Confieso que no salgo de mi asombro en ver en qué se convirtió el radicalismo que, alguna vez, allá lejos, fue el destino de mucha clase media progresista argentina.
Este domingo el Secretario de Redacción de
Nadie lo desmintió. Todos saben en Tucumán que es así. Al fin y al cabo, en las últimas elecciones, el sojero Casañas “consiguió” su candidatura a diputado nacional por el radicalismo como quien va de compras al shopping.
Hoy me entero por el mismo diario que la cosa está adquiriendo ribetes bizarros. Se habla de una “Rebelión en la granja radical”: El diputado tucumano estaba más rojo que de costumbre. Las palabras del titular de
En Buenos Aires se la perdieron a ésta: Biolcati trató de incapaces y vagos a los agrodiputados radicales y del peronismo disidente.
¡Era hora que se hiciera justicia!
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