miércoles, 25 de abril de 2012

UN ARGENTINO DESDE ESPAÑA



Fibrilatus, desde España, nos cuenta algunas particularidades de la reacción de la gente común por allá ante la expropiación de Repsol: 
   
"Era la previsible: “robo”, “expolio”, “injusticia”, “populismo aberrante de la Kirchner”, “empresa española colaboradora con el desarrollo argentino agredida”, “ejemplo de la inseguridad jurídica vigente en Argentina”, “maniobra de distracción de Cristina sobre los problemas internos”, etc… etc… aspectos todos ellos conocidos y debatidos en amplitud en Argentina.
Curiosamente, todo lo que se achaca a Argentina se ha cumplido aquí: ¿no es populismo la patética aparición de los ministros de Industria y de AAEE españoles amenazando con mil y una sanciones, castigos y plagas contra la Argentina por parte de España y sus “socios”?. ¿No es también una gran oportunidad para Rajoy y su gobierno aprovechar esta situación (como hizo Aznar con la “recuperación” de la ridícula isla de Perejil en su mandato) para desviar la atención sobre la situación interna? ¿No es una aberración jurídica promover sanciones ante una decisión quizás cuestionable, pero perfectamente  legal y soberana de un gobierno democrático y legítimo? Todo esto y más, se ha dado y dentro del conocido contexto de grave crisis económica y social, impopularidad creciente del gobierno Rajoy, con la Corona en la picota, etc.. etc… bien sabido allí. Sin embargo, a mí me gustaría resaltar 2 aspectos: la profunda ignorancia a nivel de la calle de lo que es una multinacional y de lo que es Repsol, y el necesario psicoanálisis de la sociedad española.
1).- Una multinacional para la mayoría de la gente en este país no es más que una empresa que se instala en un país, crea empleo y riqueza y se lleva un porcentaje de lógicas y lícitas ganancias para sus accionistas. Esta es la visión más generalizada vigente. En ese contexto, pocos valoran una multinacional como un depredador medioambiental o de los recursos de un país. Tampoco nadie la valora como una fuente de presión política y de corrupción local (ahora los canarios y su gobierno se movilizan contra Repsol por el importante riesgo medioambiental que supone para las islas los planes de explotación con plataformas submarinas previstos por esta empresa). Todos estos valores y enseñanzas que, por desgracia, los tenemos muy asumidos en Latinoamérica, aquí brillan por su ausencia. Recién ahora mucha gente se entera que gran parte del capital de Repsol no es español (como la Pemex o ciertos fondos USA) y el poco español que hay corresponde a grandes bancos y otras grandes empresas. Pero el gobierno y sus secuaces mediáticos han vendido la imagen de empresa española y casi como si fuese ¡pública!. Esto ha calado y es parte de la reacción. ¡Nadie tiene asumido que una multinacional no tiene Nación y, mucho menos, Patria!
2).- La sociedad española debe enfrentar su personal psicodrama. La supuesta potencia que éramos ya no lo somos, la supuesta riqueza y desarrollo que teníamos se va a la mierda, la soberanía y autonomía que suponíamos que ejercía nuestro gobierno es un fraude… todo esto genera no sólo los problemas objetivos del día a día sino también una profunda sensación de decepción, pérdida de rumbo, debilidad, miedo por el futuro. Por lo tanto, el “ataque” a Repsol sólo puede ser vivido como un paso más al descenso al infierno y la reacción que provoca no es el análisis racional, sino la reacción visceral. Somos un miembro de una barra brava analizando la derrota de nuestro equipo: el culpable es el entrenador, el árbitro……. los argentinos.¡ Al carajo la autoestima! También está (en un país que no tiene recursos naturales) el poco apego a la defensa de lo nacional (en una nación con un amplio porcentaje de la población que no se considera español sino catalán, vasco o gallego) por lo que resulta harto difícil para la psique local comprender que un país pueda levantarse pensando en su petróleo, en sus islas Malvinas (¿alguien cree en Argentina que aquí hay algún indignado con Gibraltar?), en su soberanía……. Por eso no resulta incómodo que la mayor distribuidora de electricidad española sea propietaria de una multinacional italiana.
También cuenta que a pesar de la situación actual, la mayoría de la gente sigue inmersa en lo más profundo del discurso neoliberal: todos piensan que ha sido una virtud que nuestro Menem local (Aznar) haya privatizado todas las empresas públicas: Iberia, CEPSA (que era mucho mayor que Repsol), Telefónica, Correos, los bancos públicos, las eléctricas, las distribuidoras de gas………. Es decir, el argumento de empresa pública igual a ineficacia, corrupción, déficit de explotación, mal servicio, etc…. aún domina el imaginario.
Sólo ahora tiemblan las piernas del ciudadano cuando ve que lo poco que le quedaba al Estado (Sanidad, Educación y protección Social) se empieza a ir al carajo, se descapitaliza y empieza a ser cada día menos gratuita, más cara y más ineficaz desde un punto de vista social.
Aquí estará el meollo: si la ciudadanía comienza a comprender la importancia del Estado o no. Está por ver, pués, que la importancia y la defensa de lo “público” empiece a ser una prioridad ciudadana.
Por fin, los 100.000 o 120.000 argentinos que quedan en España tampoco hemos contribuido a la divulgación o defensa de lo que representa YPF, de lo que es la soberanía sobre los recursos, la necesidad de que los Estados fijen las estrategias de desarrollo y no las empresas privadas: la inmensa mayoría son huídos del “corralito”, incapaces de reconocer los avances del país, irreductibles negadores de cualquier mejora, recalcitrantes anti-K (ni una medida buena ha tomado  Cristina ni Néstor), propagadores de nuestra gran corrupción, de nuestra famosa “inseguridad jurídica” convertidos en la quinta columna de la oligarquía argentina en España. ¡Pobrecito el español que ha recurrido a alguno de ellos con la intención de “informarse” sobre el asunto!
A los argentinos de por acá nos queda lo más difícil: ¡aguantar el golpe y demostrar que teníamos razón!
Por eso, ahora más que nunca, deseo fervientemente que se consiga a mediano plazo desarrollar una YPF eficaz, productiva, rentable tanto como empresa, así como en lo social y nacional"

