Les propongo un ejercicio intelectual. Lean este fragmento
sin saber a quien pertenece:
“Con la exclusión
queda afectada en su misma raíz la pertenencia a la sociedad en la que se vive,
pues ya no se está en ella abajo, en la periferia, o sin poder, sino que se
está fuera. Los excluidos no son « explotados » sino desechos, « sobrantes ».
En este contexto, algunos todavía defienden las teorías del «
derrame », que suponen que todo crecimiento económico, favorecido por la
libertad de mercado, logra provocar por sí mismo mayor equidad e inclusión
social en el mundo. Esta opinión, que jamás ha sido confirmada por los hechos,
expresa una confianza burda e ingenua en la bondad de quienes detentan el poder
económico y en los mecanismos sacralizados del sistema económico imperante”
“Mientras las
ganancias de unos pocos crecen exponencialmente, las de la mayoría se quedan
cada vez más lejos del bienestar de esa minoría feliz. Este desequilibrio proviene de ideologías que defienden la autonomía
absoluta de los mercados y la especulación financiera. De ahí que nieguen el
derecho de control de los Estados, encargados de velar por el bien común.
Se instaura una nueva tiranía invisible, a veces virtual, que impone, de forma
unilateral e implacable, sus leyes y sus reglas. Además, la deuda y sus
intereses alejan a los países de las posibilidades viables de su economía y a
los ciudadanos de su poder adquisitivo real”
“Hoy en muchas partes se reclama mayor
seguridad. Pero hasta que no se reviertan la exclusión y la inequidad dentro de
una sociedad y entre los distintos pueblos será imposible erradicar la
violencia. Se acusa de la violencia a los pobres y a los pueblos pobres pero,
sin igualdad de oportunidades, las diversas formas de agresión y de guerra
encontrarán un caldo de cultivo que tarde o temprano provocará su explosión.
Cuando la sociedad —local, nacional o mundial— abandona en la periferia una
parte de sí misma, no habrá programas políticos ni recursos policiales o de
inteligencia que puedan asegurar indefinidamente la tranquilidad. Esto no
sucede solamente porque la inequidad provoca la reacción violenta de los
excluidos del sistema, sino porque el sistema social y económico es injusto en
su raíz.
Es el mal
cristalizado en estructuras sociales injustas, a partir del cual no puede
esperarse un futuro mejor. Estamos lejos
del llamado « fin de la historia », ya que las condiciones de un desarrollo
sostenible y en paz todavía no están adecuadamente planteadas y realizadas”
Lo firmo con las dos manos. ¿Ustedes? Se trata de un
fragmento de la exhortación
apostólica Evangelii gaudium (La alegría del Evangelio), el primer gran documento del Papa Francisco que se dio a conocer hoy.
Aunque el diario El País de España ya recoge eldocumento papal y destaca el párrafo aludido, en estas pampas diarios como La Nación y Clarín todavía no
se dan por enterados en sus ediciones digitales donde, por ejemplo, Clarín
dedica 7 notas y una foto galería a la muerte de Ricardo Fort y La Nación se muestra
preocupada por el precio futuro de los autos de lujo.
Es de esperar que mañana en las ediciones impresas
desarrollen el tema. Dada la amplitud del documento (142 páginas) es predecible
cuales temáticas priorizarán. No sea cosa de desvirtuar el anhelado renacimiento de
cierto sentido común que idolatra al “Dios Mercado” y que tan bien encarnan las
principales figuras opositoras...