Transcribo este fragmento del relato del diario La Nación: Sin escatimar detalles, Fátima White Sáenz Briones relata con calma el incidente que la tuvo como protagonista el sábado pasado y que terminó con una denuncia por lesiones contra la mujer que acompañaba a Guillermo Moreno.
"Salí a fumar un cigarrillo y apareció esta señora que yo no sabía quién era. Me preguntó si yo estaba con los del campo. Sí, le contesté. Y siguió: ´¿Querés que te pegue?´. Y ahí me pegó una trompada en la mejilla", contó sin exaltarse. Tras la agresión, White decidió quedarse afuera. "Sabía que si entraba y contaba lo que había pasado se iba a armar un lío terrible, así que me quedé fumando otro cigarrillo", continuó esta señora:
Más temprano, su marido también había dicho a lanacion.com que piensa estar mañana frente al Monumento de los Españoles. Y lo había explicado con argumentos similares a los que utilizó su mujer. "Lo tenía decidido desde antes. Estuve en Rosario, fui a los piquetes, estoy muy involucrado con el sector", afirmó Sebastián de la Bouillerie, que fue presidente de la Sociedad Rural de Olavarría.
Vale la pena leer completo el desopilante e increíble artículo de La Nación montado para convertir en víctimas a los escrachadores de Moreno. Lo paradójico es que si uno escucha el audio de Sebastián de la Bouillerie, no hace otra cosa que contradecir a su mujer. Dice este distinguidísimo señor: “Mi mujer le había reclamado a esta señora de porqué perjudicaban al campo” Y luego su mujer dice con total liviandad: "apareció esta señora que yo no sabía quién era..."
OJO: con MORENO me separan muchas cosas, pero a esta no me la como.
Todo el relato es bizarro para encubrir lo obvio: esta “gente bien” reconoció a Moreno y lo escracharon en el restaurante: como Moreno reaccionó como cualquier persona a la que agreden públicamente, luego los escrachadores asumen ante la prensa adicta el papel de víctima ante "la patota". Nada nuevo: ya pasó en Tucumán con los que fueron a escrachar a los diputados nacionales que votaron a favor de las retenciones.
Prácticamente es un modus operandi, mientras la oposición que se dice democrática se limita a guardar silencio y a disfrutar con el dulce tratamiento mediático para los escrachadores de gente que comete el pecado de pensar distinto.
Francamente vergonzoso: me vienen a la memoria aristocracias (incluso argentinas) mucho más dignas que la actual argentina.
Nuestra "aristocracia" gusta hoy de combinar sus métodos piqueteros, con escraches, insultos, caceroleadas, tirar huevazos y pedradas a viviendas y demás actitudes democráticas, institucionales y defensoras de un genuino republicanismo y de la calidad institucional.
Y para sentirse bien con sus conciencias, llaman al diario La Nación y al multimedios Clarín para que los defienda y los coloque en el papel de víctimas.
¿Será esta la nueva derecha ? Vaya mi solidaridad y un abrazo militante para el compañero Presidente del Partido de la Victoria de Corrientes, ese gran tipo que es Jaime Galvez.
2 comentarios:
Aldo, falta un detalle. La escrachadora es "la señora de" o "la esposa de".
La escrachada es -según el medio- "la compañera de", "la pareja de" o "la concubina de Moreno".
Estos negros de mierda ni siquiera pasan por el sacramento del matrimonio...
Saludos, Osvaldo
Aldo, tu post es increíble y desopilante. Diría que, o sos muy ingenuo o sos un GRAN TERGIVERSADOR.
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