La realidad que no me gusta no existe, decreta la "prensa independiente". Eso queda claro este domingo en los principales analistas políticos de la oposición multimediática.
Y es que el acto de
Mario Wainfeld lo explica bien:
“Los medios dominantes hicieron lo imposible por ningunear o distorsionar la movilización. Durante días alertaron que se venía un desafío al oficialismo, tratando de acomodar los hechos a sus anhelos. Las transmisiones radiales y televisivas en vivo se desesperaban para conseguir una pelea, un mini San Vicente como anhelo supremo, unas piñas entre los muchachos como premio consuelo. Las consabidas alusiones a la “extrema tensión” fueron recurrentes durante las horas previas. Pero, en esta ocasión, los organizadores revieron la incompetencia suicida que fue el traslado definitivo de los restos de Juan Domingo Perón. Cuando se convoca a trabajadores organizados y encuadrados, cuando se restringe el protagonismo de barras bravas y marginales, las perspectivas de convivencia son muy altas, tantas como para dejar a los detractores con un palmo de narices.
Así y todo, las descripciones de los on line tuvieron lo suyo.
Para otro medio virtual, los asistentes fueron “llevados” por Moyano. No se movilizaron, no tienen voluntad política ni libre albedrío. Un discurso dominante ningunea a los trabajadores, a tono con una atmósfera clasista”
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