"Por sus frutos los reconocerán" nos dicen todos los predicadores bíblicos. De la oposición podría decirse lo mismo con sólo hacer un raconto de sus fotos en el Congreso: todas prolijamente armadas para ser tapa de Clarín al día siguiente. Miren algunos de los papelones que llevan registrados:
Ésta en defensa de Fibertel es una de mis preferidas:
Y la de hoy:
¿Saben que tienen en común TODAS esas fotos y varias más? LA MANO que las mueve: la de Magnetto y sus columnistas dominicales, con una estrategia inmutable a pesar que el paradigma del que parten ya no existe más: LAS TAPAS DE CLARÍN NO LE MUEVEN UN PELO A NADIE. Mejor dicho, sí: a la mitad de la ciudad de Bs. As y a un puñado de argentinos repartidos por el país.
Al resto de los argentinos poco y nada les interesa esas imágenes pobladas de rostros poco creíbles y hasta siniestros. Montajes donde los actores principales se van corriendo del lente de la cámara cuando irremediablemente cumplen su ciclo y pasan a la categoría de ex empleados jubilados: Carrió, Pino Solanas, Cobos, la Giudici, los Sanz o Morales y los futuros integrantes de la nómina del Anses: la Bullrich, chiche Duhalde y la esposa de Barrionuevo.
El resto, el pueblo, tiene en claro algunas cosas importantes: les va mejor, sienten que en los últimos años el Estado se ocupó de ellos de una u otra forma y tienen cierto optimismo cuando miran su futuro y el de sus hijos. Eso es todo. Pero quieren defenderlo. Necesitan hacerlo. Y lo único que tienen es el voto.
¿Saben a cuantos tucumanos o catamarqueños les importa la tapa de Clarín, de la revista Noticias o lo que dice Magdalena Ruiz Guiñazú en Radio Mitre o Nelson Castro en TN? Acertaron: ¡a poquísimos! Les digo más, ¿Saben cuantos ejemplares vende Clarín en Tucumán? aproximadamente 1000 por día. ¿Entendieron? Clarín es un diario esencialmente porteño que supo tener una gran importancia simbólica e influencia política en el interior del país que hace rato perdió casi en su totalidad. Hoy por hoy Clarín sólo sirve para agitar el microclima político porteño y escandalizar a señoras PRO de Palermo y Belgrano.
Magnetto incendió la credibilidad del buque insignia (el diario Clarín), la fuente real del poder político del multimedio, en el altar de defender los negocios "anexos" del Grupo: Clabevisión, futbol de primera, fibertel, expoagro, etc., etc., etc.. Por eso hoy se encuentran en un callejón sin salida y repiten una y otra vez las mismas tácticas y estrategias que corresponden a otro país, a otro momento histórico, mientras Julio Blanck se asusta (literalmente) por como mide Cristina en el conurbano. Pobres tipos. Pensar que alguna vez fueron periodistas.
Nada cambiará. Hoy Magnetto se reduce a un lobbista porteño y su canción preferida es una de José Velez que dedica todos los fines de año a sus fieles seguidoras: Carrió, Giudice, Morandini, Stolbizer, "Chiche" Duhalde, Camaño y Bullrich:
1 comentario:
Tal vez, y como complemento a esta cuestión, haga falta ocuparse un poco de algo que está pasando más o menos impunemente.
¿Puede - o debe - un señor que quiere ser presidente del país, dejarse retar y basurear por una cheta mal educada? - El hermes con la magdalena, claro.
Y a la vez y como consecuencia del reto, cambiar por completo su posición?
El tipo quiere ser presidente y un presidente tiene que hacerse cargo de cuestiones y personajes mucho más jodidos que un esperpento mal cogido.
Digo, si uno fuera argentino y binnerista, es para tenerlo en cuenta, no?
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