Todo indica que los diarios La Nación y Clarín están a punto de entrar, nuevamente, en una fase ya conocida: estos tipos de la oposición son impresentables. No podemos hacerle nosotros todo el laburo.
Anticipé en un post de hace unos días que pasado el microclima de Capital Federal y Santa Fé, los "grandes" diarios tendrían el problema de publicar hoy domingo las encuestas para las primarias del 14 de agosto. Lo solucionaron: NO PUBLICARON NINGUNA ENCUESTA. Parece que la realidad, cuando no la construyen ellos, no existe.
Sin embargo, siempre algo se termina filtrando para alcanzar a dimensionar el por qué de algunas omisiones y fundamentalmente el estado de ánimo que campea en tales medios. En esa dirección, resulta imperdible la columna de hoy en La Nación de Jorge Fernández Díaz, de la cual rescato estos párrafos que no tienen desperdicio:
"... de pronto suena una campana y atruena una música épica. No todos  dieron la talla, Duhalde sí la dio. Se habla del coraje y de lo que hay  que tener para ser un presidente en serio. Se sugiere que ni Scioli por  timorato ni Cristina por anatomía lo tienen. Y rubrica: "Nosotros  tenemos con qué".
No termino de procesarlo cuando ya regresa Alfonsín. Está  explicando, como un niño, por qué quiere ser presidente. Y también que  viajó por el mundo y trajo experiencias novedosas. Pero no se trata de  Canadá, Corea o China. Resulta que viajó a Chile, Brasil y a Uruguay en  catamarán, con lo que deja una sensación a política de cabotaje, ¿no?  Dan ganas de invitarlo a comer una fabada en el Centro Asturiano, pagar  la cuenta y acompañarlo en el sentimiento al pobre. Pasa algo parecido  con Binner, tan prolijo y eficiente, peinado a la raya, sonrisa tímida.  ¿Usted se atendería con ese médico? Yo me atendería sin ninguna duda.  Pero es anestesiólogo y se le nota. Parece anestesiado.
En esto hay que admitir algo: la mejor es Elisa Carrió, que pese a la  cara sufrida (como si ya supiera que va a perder) y la voz queda del  locutor (que parece quejarse por la paga) se presenta rodeada de  muchísima gente: si todos esos extras la votan ya tiene garantizada una  buena elección. Hay una apelación emocionante a la ética. "Si vos  querés, vamos a una Argentina mejor", dice luego de condenar la  corrupción. Pero no, Lilita, no quieren. No quieren. Te aseguro que con  este nivel de consumo no detectan ni las faltas de tránsito. Fijate, si  no me creés, en el último Indice de Confianza en el Gobierno que hizo  Poliarquía para la Universidad Di Tella: el 56% de los ciudadanos  consideró que casi ningún funcionario o sólo unos pocos son corruptos.  ¿Pero entonces qué pasa con la andanada de escándalos que se publican  todos los días? Parece que los "medios hegemónicos" no tienen tanta  influencia como los conchabados de la guerra cultural le quieren hacer  creer a Cristina para sacarle más publicidad oficial y sueldos  estatales.
Y justo aquí viene Cristina, a repetición, en tres spots  inolvidables. La verdadera música de fondo es su falsete evitista; le  habla a la juventud, banderas flameando, orgullo de pertenecer a este  país. Todo es apoteótico. La pucha que vale la pena estar vivo. En el  segundo spot, la señora anda entre trabajadores, diciendo en off  "estamos al frente de toda América latina en materia de salarios".  ¿Anotaron, Dilma y Lula? Y llega enseguida un homenaje a la asignación  universal por hijo, "el plan más importante a nivel mundial". ¿Anotaron  en Unicef? Y un detalle: Cristina sin luto, vestida de blanco, como una  novia.
Frente a los otros spots, las propagandas kirchneristas parecen  realmente logradas. También, sin ánimo de elogiar a Durán Barba y a su  criatura política (Dios me libre y guarde) al ver los spots producidos  en la fragua ecuatoriana y compararlos con aquellos pobres ejemplos, a  uno le parece de súbito que Macri es Churchill. Ya sé que no lo es, y  que con marketing se puede construir mucho. Pero no es casualidad que  los videos cristinistas, a pesar de las exageraciones, funcionen y  algunos avisos opositores parezcan salidos de un programa de Capusotto o  de una película de George Romero. Es que, además de las torpezas  evidentes, los proyectos alternativos al Gobierno no prenden. Y no es  porque los publicistas hayan hecho tan mal su trabajo (algunos  claramente lo hicieron), ni tampoco que los candidatos no sean buenos  (algunos no lo son). Sino que, a pesar de las derrotas de Capital y  Santa Fe y de los enormes errores políticos de estos días, el ciclo  kirchnerista no ha terminado.
             Basta hablar un rato con los encuestadores más serios  para entender que Scioli le lleva 30 puntos a su perseguidor, y que hoy  Cristina podría ganar en primera vuelta. También, que un sector de la  sociedad acuerda con este modelo estatista y que la inflación no produce  gran disgusto. Algo parecido ocurría en 1995, cuando la convertibilidad  asordinaba todo. Ya sabemos que la realidad es dinámica y que esto  puede cambiar. Pero aún no cambió, y en parte se debe a que ninguna  figura de alternancia logra hechizar"



1 comentario:
Aldo, de alguna manera me entusiasma que ni LN ni Cl*r*n no hayan publicado una sola encuesta, es todo un signo de lo que se espera para el 14 y que se vislumbró en todos los comicios hasta el momento: triunfaron los oficialismos.
Tampoco reconocen que en CABA, Sta Fe y Córdoba se adelataron las elecciones para no confrontar con CFK colgada de otro candidato a gobernador.
Un análisis tan básico que no sale reflejado en ningún lado tampoco.
Espero no caer en sensación de exceso triunfalismo, pero se viene un feliz domingo...
Abrazo!
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