
Estalló la polémica: Un grupo de investigadores europeos apoya la teoría de que las personas con cociente intelectual alto tienen menos creencias religiosas: inteligencia y religión no van de la mano, afirman. El trabajo está firmado por Richard Lynn, profesor de psicología en la Universidad de Ulster, en Irlanda del Norte, en asociación con Helmuth Nyborg, de la Universidad de Aarhus, Dinamarca, y John Harvey, sin afiliación universitaria. Afirman que, en relación a la población en general, los académicos son menos religiosos o tienden a creer menos en Dios. Será publicado en setiembre en la revista académica Intelligence.
Lynn asegura que únicamente las personas sin inteligencia pueden creer en milagros y en que Dios responderá a sus plegarias.
El estudio se basa en la recopilación de varias investigaciones. Por un lado, dos encuestas: una entre miembros de la Royal Society y otra de los integrantes de la Academia Nacional Norteamericana de Ciencias. La primera concluye que sólo el 3,3% cree en Dios, mientras que el 68,5% de la población general del Reino Unido se autotildó como creyente. En la Academia de EE.UU., sólo el 7% cree en Dios, mientras que en la gente común el porcentaje trepa a 90. También analizaron la media de los CI en 137 países desarrollados y detectaron que las creencias religiosas habían disminuido a medida que la gente se volvía más inteligente. Dividieron los países en dos grupos: el de los CI más bajos (de 64 a 86 puntos), donde apenas el 2% de la población no cree en Dios y el grupo de los CI de 87 a 108 puntos, en los cuales la incredulidad sube al 17%.

Un paradigma de la inteligencia:
Albert Einstein, el científico más importante del siglo XX, es tal vez el ícono más representativo de la teoría que sostiene que las personas con mayor coeficiente intelectual son menos propensas a creer en Dios. En una carta escrita el 3 de enero de 1954 (un año antes de la muerte del físico) y dirigida al filósofo Eric Gutkind, el autor de la teoría de la relatividad escribió: "La palabra Dios es para mí nada más que la expresión y producto de debilidades humanas". El texto, escrito en alemán, reaviva el debate sobre la religiosidad de Einstein. Aunque asumía su judaísmo, en la carta sostenía que la Biblia es una colección de honorables aunque primitivas leyendas que son bastante infantiles. Ninguna interpretación, por sutil que sea, puede cambiar esto para mí.
En el ambiente científico, es bastante natural encontrar opiniones como las de Herbert Hauptman, Nobel de Química en 1985, quien hace unos años declaró al diario The New York Times: "La creencia en lo sobrenatural, especialmente la fe en Dios, no solamente es incompatible con la buena ciencia. Este tipo de creencia es perjudicial para el bienestar de la raza humana".
Y... ¿Qué opinan?