Hace al menos un año que no lo hacía: me refiero a leer la columna de James Nielson en la revista Noticias. Difícilmente vuelva a hacerlo. En la edición de la semana pasada me desayuno con la siguiente reflexión de James:
“En la larguísima lucha contra las FARC, el ELN y otras bandas “revolucionarias”, los gobiernos democráticos de Colombia no han disfrutado del apoyo del resto de la región. Por miedo a la reacción de la izquierda, totalitaria o blanda, local, todos han preferido mirar para otro lado. Por esta razón, los colombianos han tenido que depender cada vez más del respaldo de los Estados Unidos, país que, por motivos comprensibles, no quiere que América latina degenere en una región inenarrablemente violenta dominada por pistoleros de retórica marxista, demagogos populistas y narcotraficantes multimillonarios”
Se deduce claramente que para este “periodista” que suele definir a los Kirchner como populistas, autoritarios y crispados, existen motivos comprensibles para que los Estados Unidos tomen cartas en el asunto. Más claro imposible: se caga, literalmente, en la autodeterminación de los pueblos, principio que (debo reconocer) hasta el mismísimo ex presidente Alfonsín supo defender hasta el fin de su presidencia.
James Nielson asoma como un émulo patético de Henry Kissinger que supo expresarlo mejor en ocasión del ascenso al poder de Salvador Allende: “no podemos permitir que Chile se haga socialista debido a la irresponsabilidad de su pueblo”
Algo así parece estarles pasando a las corporaciones mediáticas y empresarias argentinas estás últimas semanas: los muchachos no se resignan a un escenario de triunfo del kirchnerismo y, por motivos comprensibles, salieron a tratar de ordenar a sus díscolos y patéticos muchachos. Y cada uno con su estilo:
Biolcati a lo capataz de estancia, a puro rebenque arreó a los opositores hasta
Los empresarios más grandes reeditaron un clásico: reunirse en los imponentes salones de
Blaquier los debe haber visto por T.V. desde alguno de sus yates cagándose de risa: imagen bizarra si las hay.
Y finalmente Magnetto y su reveladora cena “de trabajo” con los popes del peronismo de derecha:
Reveladora no sólo de la claudicación de “estos peronistas”, sino también de que Clarín perdió la fe en que los radicales puedan vender gobernabilidad a los ciudadanos.
Las palabras de Cristina sonaron a indispensables para el momento: “Me dan mucho miedo los dirigentes políticos que se subordinan tanto a las corporaciones. Cada vez que hubo gobiernos subordinados a las corporaciones, a los trabajadores, a la clase media, a los productores, a los empresarios siempre les ha ido muy mal. En definitiva nos ha ido muy mal a los argentinos”.
Y es que, en definitiva, aquí y ahora también está en juego el principio de autodeterminación de los pueblos. Estos tipos del poder económico sienten, al igual que James Nielson, que “hay motivos comprensibles”, para evitar un tercer mandato del kirchnerismo. Están hartos de los políticos: quieren volver a tener gerentes a cargo de achicar el estado y que pontifiquen eficiencia mientras se cagan en la democracia.
Mientras tanto, afirman con descaro que los crispados y autoritarios están en el gobierno.
2 comentarios:
Si hay algo de lo que viene cuidándose el oficialismo es de parecer "crispado". Y lo bien que están haciendo.
En cambio el discurso de Biolcati fue una arenga de general a la tropa. Y es cierto lo que marcás de Magnetto y los radicales, aunque Solá dijo que Magnetto se reunió con Alfonsín también, ¿puede ser?
En cuanto a James Nielson... creo que el tipo fue el primer antikirchnerista.
Un abrazo.
Y sí, hay que ser comprensivo con Estados Unidos, pobrecito, no es fácil liderar el mundo y todo eso.
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