Me gustó mucho la imagen de la España actual que logra el escritor sevillano Issac Rosa con la expresión "país burbujeante el nuestro" en este artículo que transcribo, dónde se pregunta cuales serán las burbujas que estallarán en el 2011:
"Desde que reventaron las burbujas financiera e inmobiliaria, por todas partes vemos posibles brotes burbujeantes. No hay sector económico exitoso al que no miremos con desconfianza, como si tras su aspecto saludable ocultase una hinchazón artificial que nos pueda estallar en la cara en cualquier momento.
Estos días, por ejemplo, se habla de una posible burbuja en las redes sociales, a partir de la valoración de Facebook en 50.000 millones, y de la intención de Linkedin de salir a bolsa, lo que recuerda al pinchazo de las puntocom hace diez años. Y en las previsiones de los expertos para 2011 no faltan advertencias sobre otras burbujas que podrían reventar.
También entre nosotros hay temores burbujeantes en distintos frentes. Aparte de la pringosa burbuja del jamón de que se habló estas navidades, ahí está nuestro tembloroso sistema financiero (con cajas de ahorro a punto de desaparecer como tales, y una banca campeona del mundo pero empachada de ladrillo), pero también las energías verdes (donde ya hay especuladores y cazasubvenciones), la construcción de infraestructuras (ya rescatamos autopistas de peaje, pero seguimos teniendo más aeropuertos que provincias, y ya veremos qué pasa con algunos Aves), y tal vez hasta algunas administraciones públicas endeudadas y sobredimensionadas.
Junto a esas posibles burbujas de importancia, yo ya veo globos por todas partes, hinchazones que no me explico y que cualquier día revientan: la TDT, por ejemplo, con sus tropecientos canales; la cantidad de tertulias de derecha; los edificios emblemáticos (que ahora se descubren caros de mantener y sin contenido); el pijerío del vino (bodegas de arquitecto, famosos con marca propia), la hipercomunicación de los colgados al twitter y al facebook, o hasta el ubicuo merchandising de Bob Esponja, que tampoco me explico.
Hay otras burbujas que parecen más bien ampollas, pero esas no explotan ni aunque las pinches: la iglesia católica, el apoyo popular a la monarquía, el fútbol y sus fichajes caros, o el PP en Madrid y Valencia, entre otros granos. País burbujeante el nuestro"
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