fundamental para varias cosas:
1) Semillero de dirigentes a corto, mediano y largo plazo.
2) Control de calidad ideológica en los diferentes territorios.
3) Puja de espacios propios en territorios asociados.
4) Estructuras propias en aquellos territorios hostiles"

Por si no lo entendiste bien, y hablo del éxito de esa política, basta remitirse a la foto de arriba, al título del post y a la experiencia del jacobinismo de Castelli que cita el propio Brienza.

¿Cómo sigue la película? Me encantó un comentario de Vincent Vega (que suele pasar por este blog desde hace años) en este post de Gerardo Fernández, y que reproduzco:

"El panorama está feo, pero hay que decir que la elección todavía no se hizo, y que cuando se haga no habrá mucho cambio a lo que estaba. El problema es a nivel simbólico. El Gobierno tiene todavía tiempo si se decide a moverse tendiendo puentes con potenciales aliados. Cristina es muy inteligente, pero ha roto lanzas con demasiados, y no ha buscado recomponer. No estaría mal que en la mesa chica K hubiera alguien, además de Cristina, que haya ganado alguna vez alguna elección. Ahora si plural, tenemos militancia activa, proyecto y ganas. Falta discusión y espacio para que los que tienen el bastón de mariscal dentro de nosotros empiecen a moverse públicamente. Podemos tener muchos"