lunes, 15 de marzo de 2010

EL PLATEÍSTA INDIGNADO


Para empezar la semana, este estereotipo que publicara Ni a Palos:

- Cree fervientemente que en la AFA hay una conspiración para que su equipo nunca salga campeón. Y obviamente el cantito que más le gusta es el clásico “Aunque la AFA no quiera, la vuelta vamos a dar”.

- No está de acuerdo con el Fútbol para Todos.

- Repite siempre que lo importante es tener un proyecto a largo plazo, pero es el primero que pide la cabeza del DT a la tercera derrota.

- Repite que como paga su abono tiene derecho a putear a los jugadores.

- Dice que le gusta el fútbol ofensivo pero a los 30 minutos del segundo tiempo pide que pongan otro central.

- Votó a Macri.

- Cuando echan a uno, indignado comenta “Son profesionales, les pagan por jugar, ¡no se puede calentar así!”.

- Pide a los pibes de las inferiores. Y a la primer cagada, les grita: “Dale nene… ¡que a vos te matamos el hambre de chiquito!”

- A los jugadores extranjeros les grita lo mismo, o la variante: “¡Volvete a tu país!”

- Tiene clarísimo cómo terminar con la violencia en el fútbol.

- Usa chomba rayada.

- Para él los DT son cagones… y los dirigentes, chorros.

- Detesta a Cristina.

- Se compró El Dueño de Luis Majul.

- Odia a Maradona.

- Posee un extraño sentido de la justicia: el árbitro no debe ser justo, debe equivocarse, pero a favor de su equipo.

- Por momentos lo invade el temor por el grado de intensidad con el que puede desear la muerte de otro hombre.

- Es un gran puteador de jueces de línea, incluso los de la reserva.

- “Hijo de Grondona” y “Sorete de luto” están entre sus preferidos para los árbitros; “Fracasado” y “Muerto de hambre” para los jugadores rivales.

- Si no es ni de River ni de Boca, cree que su equipo es el tercer grande.

- Puede pasar en el transcurso de 30 segundos del “No ves que estos hijos de puta son horribles”, al más fervoroso de los alientos, si es que la jugada, que había empezado mal, termina en gol.

- A los de la barra no los quiere “porque son negros” pero cuando entran con las banderas y los bombos siente algo parecido a la emoción.

- Dice siempre tener información “de adentro” sobre pases, internas, sueldos de los jugadores, etcétera.

- Dejaría su casa, su mujer y ¡hasta sus hijos! por jugar en primera aunque sea 15 minutos.

- Va a la cancha con la radio, se pone un solo auricular y escucha la transmisión partidaria.

- Si tiene más de 50, es una máquina de recitar formaciones viejas o de hacer comentarios del estilo: “Si esa le quedaba a Labruna era gol seguro”.

- Es veleta por excelencia. Defenestra a un jugador, del que cuando triunfa dice, totalmente convencido: “Yo siempre lo banqué”.

- Del mismo modo, una estrella del club pasa de ser ídolo a “ese viejo ladrón se tiene que ir”.

- Llama a la radio partidaria y se siente Víctor Hugo.

- Si un hijo suyo se hace del cuadro rival recurrirá a cualquier bajeza humana para convencerlo de lo contrario.

- Si no lo logra, será un punto de no retorno para esa relación.

- Cuando su mujer está embarazada, no se cansa de repetir “prefiero que se haga puto, antes que…”

- Canta más fuerte en un asado con un amigo hincha de la contra, que en la cancha.

- Aborrece las cosas del color de su rival, aunque sea una señal de tránsito.

- La mujer juega pelota al cesto, categoría Veteranas. La conoció en el club.

- El hijo juega en las inferiores del club. Cree tener un Messi en casa. En realidad el pibe es un perro.

- La hija hace patín artístico. En el club, obvio.

- Ya rompió el carnet 15 veces.

1 comentario:

Silvana dijo...

Ser contradictorio está en la naturaleza del hincha de futbol, no solo del plateísta. Hasta el periodista deportivo es contradictorio. Hoy te considera ídolo, te alaba, te aplaude y mañana te sepulta . . .