miércoles, 3 de noviembre de 2010

LAS OLAS Y EL VIENTO



Un interesante artículo publica hoy Sebastián Etchemendy (Director de la maestría en Ciencia Política de la Universidad Torcuato Di Tella) en el diario Página 12, que de alguna manera resume el "nuevo clima político". Principales fragmentos:

"Hay un dato clave que marca su deceso y, sobre todo, la impresionante muestra de fervor popular posterior: ha surgido en la Argentina una poderosa y contundente corriente política nacional-popular y de izquierda. Una corriente que hereda las mejores tradiciones de ampliación de derechos y autonomía frente a los poderes internacionales que trajeron el yrigoyenismo y el peronismo, y retoma temas clásicos del imaginario socialista y progresista.
La prematura muerte de Néstor Kirchner deja ese primer legado a nuestra democracia, algo que nunca pudieron construir el alfonsinismo o la vieja fracción renovadora del peronismo, pero que emerge con fuerza en el octavo año del kirchnerismo en el gobierno. No sostengo que esta corriente nacional-popular y progresista sea hoy mayoritaria en el país, digo que está organizada, y que, según se vio en estos días, tiene una representatividad social mayor que los grupos políticos y culturales que la componen.
¿Qué elementos centrales aportó el kirchnerismo para la construcción de este movimiento político que parece lanzarse al futuro a partir de la dolorosa muerte de su principal gestor?
1 Frente a la derecha y al establishment, como se ha mencionado mucho en estos días, el kirchnerismo significó centralmente la recuperación de la autonomía de la política. El Estado, encarnando el poder político emanado de las urnas, puso límites al mercado y sectores empresarios, a la Iglesia, a la gran prensa, a los organismos financieros internacionales, a la corporación militar. Ninguna corriente política emancipatoria se puede siquiera concebir sin este retorno de la política.
2 Frente a una izquierda testimonial que alberga una visión de la política como un escenario del Far West, donde los malos sólo habitan zonas lejanas y depredan recursos naturales, o frente a un “progresismo” republicano de buena pluma y ONG que invoca a los pobres pero detesta a sus organizaciones, el kirchnerismo se propuso nada menos que incidir en la disputa por el poder real. Para ello no dudó en armar alianzas tácticas complejas, pero tampoco en enfrentar factores de poder cercanos y tangibles, nunca antes tocados en democracia.
3 El kirchnerismo reorganizó desde arriba, políticamente, la clase trabajadora fragmentada y castigada por años de neoliberalismo. Sindicalismo, movimientos sociales y referentes territoriales, la base organizativa del kirchnerismo, convergieron para respaldar una política inclusiva que revertía importantes legados de los años ’90"

No se pierdan este emotivo y lúcido homenaje a Kirchner del presidente de Ecuador, Rafael Correa:

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