martes, 30 de marzo de 2010

LIMPIEZA


Tengo un amigo que tiene una hipótesis interesante: "Todo lo que ocurre en política a nivel nacional ya pasó antes en Tucumán". Sostiene que Tucumán es una suerte de laboratorio sociológico al que hay que estar siempre muy atento para ver "lo que se viene". Y la verdad que ejemplos le sobran...
En esa lógica, el anuncio de Macri de que "HAY QUE DESTERRAR" (sic) a los limpiavidrios y cuidacoches en la ciudad de Buenos Aires por ser "integrantes de una mafia enquistada en la sociedad", criminalizando así la pobreza y pretendiendo esconderla bajo la alfombra al mismo tiempo, me recordó inmediatamente a los sucesos acontecidos en Tucumán durante la dictadura militar cuando el genocida Bussi era gobernador, y que merecerían ser parte de "La historia universal de la infamia":
El 14 de julio de 1977, en el aniversario del día universal de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, el dictador Videla visitaba Tucumán y Bussi decidió homenajearlo: hizo tapiar las villas miserias y del lado visible pintó la bandera argentina, pero no le alcanzó: agarró a todos los mendigos y linyeras de Tucumán, los subió a un helicóptero y los arrojó en un paraje desértico de Catamarca. El gobernador Bussi había decidido "limpiar" la ciudad, igual que Macri ahora.
Esta historia real la llevó al teatro el dramaturgo tucumano Carlos Alsina en su excelente pieza "Limpieza" y fue motivo de inspiración para la película "La Redada" de Rolando Pardo, con Ulises Dumont como el general Bussi y Gianni Lunadei como el Jefe de Policía:



Por si a esta altura no lo notaron, lo destaco: Bussi desterró efectivamente a los mendigos, Macri anunció (con bombos y platillos) que quiere desterrar a los limpiavidrios. A uno lo condenaron sus hechos, al otro lo delatan sus palabras.

1 comentario:

ram dijo...

No estoy muy seguro, pero recuerdo haber leído que la "limpieza", en el caso de los cirujas y otros personajes "aparecidos" en Catamarca, la orden fue que fuera DEFINITIVA, esto es, que los tiraran directamente en los cerros - los encargados del laburito, policías, no la cumplieron y apiadados de esa pobre gente, aterrizaron y los dejaron por ahí y, obviamente, sobrevivieron.
Felices épocas las del "pobre viejito enfermo" que supo ser general de ocupación de Tucumán..