El pueblo (y hablo de los de abajo) no es boludo.
Muchos se sorprendieron por la recepción multitudinaria que se dio a Maradona y a la selección, y lo interpretaron como una muestra más que periódicamente produce el populacho argentino carente de razonamiento y que siempre apela al corazón, al sentimentalismo, al mito. Es decir: tenemos el técnico que nos merecemos. Estamos condenados al desastre futbolero en el futuro.
Tengo otra visión. La cosa es mucho más sencilla de lo que parece: todos sabemos que Maradona se equivocó en el planteamiento del partido con Alemania (hablé con gente de lo más variada y casi noté unanimidad en ello); sin embargo, hay una mayoría que se pronuncia por la continuidad de Maradona.
¿Cómo se explica? Creo que hay tres razones fundamentales:
1) En estos últimos tiempos la gente desarrolló (mucho más de lo que suponemos) un cierto rechazo hacia la prensa: se hicieron visibles los intereses a los que responden. Además, percibe a los periodistas deportivos como "panqueques": y la prioridad era proteger al ídolo en desgracia de esa calaña de francotiradores agazapados.
2) La cultura del "aguante": una cultura futbolera muy argentina hace pie en esa figura tan cara a los cánticos tribuneros: el apoyo "en las buenas y en las malas". Precisamente, hasta la presidenta Cristina se hizo eco hoy de esta filosofía: "soy más aguantadora en las malas que seguidora en las buenas".
En el fondo, como dije al comienzo, todos saben que Maradona se equivocó en ese partido, pero nos dio tantas alegrías en el pasado, que ahora sólo cabe "el aguante". Ya aprenderá de sus errores.
3) El mito del eterno retorno: Maradona renacerá una vez más. Como dijo Fernando Signorini (el preparador físico de la selección): Maradona se derrumbó una vez más, pero nacerá uno nuevo, distinto, que todavía no sabemos cómo será. La gente apuesta a "ese" Maradona, al que todavía no conocemos, al que está por nacer.
Y lo hacemos porque cuando vamos al cine nos gustan más los finales felices. Al pueblo le encantó la película que dirigía Maradona, y están convencidos que vale la pena darle otra oportunidad para que escriba otro final.
Se podrá coincidir o no con este "sentimiento popular", como gusten. Pero a mí me reconforta que la gente salga a la calle a proteger a su máximo ídolo contra los carroñeros y a reclamar que se le otorgue otra oportunidad.
Para el final, les dejo este párrafo de Ricardo Forster:
"Hay algo de todos nosotros en el zigzagueo maradoniano, algo de ese juego con los extremos que ha venido marcando la vida argentina desde siempre. Una gramática del exceso, un fervor por el que se paga un altísimo precio cuando llega la hora de la derrota, pero que nos ha permitido disfrutar con una intensidad única cuando llegaron los días del júbilo. Arrepentirse de esa trama profunda que nos constituye me resulta algo vacuo, insustancial e indeseable. Somos, qué duda cabe, la ilusión y la frustración, el empeño por hacernos cargo de lo mejor de una historia pigmentada por sueños a veces inalcanzables y la imperiosa necesidad de hacernos cargo de nuestras imposibilidades"
Vale la pena leer el artículo completo.
Muchos se sorprendieron por la recepción multitudinaria que se dio a Maradona y a la selección, y lo interpretaron como una muestra más que periódicamente produce el populacho argentino carente de razonamiento y que siempre apela al corazón, al sentimentalismo, al mito. Es decir: tenemos el técnico que nos merecemos. Estamos condenados al desastre futbolero en el futuro.
Tengo otra visión. La cosa es mucho más sencilla de lo que parece: todos sabemos que Maradona se equivocó en el planteamiento del partido con Alemania (hablé con gente de lo más variada y casi noté unanimidad en ello); sin embargo, hay una mayoría que se pronuncia por la continuidad de Maradona.
¿Cómo se explica? Creo que hay tres razones fundamentales:
1) En estos últimos tiempos la gente desarrolló (mucho más de lo que suponemos) un cierto rechazo hacia la prensa: se hicieron visibles los intereses a los que responden. Además, percibe a los periodistas deportivos como "panqueques": y la prioridad era proteger al ídolo en desgracia de esa calaña de francotiradores agazapados.
2) La cultura del "aguante": una cultura futbolera muy argentina hace pie en esa figura tan cara a los cánticos tribuneros: el apoyo "en las buenas y en las malas". Precisamente, hasta la presidenta Cristina se hizo eco hoy de esta filosofía: "soy más aguantadora en las malas que seguidora en las buenas".
En el fondo, como dije al comienzo, todos saben que Maradona se equivocó en ese partido, pero nos dio tantas alegrías en el pasado, que ahora sólo cabe "el aguante". Ya aprenderá de sus errores.
