300 post! No lo puedo creer! Cómo tampoco puedo creer como creció la actividad en la blogósfera y se llenó de blogs “amigos” y muchos de una calidad impresionante.
Tienen actualidad y valentía estas reflexiones de Juan Pablo Varsky sobre los blogs:
“… les puedo asegurar que se trata de un cambio cualitativo irreversible. La aparición de blogs con contenido, análisis, opinión, contextualización y temática distinta supone, para mí, el sello distintivo. La participación ciudadana también debe medirse desde este lugar. No solamente desde la cantidad de fiscales y presidentes de mesa.
Y eso nos pone nerviosos a los periodistas “tradicionales”. Todos tenemos una cuota de vanidad muy alta para aparecer en televisión, radio y gráfica. Cada crítica es un golpe a nuestro narcisismo. A nadie le gusta que alguien “de afuera” lo critique. A mí tampoco, claro. Me incluyo dentro de la bolsa. Intento discutir con quien me traiga argumentos válidos e interesantes. Me estimula el debate de ideas. Hoy, los blogs están bajando del pedestal al periodismo tradicional. Lo cuestionan, lo pinchan, lo molestan. A mí me parece una buena noticia aunque a veces me quiera agarrar a trompadas…Sea cual fuere el resultado de las elecciones, aquí hay algo nuevo y diferente”
Y es que una simple pasada por algunos blogs, nos revela que estamos ante algo grosso. Y que esta ola es indetenible:
Mientras Gerardo Fernández tenga esa sagacidad y precisión única para definir al medio pelo porteño, en este caso sobre el voto a Pino Solanas:
“… es una suerte de papelera de reciclaje de porteños medio pelo que fueron de De
Mientras Lucas Carrasco tenga la lucidez para hacerse estas preguntas:
“Las mejores y las más gastadas metáforas tienen su materialidad. Los discursos, por caso, la tienen; las ideas, mounstruosamente, o con ternura, la tienen.
¿Dónde habitan, en cambio, las pasiones políticas?
¿Son solamente el devenir opaco de nuestra personalidad, son eso y también otra cosa?
¿Los odios, los rencores, los remordimientos, los sueños, las vulgaridades, el arrepentimiento, la sanata, la nobleza, son de todos en grados variables; implican la corrección racional entre medios y fines, abarcan más entidades que las preexistentes en uno, son condicionadas o determinadas por ese horror inmenso, infranqueable, imposible, que son los otros? Todos los otros, todos los que no son yo.
¿Dónde, o de qué modo, bajo qué pretexto cohabitan las pasiones políticas con el beso en los labios, con el abrazo al amigo, con los hoteles de ruta, con las fantasías y los pecados, con la visión lluviosa de la nostalgia? ¿O no se cohabitan?”
Mientras Mendieta sea capaz de estos reconocimientos:
“También pensaba que sí, que la política me gusta, que discutir me gusta, que las campañas me gustan, que los bares me gustan, que los asados y los pueblos, esos pueblos, me gustan. Pero lo que más me gusta es pensar. Colgarme y pensar.
Así estoy”
Mientras Orlando Barone tenga un bisturí afilado para sus definiciones, aquí sobre el voto inmaculado:
“Ese voto de izquierda o enteramente progresista, o puramente diáfano, cada vez que vota pierde. Es como aquellos enamorados del amor que nunca se enamoran de un ser concreto, porque en la práctica tiene defectos. Y acaban solitarios resentidos negándose aunque sea una caricia porque no es la que ellos se diseñan. Y si un gobierno lograra bajar la mortalidad al mínimo posible, dirían que eso no basta: que falta alcanzar la inmortalidad. Y si se cumpliera la consigna de hambre cero y ya no
hubiera hambrientos, dirían que la comida es mala. O todo o nada, piensan. Pues nada.
Por eso ese voto del que hablo no es ni siquiera la utopía. Es un gesto onanístico que pone feliz a la derecha más derecha. La que brinda con soja. Pero al voto inmaculado no le importa perder: elecciones sobran.
Pero el tiempo pasa.”
Y sí… creo que hoy esa calidad literaria, ese nivel de análisis, esta mística, la metáfora justa, la ironía perfecta, sólo se consigue en los blogs. La “prensa independiente” aburre por lo predecible y su total falta de frescura en el lenguaje.
Lo describe bien el blog X el Choripán y la Coca:
“Los blogueros Nac&Pop, choripaneros, populistas somos todos montoneros. Si Señor! porque SOMOS UN MONTÓN! somos una montonera de mujeres y hombres de todas las edades que quitamos tiempo de nuestras vidas, trabajos, amores, hobyes, sólo por la militancia, que va mucho más allá de un partido político.
Hay una gran diferencia entre los blogueros Nac&Pop con los blogueros de la ciber-derecha. Esa diferencia es que nosotros lo hacemos gratis, por amor, movilizados por la solidaridad, por el ansia de una sociedad más justa. Porque aborrecemos la indignidad de asignarle a la política ese carácter estadístico que le impregna la derecha, donde las personas son números. Con esa teoría de selección natural donde triunfan los fuertes y los débiles son excluidos catalogados como "efectos colaterales".
Habrá que tener aguante nomás:
1 comentario:
Felicitaciones Aldo, muy buena síntesis de lo que se dice sobre ésta inesperada construcción donde estamos metidos, que sea por varios tricentenarios más. Un abrazo.
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