El corresponsal en España de este blog, Fibrilatus, estaba "desaparecido", sospecho que puteándolo a Zapatero. Su regreso no tiene desperdicio, en el diario "El País" y "El Mundo" no se consigue:
“Desgavell” es una palabra catalana que no tiene traducción exacta al español. Podría ser una mezcla de “desbarajuste”, “insensatez”, “sinsentido”, “inoportunidad”, “incoherencia” y similares. Me ha costado, pero es quizás el mejor apelativo para calificar la gestión del Presidente Zapatero.
Todos estamos informados de la profunda y grave crisis que sufre España y no creo que deba insistir mucho en ella. Para mí, resulta mucho más interesante la figura del Presidente que ,como genuino representante de la socialdemocracia española, en momentos difíciles no duda en tomar decisiones profundamente antipopulares y derechosas. Personajes muy apreciados en Latinoamérica como Felipe González, en circunstancias similares, ya lo hicieron en su día sin despeinarse cumpliendo con su deber: hacer la tarea sucia de la derecha, traicionar los principios más queridos y favorecer objetivamente la llegada al poder de la derecha más cavernícola.
Lo que sí sorprende es el estilo: leyes contradictorias, virajes súbitos de un lado a otro, prometer una cosa y hacer otra, cambiar de postura al conocer una encuesta, amenazar con una medida y luego no promulgarla, etc…. Y todo ello, con la convicción íntima del personaje de que es una especie de George Clooney conduciendo el barco en “La tormenta perfecta” (y, evidentemente, confiando en un final en que acabará venciendo la ola gigante). Así pués, plegado a todos los poderes locales, europeos e internacionales tanto políticos como financieros, avanza grotescamente hacia su suicidio. Sus votantes y la sociedad progresista en general, hubiesen preferido más un recorrido tipo Clint Eastwood de una película de cow-boys, en la que si moría lo haría con las botas puestas y por culpa de la balacera de los “malos”.
Paradójicamente, de haber elegido este camino manteniendo su esencia ideológica y programática, el país no sólo estaría mejor sino que era el único camino por el que lograría su salvación y, quizás, retener el poder. En la película elegida, el malo llamado Rajoy ha ganado la batalla sin disparar un tiro, sin despeinarse y sin necesidad de cometer acto malvado alguno. La fruta se ha podrido tanto, que ha caído sola.
Y ello ha sido así, porque la “argentinización” de la crisis española más que evidente (allí lo saben mucho mejor que aquí), Zapatero hizo de Menen en su primera legislatura (la de “pizza con champagne”) de la época de bonanza (cuando la crisis ya se veía venir, cuando la burbuja inmobiliaria era un secreto público, los problemas del crédito ya se intuían). Siguió haciendo de Menem en la crisis instaurada (recordemos la caída del PIB en Argentina, el desempleo del 14%, niveles de pobreza multiplicados por 3, déficit fiscal, deuda externa desbocada……) y, ahora, en el intento de salir de ella se parece cada día más a Fernando de la Rúa. Y el plan Zapatero para todo ello lo hubiese firmado López Murphy o Domingo Cavallo.
Y la crisis empezó con una situación no demasiada mala en España: la deuda externa es básicamente privada y no estatal, la situación de los bancos era aceptable con una regulación y control mayores que la de sus vecinos (ni que hablar con la de EE.UU), el gasto del Estado NUNCA ha sido excesivo (los gastos sociales son mayores que Grecia o Portugal, pero bastante alejados de Francia, Alemania u Holanda),etc… La descomposición del sistema llega por un factor casi único y original en la Europa común: el desempleo masivo (la crisis en España toma más la versión de EEUU que la de Europa en general), lo que genera un problema brusco y profundo de ingresos pero no de gastos que no eran excesivos. El desempleo masivo y su cobertura social llevará en poco tiempo a que se sume el segundo factor: no sólo no hay ingresos sino que se gasta mucho más.
Si bien la intención inicial de Zapatero era la que se esperaba (mantener estímulos financieros para favorecer el crédito, dotar de capitalización a los bancos, inversión en obra pública para contrarrestar el desempleo y similares), se hace insostenible por el triunfo de las tesis ultraconservadoras políticas y económicas (¡las causantes del lío!) en el seno de la Unión Europea carente en absoluto de liderazgo político de altura: Sarkozy, Berlusconi, Cameron…….dominada por un gendarme interno que es la Alemania de Merkel (que “ayuda” a Grecia pidiendo dinero a un 2,6% de interés y prestándolo a Grecia al 8,5%) como ejemplo de imperialismo interno. El super Dios del control del déficit se impone y todo se va al garete.
Esto unido a disfunciones internas como que el Banco Central Europeo no puede conceder créditos a los Estados miembros (como puede hacer el gobierno Federal de EEUU que concede o avala préstamos a Estados con problemas), la ligazón al Euro (como Argentina en su día al dólar) que impide devaluaciones, etc… marcan decisiones como las de recortes sociales importantes, retirada de derechos laborales y de lucha de los trabajadores, dificultar el acceso y reducir las cuantías de las jubilaciones, inventar un nuevo “corralito” como la retracción salarial inapelable e ilegal del 5% del sueldo de los funcionarios, desinversión estatal brusca y masiva, etc…. Incluso, emulando a otro Menem, llamado Aznar, que cumplió los criterios de Maastrich para acceso al Euro disminuyendo el déficit privatizando todos los bienes del Estado, decide privatizar las Loterías estatales y los aeropuertos (de ahí el conflicto famoso de los controladores aéreos: nadie del sector privado iba a asumir los aeropuertos sin “domesticar” salarialmente y en derechos laborales a este sector. El “domesticar” a los pilotos, ya lo hizo González en su día).¡ Ni Rajoy se lo esperaba!