3) El mito del eterno retorno: Maradona renacerá una vez más. Como dijo Fernando Signorini (el preparador físico de la selección): Maradona se derrumbó una vez más, pero nacerá uno nuevo, distinto, que todavía no sabemos cómo será. La gente apuesta a "ese" Maradona, al que todavía no conocemos, al que está por nacer.
Y lo hacemos porque cuando vamos al cine nos gustan más los finales felices. Al pueblo le encantó la película que dirigía Maradona, y están convencidos que vale la pena darle otra oportunidad para que escriba otro final.
Se podrá coincidir o no con este "sentimiento popular", como gusten. Pero a mí me reconforta que la gente salga a la calle a proteger a su máximo ídolo contra los carroñeros y a reclamar que se le otorgue otra oportunidad.
Para el final, les dejo este párrafo de Ricardo Forster:
"Hay algo de todos nosotros en el zigzagueo maradoniano, algo de ese juego con los extremos que ha venido marcando la vida argentina desde siempre. Una gramática del exceso, un fervor por el que se paga un altísimo precio cuando llega la hora de la derrota, pero que nos ha permitido disfrutar con una intensidad única cuando llegaron los días del júbilo. Arrepentirse de esa trama profunda que nos constituye me resulta algo vacuo, insustancial e indeseable. Somos, qué duda cabe, la ilusión y la frustración, el empeño por hacernos cargo de lo mejor de una historia pigmentada por sueños a veces inalcanzables y la imperiosa necesidad de hacernos cargo de nuestras imposibilidades"
Vale la pena leer el artículo completo.
3 comentarios:
Aquí discrepamos totalmente compañero.
“…sin embargo, hay una mayoría que se pronuncia por la continuidad de Maradona.”. Primero: ¿a qué mayoría te referís? Porque hasta donde yo leí o escuché (encuestas de diarios, llamados a las radios, opiniones de la calle…) existía un pronunciamiento mayoritario, casi por arriba del 70 % de que Maradona se vaya como técnico.
Analizando cada "razón" de tu post, te digo:
1) La prensa, especialmente la deportiva, siempre fue así: hoy te ensalsan y mañana te defenestran. Siempre hubo un sector de periodistas deportivos que fueron antimaradonianos. Aclaro que se trataba de un sector minoritario. La otra amplia mayoría de periodistas (incluyendo a los del grupo Clarín) SI estaban con Maradona, ya sea por obsecuentes o por el temor a criticarlo y que después no les conceda una nota o porque simplemente les gustaba, no lo sé. Pero estaban con él: te hablo de Roberto Leto, Palacios, Martín Arévalo, Gonzalo Bonadeo, Horacio Pagani, por nombrarte solo algunos. Por todos los medios le daban bombo!
2) El tema de la cultura argentina del “aguante” al que te referís es para los equipos de fútbol, ejemplo “yo al Santo, a Boquita, y a la Selección los banco en las buenas y en las malas”, al e-qui-po le hacemos el aguante. Pero no es para los técnicos. Porque un mal técnico te hunde el equipo . Maradona tuvo oportunidades de cambiar el esquema de juego y no lo hizo, ¿acaso no mira videos?, ¿no miró partidos? “Que aprenda de sus errores” dice mi amigo Aldo. Si, de acuerdo, que aprenda, pero NO con la Selección.
3) Hermosas palabras las del apartado tres. Pero creo que no pasan de una mera expresión de anhelos. Y te explico brevemente porque: Maradona es un hombre que no va a cambiar porque tiene una forma de ser y una personalidad muy marcadas que no creo que a esta altura de su vida las cambie. Se deja llevar por el “amiguismo”, y las simpatías a la hora de elegir jugadores. Todo ello sin mencionar la soberbia que ostenta.
Párrafo aparte, no tiene nombre como se metió a opinar sin que nadie lo llame en el partido de España.- Portugal, y terminó hablando mal del árbitro argentino Baldassi...
En realidad estoy un poco cansada del exitismo! Esto es un juego y lo realizan seres humanos y toman opciones, a mi me parece que Diego optó por un planteamiento y bueno no obtuvo resultados positivos, tal vez con otra opción hubiéramos empatado, o sólo nos hubieran hecho uno o dos goles y aún habernos ganado, o tal vez ganabamos nosotros. Quien lo puede asegurar, sin el diario del lunes.
En fin puedo estar equivocada, pero yo banco a la selección porque también tengo en cuenta toda la alegría que nos dió en los cuatro partidos que ganó y ni que hablar a Maradona.
Besos Sofía
Y, nuevamente, las interpretaciones que hacen desde la prensa deportivo-chimentera es que los que fueron a recibir a Diego y a la Selección estaban "festejando" algo.
Está bárbaro que tengan opiniones corporativo-político-deportivo-comerciales diferentes. Pero lo jodido es que por defenderlas tergiversen los hechos o, directamente, no los entiendan.
¡Abrazo!
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