MIENTRAS MIRO LAS NUEVAS OLAS

Fue un fin de semana raro, distinto, el que pasó. Ya ni me acuerdo que leí primero, pero la progresión fue más o menos así:

1) En el suplemento espectáculos de Clarín, el director norteamericano Oliver Stone dice esto: “Le pregunte a Cristina Kirchner en el documental (Al sur de la Frontera) cuántos zapatos tiene, como si ella fuera Imelda Marcos. “No sé, nunca los conté. Nunca le preguntan a un hombre cuántos zapatos tiene”, se la ve retrucar certera. “Quise romper el hielo, por eso le dije eso, fue una broma, pero ella es muy inteligente y supo cómo seguirme el juego”, comenta el director, muy impresionado por el matrimonio Kirchner. Oliver Stone los llama “La Hillary y el Bill Clinton de Sudamérica... pero mejores”. Y dice que ambos le parecen brillantes. “Cristina puede ser dura, sin dudas, pero me impresionó la forma en que habla, es muy articulada y Néstor es el estadista que más me ha impresionado y eso que he conocido a muchos”, asegura”

2) Luego me enteré que Ignacio Copani ya no estaba solo. Aparecía Andrés Calamaro, en Perfil, y decía esto:

"Una cosa es la realidad y otra es la que leemos todos los días por la mañana"

"Hay que entender que existe un partido militar, un poder religioso y que existe el partido de la prensa o los medios, que hace política y que es un poder real, ya no son sólo los tres poderes como nos enseñaron en el colegio, además hay otros poderes"
Justo lo que vengo diciendo desde enero de 2009 en este blog: No jodan con Montesquieu

También en Perfil, venía Fito Paez a decirnos que “el Kirchnerismo me entusiasma: Es la primera vez que en la Argentina, el dinero no se lo llevan las mismas 100 familias de siempre", expresó. Al día siguiente, en Página 12, aparece esta nota que vale la pena leer donde explica Fito cómo aparecieron claramente dos países: el virtual y el real.

3) Agarro la revista Noticias, generalmente plagada de reportajes intrascendentes, y me encuentro con Claudio Villarruel (el ex mano derecha de Tinelli), que sorprende:

Noticias: ¿Qué piensa de la participación política activa de Florencia Peña en los últimos meses?

Villarruel: Me encanta. En esta sociedad de las apariencias, hechos como el de Florencia jerarquizan la condición humana en términos ideológicos y de coherencia, porque acá todo es “yo, argentino”. Si muchos referentes sociales imitaran su participación, no importa el signo del que sean, sino el asumirse como sujetos políticos… puta, cambiaría todo radicalmente.

Noticias: ¿Cree que, como ella dice, los medios se la van a hacer pagar?

Villarruel: La derecha siempre te hace pagar todo y, normalmente, son los dueños de los medios de producción. Pero, seguramente, si siguen habiendo gobiernos nacionales y populares, (se ríe) parezco un compañero hablando…

Noticias: ¿Se siente peronista?

Villarruel: Lo que siento es que hay que defender primero al gobierno democrático. Estoy en un 60 por ciento de acuerdo en cómo encara las políticas sociales y el manejo económico. Es un gobierno al que le cuesta mucho todo porque hay un establishment muy de derecha… A ver, somos una sociedad que piensa como la izquierda pero actúa como la derecha.

La misma revista tiene un reportaje al historiador Felipe Pigna, que dice: “Para mí la cosa es clara: lo que el gobierno debería hacer es dedicarse a gobernar. Porque, del otro lado, tiene una oposición que sólo existe en términos mediáticos, no reales. Ninguna de sus figuras le mueve el pelo a nadie: ni Macri, ni Morales, ni Carrió, ni Cobos. El gobierno no la tiene tan complicada, no están jugando contra la selección brasileña. En la oposición hay una miseria espantosa, de ideas, de actitudes morales…”

4) Hasta ahí todo venía, digamos, dentro de parámetros aceptables de sorpresa. Pero lo que realmente me hizo caer del sillón fue darme con esta nota de Ernesto Tenembaun, titulada de la misma forma que un post mío sobre los festejos del Bicentenario: "La alegría no es sólo brasilera"

5) La encuesta del Bicentenario: Recién nomás, pude leer un reportaje en el diario Ambito Financiero al gurú ecuatoriano y "encantador de serpientes" de Macri, Jaime Durán Barba, y confieso que con este fragmento no pude parar de reírme:

P.: ¿Cuánto tiene Kirchner de negativo?

J.D.B.: Una última encuesta que acabo de ver hace unos pocos minutos, altamente confiable, profesional, dice que la presidente Kirchner está llegando al 47% de imagen positiva en la Ciudad de Buenos Aires. Están muy juntos, él tiene el 44% de positivo.

P.: Eso es una noticia impresionante...

J.D.B.: A mí me ha sorprendido, creo que tiene que ver esto con el efecto de las fiestas que evidentemente le dieron un empujón a Kirchner. Significa también que ese techo que algunos decían que era imposible de romper no era tal. Está trabajando bien, con algunos bonos que ha hecho, el control del fútbol, de la TV digital. Con el hecho de que la economía está funcionando bien va a fortalecerse. Es un jugador que está en la cancha. No le digo que con esto va a ganar. Nada es seguro en política. Falta mucho tiempo pero si yo aterrizara hoy en la Argentina sin conocerla, le diría que los dos candidatos en los que podrían apostar son Kirchner y Macri.

La nota completa acá, vale la pena leerla aunque en el contexto general se contradiga demasiado tratando de favorecer a Macri. No lo consigue.

Salí corriendo a buscar el CD de Serú Giran. Fui directo a escuchar “Mientras miro las nuevas olas”:

Te acuerdas del baile, de los palos de escoba

te acuerdas que entonces era la nueva ola y bien

¿qué es esto de nuevo?

Te acuerdas del chico que rompía las guitarras

cuando nadie tenía un miserable amplificador,

hay miles ahora.

Corbata con saco gris, flequillo sólo hasta la nariz.

La historia prosigue, pero amigos yo ya la ví.

Quiero estar en la playa cuando se hayan ido

los que tapan toda la arena con celofán.

Recordar las estrellas que hemos perdido

y pensar a suerte y verdad nuestro porvenir.

Será cómo yo lo imagino o será un mundo feliz?

Quiero estar convencido después del ruido

descubriendo por qué olvidamos y volvemos a amar.

Y pensar qué sería de nuestras vidas

cuando el fabricante de mentiras deje de hablar.

Mientras miro las nuevas olas,

yo ya soy parte del mar.