lunes, 30 de junio de 2008

FIBRILATUS VIVIÓ A PLENO LA EUROCOPA

Este blog no puede permanecer ajeno a las genuinas pasiones populares, y Fibrilatus nos manda esta crónica imperdible de la Eurocopa: Como en todo campeonato de selecciones nacionales, algunos equipos han pasado con más pena que gloria: Suiza, Rep. Checa, Polonia, Croacia, Grecia ( ¡la última campeona!),Austria, Rumania e, incluso Francia, de los que no vale la pena hablar. Este equipo pagó la senilidad de su estilo y de sus jugadores, evidenciando el error de no haber renovado a tiempo el equipo bravo del Mundial 2006. Otros nos han brindado algún buen momento, algún partido majestuoso y vibrante: Portugal, Turquía (su partido contra Alemania, plagada de suplentes fue épico) y, sobre todo, Holanda que ha recuperado estilo y prestigio siendo sin dudas una de las mejores de la primera fase (¡qué partidos contra Italia y Francia!) y la sorprendente Rusia en su partido contra Holanda: un ejemplo de cómo ponerle ganas, planteamiento táctico y efectividad. Italia, por una vez, se llevó su merecido: jugó peor que España su partido, no aportó nada en la prórroga y sucumbió con su propia arma: los penales. Acostumbrada como estaba a partidos de excelencia defensiva, goles fraguados más en los errores ajenos que en los aciertos propios, vio cómo su infalible tanda de penales les era desfavorable. Luego más de un jugador italiano se quejaba de la “injusticia de la eliminación por penales”. Ninguno de ellos se acordaba de todos los equipos (muchos de ellos habían jugado mejor y merecido mucho más) que fueron eliminados así en Mundiales y otras competiciones. Tienen tanto espíritu de renovación que han vuelto a llamar a……………………..¡¡Lippi!!. Más de lo de siempre.
Me queda Alemania. Fue Alemania más que nunca. Empieza mal y acaba arriba. No desfallece hasta pasados cinco minutos del final del partido. Lucha, altura, portento físico, disciplina táctica con técnica mediocre. No realizó ningún partido de mérito y lo único que le queda en su haber es ganarle en el último minuto a una Turquía diezmada. Pero llegó a la final. No se le puede quitar mérito. Jueguen como jueguen, penales o no penales, por los pelos o apabullando: siempre están allí.
España se presentó más como un equipo que como una selección. Tenía mentalidad de club. Un grupo relativamente joven, ambicioso, cargado de historias de fracasos en los grandes campeonatos, con una Liga dominada por las figuras extranjeras (Robinho, Messi, Agüero, Van Nistelroy, etc…). Con dos o tres cosas claras: sólo podían desarrollar el futbol que saben y pueden hacer, es un equipo con buenos y destacados jugadores ( Casillas, Senna, Xavi, Villa, Torres…) pero sin figuras descollantes (no tienen a Cristiano Ronaldo por ejemplo), con la fuerza que da creer en el grupo. Un entrenador que descubrió dos cosas: el estilo que podía desarrollar con lo que tenía a mano y que debía eliminar la “figura” que distorsionaba al grupo, que era irregular pero muy carismático: Raúl. Se quedó en casa. Y fue un acierto. Como los mosqueteros, el uno para todos y todos para uno, dio sus frutos. Ganó todos los partidos, les plantó cara a todos los equipos, sólo recibió tres goles y realizó doce, tuvo momentos de apasionante y bonito juego. Los suplentes tenían poco que envidiar a los titulares. Por eso me he alegrado enormemente por el triunfo: por una vez, el mejor ganó. Hasta físicamente tuvieron supremacía: ¡los alemanes no hubiesen aguantado una prórroga!

De esto, humildemente (hoy en día en que no hay adversario pequeño, ni se gana con la historia ni con el peso y prestigio de una camiseta) podemos sacar alguna conclusión: se gana con el trabajo en grupo (no hay ya ningún Maradona a la vista), practicando el estilo y juego que se puede hacer y no el que se quiere en el pizarrón, sin depender de ninguna estrella (tomá nota, Basile) y, sobre todo, si esa estrella es distorsionante, irregular, caprichosa o “complicada” (tomá nota, Riquelme) y desbarata al grupo.
¡ Felicidades, España!.

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