lunes, 21 de septiembre de 2009

SIN DISFRAZ: HOTEL SAVOY


En cualquier “país serio” del primer mundo, de los que tanto se llena la boca la derecha corporativa local, estos relatos serían un ESCÁNDALO. Así describía el clima previo a la votación de la ley de Servicios Audiovisuales el diario La Gaceta de Tucumán:

“Ayer, el hotel Savoy era un hervidero opositor. El diputado Francisco de Narváez, el empresario del Grupo UNO, Daniel Vila y su socio José Luis Manzano se mostraron con directivos del diario "Clarín" y hasta con dirigentes duhaldistas. No se trataba de una reunión entre amigos, precisamente. Por el contrario buscaban "operar" para frenar la sanción de la ley en diputados. Entre los blancos elegidos estaban los diputados peronistas tucumanos a quienes recurrieron varias veces.

Describe la revista Noticias en su nota de tapa de esta semana: Savoy, quinto piso… Clarín se estaría comportando como un partido político opositor y no como un medio periodístico crítico. Varios legisladores habrían sido citados en el quinto piso del Hotel Savoy, ubicado en Callao 181 – a pasos del Congreso -, donde uno de los directivos del Grupo Clarín, el director de Relaciones Externas Jorge Rendo, llevaba el punteo de la votación. O se estaba contra la ley o quedaban del otro bando… El día de la votación, en la puerta del hotel, se veían estacionados varios autos grises y azules con vidrios polarizados. También hombres fornidos de traje que entraban y salían del lobby. Un botones negro abría la puerta a las visitas. Rendo pasó el día en la acondicionada oficina montada en su habitación. Por allí pasaron, entre otros, Eduardo Duhalde y Francisco De Narváez. Por la tarde José Luis Manzano. Algunos legisladores del Frente de la Victoria, del macrismo y del radicalismo, entraban y salían…”

Hoy es el mismísimo diario La Nación, a través del columnista Carlos Pagni, quien amplía al respecto:

“Hasta ahora, las empresas han abordado la iniciativa de los Kirchner como un gran desafío político y apostaron a voltear el proyecto. La experiencia revelaría que el enfoque es erróneo. Basta asomarse a lo que pasaba en el Savoy mientras los diputados trataban la iniciativa oficial. En un sector de ese hotel cercano al Congreso, instalaron su comando de operaciones los principales directivos del negocio de la TV por cable, acompañados por otros tantos dirigentes políticos. Era una romería. Al frente de las gestiones, dos expertos en diligencias parlamentarias: Eduardo Duhalde y José Luis Manzano (Supercanal). Los resultados fueron escasísimos. La propuesta de vaciar el recinto era demasiado pretenciosa para los kirchneristas que fueron contactados desde esos salones”

¿Se puede tolerar tamaña obscenidad? ¿Hay grandes diferencias entre estas “conductas” en el Hotel Savoy y el escándalo de la Banelco en el Senado durante De La Rúa?. Por mucho menos renunció el Chacho Álvarez. Insisto: ¡Pobre Patria Mía! tendría que decir, ahora sí, Marcos Aguinis.

Pero claro… entiendo, no hay problema, cuando la patria institucionalista y republicana “consensúa” con las corporaciones todo se tolera y se permite, o a lo sumo, como concluye Pagni en la Nación con total descaro y desfachatez: “hay que cambiar la estrategia, los resultados fueron escasísimos”

Pero, eso sí, hay que condenar a esos diputados kirchneristas que no guardaron las formas y llevaron la discusión de la ley demasiado rápido.

¡Cuánto cinismo!

Cuenta Fontevecchia en Perfil: "Dicen que cuando Cristina Kirchner asumió y Alberto Fernández le explicó que había que consultar ciertas decisiones con Magnetto, ella respondió que no había llegado a presidenta para tener que consultar con otro hombre: “Si no consulto al rey de España, menos consultaré al CEO de una empresa”.
¡Cuánta dignidad!

Sin embargo, como diría Virus, muchos seguirán Sin Disfraz:

en taxi voy hotel Savoy y bailamos
y ya no se si es hoy ayer o mañana
ou ou ou o o ouuu



3 comentarios:

Fernando J. Baez dijo...

Durante un tiempo viví en un departamento por Perón, justo enfrente del Savoy y al lado del Bnco Nación. Nos divertíamos sobreactuando nuestro rol de muchachos del interior y preguntándole al encargado del edificio cómo se llamaba la calle, el tipo indefectiblemente nos decía: "Cangallo, ésta calle siempre se llamará Cangallo". El caso es que a la nochechita nos sentábamso a matear en el balcón y a mirar los balcones y las mansardas del Savoy, evidencias de que había tenido una época mejor. La bodega había cerrado y en su lugar sólo quedaba una feria de importados y cosas berretas. Cuando empezó la oleada fuerte del turismo le pusieron unos pesos, una mañana cambiaron los botones de la entrada, aparecieron unos simpáticos negros lustrosos de frac y acento francés. El Savoy parecía haber recuperado aire. Sin embargo, al igual que el Savoy de París que nunca podrá sacarse el estigma de haber sido cuartel del nazismo (con sala de torturas incuída), el porteño ya no recuperará su esplendor y sólo quedará el encanto del nombre, las buenas toallas de algodón de la India y éste nuevo destino de bulo desvergonzado de un poder que también se va apagando, detrás de la sonrisa de dos simpatiquísimos negros con frac.

ram dijo...

Hablando de "consensos" y "libertad de expresión", dale una miradita al dial matutino y tal vez coincidamos en observar que el amigo (servicial de los bussi) bulacio, en su multirrepetidora, "casualmente" no emite el programa de Liliana Lopez Foresi, pasa estática que luego de su horario, milagrosamente se soluciona con programación más "normal".
Normalmente no a favor de la ley de SCA, claro.
Saludos.

ram

Aldo Ulises Jarma dijo...

Fernando: Buenísimo tu aporte sobre el Hotel Savoy.
RAM: Escucho muy poca radio pero no dudo que es así como lo comentas.
Saludos.