6 comentarios:

Nando Bonatto dijo...

Se les esta pinchando el globo ilusiorio en que creian volar a viejas glorias
JODEOS

Anónimo dijo...

Mientras el estado de bienestar duraba, hasta los "parados" podían seguir "tirando".
Un familiar que permanentemente despotrica contra Argentina y ensalza a Europa y España, insiste en que "allá se siente ciudadano, no como en este país".
Aún hay muchas mentes nubladas, colonizadas, necias. Pero la única verdad es la realidad, como decía el finado.
Todo es cuestión de tiempo. Los tontos y sus tonterías también se convertirán en historia.

Saludos
Tilo, 71 años

Anónimo dijo...

Aunque no haya la mas minima posibilçidad...! Espero que la YPF, no termine (por como comienza...!), como Aerolineas !
Es verdad que los tontos y sus tonterias, se convertiran en historia ! Por un lado, para que los pensantes, no la repitan !
Y por otro: para que os necios no la lean y se continuen emborrachando con dosis cada dia mayores de demagogia y populismo !
Como hasta ahora, desde unos 150 años !

Anónimo dijo...

Gracias por los comentarios. Supongo que el familiar de Tilo es un "escapado del corralito". Si no es así, responde de todas formas al patrón que explico. Respecto a Nando, hay que recordar que Repsol no es España. Tampoco lo es Rajoy. De la misma forma que Clarín o Macri no es Argentina. Tampoco hay que olvidar que en las disputas políticas e ideológicas siempre hay un sujeto que sufre o se beneficia: el pueblo. Por lo tanto, no hace falta "joder" a nadie. Ningún pueblo sea europeo o no, sea esclarecido o no, sea lo que sea, merece ser jodido. Y mucho menos, que lo deseemos.Aquí no ví nada más que preocupación, solidaridad e incrudelidad del pueblo español respecto a la situación de Argentina en 2001. Nadie (ni por asomo) deseeó que se jodiera nadie.

Fibrilatus.
España.

Silvana dijo...

Muy interesante el post. La parte que más me gustó es la segunda, aquella que brinda datos del pueblo español y que desconocía, por ejemplo, el poco apego a la defensa de lo nacional, lo cual explica algo que siempre me llamó la atención y que el texto lo menciona: la falta o escasos reclamos por Gibraltar.
Afortunadamente, nuestro país fue superando ese nacionalismo que afloraba solo en los mundiales y a partir de 2003 pasó a impregnar otros aspectos.

Un lujo esto de tener “corresponsales” en otros países!

Saludos!!

Anónimo dijo...

Gracias Silvana.
Creo que el post que tengo pendiente desde hace tiempo debería titularse "¿Qué es España? ¿Qué es un español?", o algo parecido.


Un abrazo.
Fibrilatus.
España.