lunes, 8 de febrero de 2016

LA FIESTA INOLVIDABLE


Para un equipo del norte del país llegar a primera es un parto y una fiesta por sí misma. Ganarle a un grande ni te cuento.

La diferencia económica entre Racing y Atlético Tucumán es gigante: sólo el pase de Bou vale lo mismo que todo el plantel del decano tucumano... pero el corazón y la garra a veces pueden más.
Y además, ojo que el decano juega bien! Te descuidás un poquito y te la manda a guardar!
En una provincia que transpira fútbol y pasión, la realidad indica que los jugadores que llegaron en los últimos años al equipo de 25 de mayo y Chile después no quieren irse. Quizás el caso más significativo sea el de la figura de ayer: el arquero campeón con Banfield y ex Boca Juniors, el laucha Lucchetti, que encontró en Tucumán su lugar en el mundo.
¿Y el Pulga Rodriguez? Y buehhh... Qué me vas a hablar de amor! Un jugador de la vieja escuela: de los de una sola camiseta. Para que se entienda: el Pulga es el Bochini tucumano: ídolo de dos ascensos a primera, paso fugaz por la selección nacional de Maradona y autor de goles inolvidables a casi todos los grandes argentinos: Boca, River, Independiente...
El pulga sólo dejó Atlético unos cuantos meses para jugar en Newell's Old Boys una temporada. Allí se dio cuenta que no podía vivir lejos de Simoca (localidad tucumana a 50 km de la capital) y se volvió a Atlético y a construirse su casa en la ciudad del Sulky. Y allí sigue... quizás por eso el pulga (como el de Barcelona) es de esos pocos jugadores que todavía entra a la cancha a divertirse y a disfrutar de los partidos. Por eso es peligroso y distinto en este fútbol histérico de ídolos televisivos fugaces.
¡Y allá vamos! A la bombonera! Donde estrellas millonarias sometidas a intensa presión deberán enfrentar a un equipo humilde con jugadores que vivirán el partido de sus vidas. 
¿Y el pulga? Va a divertirse. Te lo firmo.