viernes, 25 de junio de 2010

SI YRIGOYEN Y ALEM DESPERTASEN...


Confieso que no salgo de mi asombro en ver en qué se convirtió el radicalismo que, alguna vez, allá lejos, fue el destino de mucha clase media progresista argentina.

Este domingo el Secretario de Redacción de La Gaceta de Tucumán, Federico Van Mameren, describía en su columna al radicalismo local: “… en la UCR sólo se ven actitudes aisladas y no una política de trabajo con vistas a 2011. En este partido hay una idea que subyace: el dueño de la pelota es el campo y de esa poderosa estructura dependen muchas decisiones en el partido radical

Nadie lo desmintió. Todos saben en Tucumán que es así. Al fin y al cabo, en las últimas elecciones, el sojero Casañas “consiguió” su candidatura a diputado nacional por el radicalismo como quien va de compras al shopping.

Hoy me entero por el mismo diario que la cosa está adquiriendo ribetes bizarros. Se habla de una “Rebelión en la granja radical”: El diputado tucumano estaba más rojo que de costumbre. Las palabras del titular de la Sociedad Rural Hugo Biolcati fueron la gota que rebasó el vaso. Trató de incapaces y de "no laburar" a los "agrodiputados" por no haber conseguido ni una ley de las prometidas en la campaña. Juan Casañas no aguantó esa queja y soltó algunos improperios reñidos con las costumbres campestres”.

En Buenos Aires se la perdieron a ésta: Biolcati trató de incapaces y vagos a los agrodiputados radicales y del peronismo disidente.

¡Era hora que se hiciera justicia!

No hay comentarios: