Cuenta Eduardo Galeano en "El libro de los abrazos" que "llevaba un buen rato escribiendo la trilogía Memoria del Fuego y notaba que, al revés y al derecho, a luz y a trasluz, se mire como se mire, se me notan a simple vista mis broncas y amores" Se lo comentó a un viejo poeta, y éste le dijo:
"A los fanáticos de la objetividad no hay que hacerles ni puto caso... los que hacen de la objetividad una religión, mienten. Ellos no quieren ser objetivos, mentira: quieren ser objetos, para salvarse del dolor humano"
Me acordé de ese fragmento mientras leía cosas como estas:
"Los profesionales son como las prostitutas, escriben mentiras en defensa de los intereses de los que les pagan. Los militantes, en cambio, escribimos la verdad al servicio del pueblo. Soy primero militante, después periodista"
"¿Con quién voy a ser objetivo? Del otro lado están los que tiraban gente viva al río y los secuestradores de bebés. Con ellos no puede haber objetividad"
Un aplauso grande para el autor de esas frases: nada menos que el nuevo titular de Telam, Martín García, en esta nota de lectura obligatoria.
1 comentario:
Aldo: gracias por compartir la nota, no sabía ni de la designación ni de este hombre.
Lo que dice es muy real. No se puede ser objetivo frente a determinadas personas. Porque en realidad, eso no es ser objetivo, sino o reprimir lo que uno siente y piensa, o ser hipócrita.
Creo que, en muchos casos, el supuesto "objetivo" lo que quiere es ser una especie de cristiano mártir. Hay como un regodeo morboso (no reconocido) de seguir, de continuar siendo víctima, nada más que eso.
Un ex detenido desaparecido, suponte, que no deteste a la fuerza que lo desapareció, continúa siendo víctima. No es objetivo, continúa en el rol, simplemente.
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