domingo, 21 de marzo de 2010

EDUCANDO AL GORILAJE


Dificilmente alguien negaría hoy que el físico, filósofo y epistemólogo Mario Bunge sea, a sus 90 años, uno de los cinco pensadores argentinos vivos más destacados. Elijan a los otros cuatro como quieran.
Sus reflexiones de hoy en el diario La Nación son de colección y demuestran dos cosas:
1) Cómo las ideas políticas siempre son mutables a lo largo de una vida. Esa es la característica de las mentes lúcidas. Y Mario Bunge lo hace aún más difícil: a los 90 años revisa su antiperonismo y se declara un ex- gorila.
2) En tiempos de odios crispados, Bunge les da una lección al lector medio de La Nación: ser anti no sirve para nada. Y llama a las cosas por su nombre: el gobierno no es reaccionario. Los opositores son peores, dice.


Les dejo los mejores fragmentos:

-¿Los intelectuales tienen que ser políticamente asépticos?

-Exacto.

-Pero usted no es aséptico, sino un intelectual de pensamientos políticos tajantes.

-No se debe perder la objetividad. Unos amigos me dijeron que el Gobierno es malo, pero los opositores son aún peores. La gente del Gobierno comete muchas irregularidades, tal vez deshonestidades, pero, al menos, no es reaccionaria.

-Muchos encuentran rasgos parecidos entre los gobiernos de los Kirchner y el primer gobierno peronista. ¿Es así?

-No lo sé. En la época del primer peronismo, y durante muchos años, yo fui gorila porque en el terreno de la cultura el peronismo no dejó nada positivo. Al contrario, arrasó con lo poco que había. Pero con el correr del tiempo comprendí que el peronismo tenía algunos aspectos buenos.

-¿Por ejemplo?

-El voto de la mujer, transformar los territorios en provincias, hacer un plan de construcción de empresas hidroeléctricas. Hablar sobre la reforma agraria estuvo bien, pero no la hizo. Prometió una cantidad de cosas que no realizó y así engañó a mucha gente. Ya no soy gorila, aunque lo fui, y el motivo principal fue porque Perón degradó la educación y la cultura y, además, realmente no fue muy democrático.

-¿Entonces dice que ya no es gorila?

-No, soy mono tití (risas). No soy ni gorila ni chimpancé.

-¿Y qué cambió en usted?

-Eramos tan apasionadamente antiperonistas que no fuimos capaces de hacer un análisis objetivo del peronismo. Más aún, usábamos categorías políticas europeas. Creíamos que el peronismo era una forma de fascismo. Y no lo es: es original, es un tipo de populismo. Creíamos también que Perón era bruto. Es falso. Era inteligente, no sólo habilidoso, y tenía cultura histórica, al fin y al cabo era profesor de historia militar en el Colegio Militar. Lo menospreciamos y por eso no lo entendemos. Gino Germani, que fue el fundador de la sociología moderna en la Argentina, se fue del país en 1966 y al año siguiente me visitó en Montreal. Le pregunté: "¿Por qué te fuiste de la Argentina? ¿Por la persecución? No -me dijo-, me fui porque fui incapaz de entender al peronismo. Todavía hoy no lo entiendo". Y es así: quien no entiende al peronismo no entiende el país.

-La incomprensión del peronismo es casi lógica, por ejemplo, cuando se ve que conviven la izquierda, la derecha, el centro.

- Sí, pero hay ciertos aspectos que son muy originales. Por ejemplo, Perón quiso modernizar la Argentina. También otros militares progresistas como el general Savio o como el fundador de YPF, el general Mosconi. El partido dominante, conservador, no quería modernizar nada.

-¿Por que lo decepcionó el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama?

-No cumplió ninguna de sus promesas y, además, cometió un acto inmoral: aceptar el Premio Nobel de la Paz al mismo tiempo que era comandante en jefe de dos ejércitos invasores. Más aún: reforzó la cantidad de soldados en Afganistán y no cerró ninguna de las 860 bases militares que tiene Estados Unidos en el extranjero.

-Algunos imaginaron que la crisis financiera internacional iba a permitir que surgiera un capitalismo distinto, más "sensible". ¿Estamos a tiempo de esperar algo semejante?