Plegado a los intereses del dinero (los mismos que se enriquecían con la burbuja inmobiliaria, desde bancos a fondos especulativos o de jubilación internacionales), con el estallido de la burbuja inmobiliaria y la crisis financiera, encuentran otra forma de seguir ganando plata: la lucha contra el déficit público después de haber salvado lo privado y la presión creciente sobre los intereses de las deudas estatales. No hay nada más evidente ni nada más sencillo.
Todos sabemos (sin necesidad de ser Keynes, Krugman o Stiglitz) que la salida menos penosa para el pueblo exige estimular el consumo interno (sabiendo que bajar excesivamente los salarios causa más deflación), que se puede tolerar cierto exceso de inflación, que se debe despreciar el déficit público si va destinado a la financiación de la economía productiva y a la protección social, que se debe imponer una reforma impositiva que grave los ingresos de forma progresiva lo que generará más ingresos y también mayor redistribución de rentas, que se debe rediseñar la organización administrativa (ahora ha decidido poner de moda la “distribución centrípeta del déficit” echándole la culpa de todo a los gobiernos autonómicos) para optimizar el gasto corriente, restablecer el crédito a las familias y empresas generadoras de puestos de trabajos aún a costa de “sanear” bancos pero asumiendo un control público de los mismos (¡hasta Cameron nacionalizó bancos!), aumentar la competitividad de la economía mejorando y diversificando los productos más que incidir sólo en los costes salariales de los mismos, hay que presionar a los bancos para que reconozcan con fidelidad sus activos tóxicos e impagos y puedan “soltar” la mano sobre las miles de viviendas que tienen retenidas con una sobrevaloración de al menos un 30% intentando maquillar sus balances y así reactivar ese mercado, bonificar la rehabilitación de inmuebles deteriorados que pueda generar trabajo en los miles de desocupados de la construcción, etc…. Es decir, sea como sea, se debe buscar crecimiento y aligerar el desempleo.
Porque al final de la película se llega irremediablemente cuando a la pregunta inicial de ¿quién pagará este gasto?, se pasa a no puedo pagar esto y lo otro y lo de más allá, se continúa con lo de ya no sé qué dejar de pagar porque ya lo he recortado todo, y lo único que se logra es aplazar el ineludible juicio final tras un enorme despilfarro social, un desempleo masivo permanente y una degradación histórica del país y su pueblo.
Y, dentro de este contexto, ¿se imaginan el estado psicológico de todos los argentinos que huyeron de los “gobiernos incompetentes y antipopulares”, de la “inestabilidad política y económica”, del “corralito”, del país “sin oportunidades ni perspectivas”, de la “inseguridad jurídica e institucional”……? Ahora están gritando aquí “que se vayan todos” (aunque aún no hacen caceroladas) pero con una diferencia: ya no saben a dónde emigrar ni tienen aún la valentía de volver.
Llegado el momento, Rajoy será Rajoy. Pero Zapatero, habiendo ya encarnado a Menem y a F. de la Rúa, ¿se atreverá o tendrá tiempo de mutarse por última vez en Néstor Kirchner?.
¡Dios me oiga, Aldo!
Fibrilatus.
3 comentarios:
Excelente análisis de la actualidad Española. Unas preguntitas: Tiene muchas críticas en su partido Zapatero?
Siguen teniendo la visión española socialdemócrata de una "Argentina populista" en sentido despectivo?
Saludos.
Celina.
Estimada Celina:
Efectivamente hay corrientes en el Psoe que son críticas, pero casi todas se mueven en la militancia de base. El resto está enfocado con visión de "aparato": intentar que las autonómicas y municipales de mayo no sean un desastre (como han sido recientemente en Catalunya), preservar una imagen de "unidad" frente al ascendete PP y confiar en 2 cosas: que la situación "mejore" hacia 2012 y valorar la retirada de Zapatero para que un nuevo candidato sea un "revulsivo" electoral.
Respecto a la segunda parte, la imagen es difícil de romper. Casi todos los análisis se basan en un espíritu de soberbia y se centran en la corrupción, déficit institucional, clientelismo político, etc... Esta visión distorsionada (si bien reconocen los logros de PIB, desempleo, pobreza, etc...) coincide con la visión que difunden la mayoría de argentinos residentes (la gran mayoría emigraron tras el "corralito" y representan fielmente la clase media reaccionaria) por una parte y las "fuentes" de información y opinión cercanas a La Nación y Clarín. Ya te puedes imaginar el resultado.
Gracias por tu comentario.
Un abrazo.
Fibrilatus
Zapatero se ha transformado en el jefe de campaña de Mariano Rajoy. Ha prometido llevarlo hasta La Moncloa y esa es posiblemente la única promesa que estará en condiciones de cumplir.
Cuando la derecha llega al gobierno hace políticas de derecha con malas intenciones, en cambio cuando la izquierda llega al poder es completamente diferente: aplica las mismas políticas de derecha pero con las mejores intenciones. Eso cambia todo.
Muy buen análisis.
Saludos,
r.
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