miércoles, 4 de agosto de 2010

EL GORILAJE EXTRAÑAO MIRA SIN COMPRENDER (III)


Esta saga del gorilaje arrancó en abril (cuando Cristina no tenía, ni ahí, 40 % de imagen positiva) y tuvo su episodio 2 unos días antes del Bicentenario.

La leyenda continúa:

Adolfo no podía dormirse y tenía sus motivos. Por un lado, había comido y tomado más de la cuenta en el cumple de Nico, lo que le estaba provocando una acidez terrible. Pero eso no era lo peor: en realidad, no podía sacarse de la cabeza a Luisa. Lourdes, la mujer de Nico, se la había presentado hace un mes atrás en el club house del country y habían salido un par de veces.

Nico le había advertido: _ Ojo con Luisa… tiene el rostro trabajado por la histeria. Y agregó con ironía: _ Pero bueno… a veces la plata y el interés hacen extraños compañeros de cama.

Y era cierto: a simple vista se advertía que Luisa fumaba con ese curioso estilo “mírame pero no me toques” que algunas mujeres tienen. Y, al mismo tiempo, le enloquecía a Adolfo su encantadora frivolidad, lo que algunos llaman “glamour”, pero que en este caso no se extendía al ámbito profesional: allí estaba claro que se movía con la sagacidad de una rata sabia.

En realidad, esas “contradicciones” a Adolfo le encantaban. Lo que realmente no soportaba, y no conseguía explicarse, era el por qué Luisa era kirchnerista.

Primero creyó que formaba parte de una estrategia de “calculada vulgaridad” de Luisa, algo así como un snobismo político superficial.

Pero después de lo de anoche ya no podía dudarlo: Luisa era una kirchnerista convencida, y más extraño aun: no obtenía ningún provecho de ello.

Todavía maldecía a Nico por haber mostrado en plena cena ese informe “Situación y Perspectiva” de la consultora Ipsos-Mora & Araujo, totalmente favorable a los K. Mientras Luisa escuchaba la lectura de las encuestas, comenzó a adoptar esa pose de un gato arqueando el lomo y sacando las garras, para decirle con su mejor mirada felina y risita irónica:

_ ¿Viste Adolfo? Siempre te digo que la oposición me recuerda a esas ratas de laboratorio que encierran en un laberinto, y enfrentadas a una serie de elecciones para encontrar la salida, toman invariablemente las equivocadas. ¿Te imaginás si gobernaran?

En ese preciso instante Adolfo entendió a Biolcati más que nunca en su vida y, olvidándose de cuanto le gustaban el culo y las tetas de Luisa, pegó ese grito que hizo callar a todos:

_ ¿Y la república? ¿Y la familia? Parece joda: cada vez que llego a mi casa a la noche y prendo la tele me doy con un casamiento de putos! ¡Por favor!



Menos mal que allí estaba Nico para poner algo de cordura, y salió a apoyarlo:

_ Es cierto. Esta sociedad se está aputazando, y cada vez me convenzo más que los putos y los kirchneristas son iguales: ¡van por todo!

Adolfo: (con tono de profeta) _ Esperen unos meses y verán que a alguien se le ocurre la ley de cupo de putos para las listas de diputados, y salen el INADI y todos los artistas a reclamar “igualdad” de nuevo…

Fue allí que, por primera vez, intervino Gabriel (interrumpiendo con su típico cinismo): _ Tendría su lado positivo che! ¡Con el cupo habría menos curas!

Luisa quiso dar por terminado el tema político y pasar a cosas más livianas. Decidió interrogar a Adolfo:

_ Si tenés que elegir en un ballotage entre Ricardito Alfonsín y Kirchner, ¿a quién votás Adolfo?

Adolfo: _ In dubio pro reo querida Luisa, ¿o me viste cara de boludo?

Interiormente se quedó contento con la respuesta: ¡le había dejado una puerta abierta al amor! Pensando eso, al fin logró conciliar el sueño.


3 comentarios:

El Moncho dijo...

Vamos Aldo!!!!! Macho viejo y peludo!!!

Que se venga el cuarto capitulo de la saga!!!!!

Ricardo dijo...

¡Buenísimo!
La saga está bárbara, Aldo.
A esperar el próximo capítulo.

Aldo Ulises Jarma dijo...

Gracias Moncho y Ricardo! Ojalá me inspire pronto para continuarla.
Abrazo a ambos.