domingo, 28 de diciembre de 2014

PARÁBOLA TUCUMANA


Me sorprendo hoy con esta fotito de arriba publicada en el diario La Gaceta de Tucumán. Se trata de un partidito Boca - River entre dos sectores de la alianza opositora tucumana: los radicales y su socio minoritario (Las liebres del sur).
Hasta ahí una nota de color para un observador desprevenido de la política comarcana.
Sin embargo, encierra toda una parábola de la política argentina. ¿Por qué? Me explico:
A la derecha del diputado nacional Cano, con la camiseta de San Martín de Tucumán, nos encontramos con uno de sus mano derecha: el ex peronista Alberto Darnay, cuya hija Florencia fue nombrada oportunamente por Cano en el Senado de la Nación.
¿Quién es Alberto Darnay? En Tucumán es un apellido que remite a uno de los momentos más dolorosos de nuestra historia: me refiero a fines del año 2002 y a la crisis que en Tucumán tendría el peor de los rostros: niños desnutridos y la desgraciadamente famosa imagen de Barbarita que luego Jorge Lanata explotaría hasta en una película. ¿Qué hacía Alberto Darnay en esa época? Era el Secretario de Desarrollo Social de la provincia.
Pero, además, se haría famoso porque durante la entrevista que le hiciera en vivo Jorge Lanata en el Hospital de Niños ocurriría esto que relataba el diario La Gaceta:
"El secretario de Desarrollo Social, Alberto Darnay, pasó un mal momento durante el programa que el periodista Jorge Lanata hizo desde el Hospital de Niños. 
Cuando advirtió que a los chicos "los mató el sistema", varias personas lo insultaron y hasta intentaron agredirlo. Al final no lo dejaron leer una oración de San Francisco de Asís y debió retirarse rápidamente"
Acá les dejo el testimonio gráfico de la época, con un Lanata de espaldas y Darnay (sin pantalones cortos en ese entonces) sentado con sus manos en un escritorio durante la entrevista.


Exactamente a las dos semanas de esa entrevista, hace justo 12 años, fallecía por desnutrición el niño n° 16 en Tucumán, y la prensa reflejaba esto: "El gobernador Miranda confirmó hoy el relevo de Alberto Darnay de la Secretaría de Desarrollo Humano y remarcó que "era necesario un cambio para reactivar el trabajo social".
Ante la prensa, Darnay se defendía así: "La gente que está sufriendo es víctima del modelo. Tenemos 600.000 tucumanos que están excluidos del modelo económico y social", respondió el secretario de Desarrollo Social, Alberto Darnay, cuando LA GACETA le preguntó por qué hay personas que se están muriendo de hambre"
El modelo al que hacía referencia Darnay era el de la Alianza de De La Rúa y Cavallo. Hoy es "la cara peronista" de la alianza tucumana entre los radicales, las liebres del sur y el massismo.
A 12 años de los desnutridos en tucumán, hoy Darnay integra el equipo de fútbol 5 del diputado nacional Cano. Parece que se va consolidando un futuro equipo de gobierno...
Una parábola tucumana de exportación.

lunes, 8 de diciembre de 2014

miércoles, 3 de diciembre de 2014

POR SUERTE EXISTEN LOS PORTEÑOS


Para que vengan a darnos conferencias al interior del país y nos iluminen acerca de diversos aspectos de la realidad.
En el ciclo de conferencias del matutino La Gaceta le llegó el turno (otra vez !!!)a la ensayista (no tengo referentes en ese rubro) Beatriz Sarlo, y una nota del diario nos adelanta el contenido de su charla "Ciudad y Política". Les dejo los principales tópicos:

Hay que pensar en las desigualdades que produce la ciudad”, dice. Y enseguida pasa a postular que San Miguel de Tucumán es una ciudad “grande” y, como tal, presenta los problemas propios de establecer cómo se reparte y se usa el espacio público; quiénes tienen derecho a él y qué se considera propiedad privada. “En ciudades como Tucumán, Buenos Aires, Mar del Plata, Rosario y Córdoba, buena parte de la población vive en condiciones inadmisibles desde el punto de vista de la justicia distributiva. Uno lo ve en la capital tucumana, donde hay zonas con una muy buena urbanización y de alta calidad, y zonas de una pobreza extrema”, apunta.

En cuanto a los tamaños, la catedrática sostiene que en Argentina no hay ninguna megalópolis, que es la versión más avanzada de la ciudad contemporánea. “Tenemos que sacarnos eso de la cabeza. San Pablo (Brasil) es una megalópolis y no existe nada semejante a eso en nuestro país. Ello nos devuelve al lugar que ocupamos en el presente porque, durante décadas y décadas, Buenos Aires fue la ciudad más grande de América Latina: ya no. Aquí simplemente tenemos ciudades grandes”. La diferencia entre estas y las pequeñas (de hasta 80.000 habitantes) es que en las primeras la distribución de los bienes es más abstracta. Sarlo explica que en un centro urbano pequeño las injusticias y las corrupciones pueden no ser remediadas, pero, en contraposición, resultan fáciles de conocer de manera concreta. “Las ciudades grandes son más abstractas: un ciudadano puede presuponer la corrupción, una mala distribución de los bienes públicos y el engaño, pero necesita de largas mediaciones institucionales para llegar al punto donde la responsabilidad está dada.

¡Ahora se nos aclara el panorama a los provincianos tucumanos! ¡Ya sabemos dónde estamos parados!
¡Gracias Beatriz!

Para que el menú "intelectual" esté completo, como corresponde, no podían faltar las referencias Borgeanas: "La preocupación por la ciudad que profesa Beatriz Sarlo (1942, Buenos Aires) le viene, en parte, de la lectura de “El Inmortal”. Este cuento de Jorge Luis Borges narra la historia de una ciudad asolada por los trogloditas. “Con las reliquias de las ruinas erigieron, en el mismo lugar, la desatinada ciudad que yo recorrí: suerte de parodia o de reverso, y también templo de los dioses irracionales que manejan el mundo y de los que nada sabemos, salvo que no se parecen al hombre”, escribió el autor universal.
Y a la "civilización o barbarie" de Sarmiento: "Sarlo anticipa que planteará la dicotomía que presenta la ciudad: “para Domingo F. Sarmiento, la ciudad fue la resolución de los problemas del país: es decir, la barbarie estaba en los campos"

Todo muy berreta. Los intelectuales de derecha están cada vez más predecibles, patéticos y atados a los tópicos del pasado.
Pero no niego algo... en parte los admiro: increíblemente cobran por decir estas cosas!
Chapeau Beatriz!