Adolfo lo estuvo pensando todo el fin de semana y, por puro instinto, decidió cerrar la sociedad con Luisa. Al fin y al cabo, siempre se había manejado para los negocios por su intuición y su máxima de oro: “en materia de negocios podés ser de derecha, centro, o estar a la izquierda, lo que no podés nunca es ser un boludo”.
Le había dicho a Nico que se llegara a las 11 por
Mientras pensaba eso, vio a Nico entrar.
Adolfo: _ ¿Qué hacés Nico? ¿Muchos brasileros en Buenos Aires no? (mientras miraba las mesas de la par)
Nico: _ Y sí…lleno de brasucas y putos. Dicen que ahora somos destino “gay friendly” ¿viste?
Adolfo: (con gesto evidente de sorpresa) _ Justo eso te quería contar. ¿Te acordás de la casona que compre en San Telmo hace un par de años?
Nico: _ Si… la que no sabías si demolerla para hacer un edificio. Estabas hablando con una constructora…
Adolfo: _ Exacto. Lo charlé con Luisa y me terminó convenciendo: ¡Pongo un hotel gay!
Nico: _ ¿Me estás cargando?
Adolfo: _ Te juro que no. ¡Todo es cuestión de guita, viejo! Mirá lo que dice el maestro Andrés Oppenheimer en La Nación: “… el matrimonio gay es una tendencia imparable, no tanto por consideraciones éticas, sino por motivos económicos. El turismo gay constituye alrededor del 15% del mercado turístico mundial, según estimaciones, y pocos países perderán la oportunidad de atraerlo” ¿Entendés? Lo mío es un repliegue táctico.
Nico: _ ¿Repliegue táctico?
Adolfo: _ Y bueno… cada cual eufemiza como puede, viejo! A Luisa le encantó el nombre que le propuse para el hotel: “Justo ayer me di cuenta…” ¿te gusta? ¿captás el doble sentido?
Nico: _ No. La verdad no entiendo nada de nada.
Adolfo: _ Es por la canción de León Gieco: Pensar en Nada, ¿te acordás? Justo ayer me di cuenta… que todo es cuestión de plata… ¿no es genial?
Nico: _ No, me parece un horror!
Adolfo: _ Bueno, no te pongás en moralista ahora… Te cuento y escucha bien: recién vengo de
Nico: _ Este país está perdido! Entre los Kirchner, los putos, y la gente que tiene dos mangos en el bolsillo y parece estar contenta que unos cuantos hijos de puta se la lleven con pala, ya no tengo dudas: ¡en un par de años nos convertimos en una maricocracia!
Adolfo: _ Hay que pasar el invierno, Nico. No hay que ser un genio para darse cuenta: oposición de mierda, crecimiento al 8 % o más, dólar planchado, libretitas de asignaciones por hijo en todos lados, consumo al palo. Clarín apuesta a la inflación pero se dan cuenta como viene la mano: “¿por qué el kirchnerismo hace poco y nada, o directamente nada, para controlar la inflación? La primera respuesta surge limpia en boca de varios economistas: sencillamente, porque le conviene. La inflación implica recaudación impositiva rápida y creciente. Y de paso licúa el gasto público, que se ejecuta después. Además, la mejora en los ingresos de algunos sectores, agregada a la ausencia de alternativas de inversión, tracciona consumo y actividad económica; de nuevo, recaudación. El combo reporta caja de un lado al otro”
Nico: _ Te contesto con una canción de Fito: ¿Quién dijo que todo está perdido? ¡Yo vengo a ofrecer mi corazón!
Adolfo: _ No te queda bien jugarla de romántico, Nico. Hasta Cristina se te cagaría de risa con eso que dijo el otro día: “No se pongan las manos en el corazón, les pido que se la pongan en el bolsillo”. Y es así, Nico. Entre el voto bolsillo y el voto puto, todo indica que la tenemos adentro. Justo ayer me di cuenta…
2 comentarios:
Me pareció bárbaro el nombre del hotel y más aún cuando leí que era por el tema de Gieco.
Genial, Aldo.
Gracias Ricardo, Abrazo grande.
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