-Hubo cosas positivas y negativas. Hay que empezar por averiguar por qué China y la India son los dos únicos países en el mundo cuya economía ha crecido en los últimos doce meses. Ambos son proteccionistas y no son neoliberales. La India se ha salvado de los tsunamis financieros, en particular, porque regula el mercado financiero y no permite las especulaciones. Y a China le falta democracia, pero también está avanzando en ciencia y técnica a pasos agigantados. A propósito de esto, ¿sabe cómo se manejan la finanzas internacionales en este momento? Hay un cuento que lo ilustra. En un pueblo turístico de Europa, llega de pronto un alemán muy rico al único hotel del lugar, deja en el mostrador un billete de cien euros y le dice al dueño: "Me gusta mucho el lugar y quiero estudiar la posibilidad de pasar una semana acá. ¿Me permite mirar las habitaciones?" "Sí, suba, las habitaciones están todas abiertas", le responde el dueño del hotel, que sale corriendo y le lleva el billete de cien euros al carnicero para saldar una deuda. El carnicero sale corriendo con el billete para pagarle al proveedor de alimentos para sus cerdos. A su vez, el proveedor de alimentos para cerdos va corriendo con ese billete y le paga a la prostituta una deuda por sus servicios. La prostituta toma el mismo billete de cien euros y lo deja en el mostrador del hotel para pagar la deuda que tiene por haber alquilado las habitaciones. Entonces, al cabo de un rato, baja el turista alemán y le dice al dueño del hotel que no le gusta ninguna de sus habitaciones, toma el billete y se va. Han transcurrido nada más que cinco minutos, nadie hizo nada, nadie produjo nada, pero todo el mundo está feliz porque todas las deudas han sido saldadas (risas). En esto consisten las grandes finanzas. Detrás de estas grandes manipulaciones no hay nada. Hay gente que se arruina, pero nadie se beneficia. Es monstruoso.

-¿Usted no tiene una fijación contra el psicoanálisis? ¿Lo habló con su psicólogo?

-(Risas) Es un fenómeno típicamente argentino. En el resto del mundo, el psicoanálisis ha sido olvidado. Pero la Argentina es un país muy conservador. Cuando yo tenía 16 o 17 años, cualquier adolescente se entusiasmaba con el psicoanálisis por el tema del sexo. Nos dábamos cuenta de que [Sigmund] Freud no tenía la menor idea del sexo y las pocas ideas que tenía eran equivocadas. Por ejemplo, el orgasmo vaginal o el complejo de Edipo no existen. Cualquiera se hace psicoanalista sin la menor formación científica.

-¿Cree que muchos no le perdonan ese tipo de posturas en la Argentina?

-Claro, porque les arruino el negocio. En 1985 vine al país invitado por una asociación de psicología y algunos justamente me pidieron: "Doctor, no nos arruine el negocio; vivimos de eso". Lo mismo me dijeron en un congreso en España cuando ataqué a la microeconomía neoclásica y demostré que sus postulados eran falsos. Entonces dos profesores me dijeron: "¿Y qué vamos a enseñar?" Yo les dije: "¿Y por qué no enseñan algo inofensivo como trigonometría?"

Reflexiones finales del entrevistador de La Nación (Ricardo Cárpena):

Mario Bunge me hizo sentir viejo. La charla que tuve con él me atrajo, me instruyó, me entretuvo, me despertó adhesiones y rechazos, pero en muy pocos momentos pude sacarme de la cabeza la imagen de ese veterano tan jovial soplando las 90 velitas.
"Remar contra la corriente es único", me dijo. Y allí entendí que eso es lo que él se pasó haciendo en estos últimos 90 años.

Me dan ganas de decirle a Mario Bunge: _ Si lo sabré yo. Eso mismo venimos haciendo muchos blogueros nacionales & populares desde hace un par de años.

5 comentarios:

donchango dijo...

Un post sensacional. Bien.

Aldo Ulises Jarma dijo...

Gracias Don. Abrazo

timoneldetormenta dijo...

Me recuerda los reportajes a Borges en los últimos tramos de su vida.

Ricardo dijo...

Siempre le presto atención a Bunge. Me parece un tipo muy interesante (no como otros que se las dan de filósofos y tienen blogs de pájaros que vuelan y son cien).
No siempre coincido con sus apreciaciones, pero aporta y mucho.

Buenísimo lo de "mono tití", je.

Abrazos.

Udi dijo...

Mi estimado: Bunge habrá sido, como muchos, un viejo gorila. Y más allá de lo que piense de este gobierno, su lucidez para reflexionar nunca estuvo en duda.
Muy válida su calificación como uno de los más brillantes pensadores argentinos.