lunes, 8 de noviembre de 2010

LA PINTA NO ES LO DE MENOS

Si uno habla de "Estilo K", quizás lo primero que se le viene a la cabeza a la mayoría de los comunes mortales es definirlo rápidamente como "confrontativo". Ese es el sentido común que impusieron. Como si confrontar no fuera consustancial a la política (si se quiere conseguir cambios) y sólo formara parte del kirchnerismo.
Está claro que "el estilo" pasa por otro lado. Y lo raro es que lo reconozca la mismísima revista Noticias de la semana pasada en una nota de Adriana Lorusso sobre "Las Reglas de estilo en la era K" en este fragmento:
"Ni Punta del Este ni la costa de la Argentina fueron nunca lugares cómodos para la administración kirchnerista. Aún hoy, los funcionarios del gobierno son poco amigos de las fiestas, las celebrities (excepto que tengan el sello "cool" y militante ) y el lujo evidente. Hábitos que han sabido imponer a los empresarios de su entorno que raras veces frecuentan encuentros sociales resonantes.
Con excepciones, la sobriedad parece ser la marca de esta época, sobre todo, en comparación con el brillo menemista y los delirios de la juventud cool que rodeó a De la Rúa"
A la hora de buscar las causas de la "mística" y la militancia jóven kirchnerista, no puede perderse de vista este dato. Nada menos que el estilo, la visibilidad del poder.

2 comentarios:

pancho dijo...

lo que ocurre es que estaban desacostumbrados a confrontar politicamente, todos una manga de tibios y especuladores que entregaban a la vieja sin reparo, ahora llego la politica y es eso ,debatir ideas ,confrontar con los mismos de siempre y buscar resultados superadores, no estaban acostumbrados ,se habian olvidado, bueno, llego la politica y enhorabuena.

chinoclau dijo...

El estilo es el hombre al cual uno se dirige.