MORALES SOLÁ: EL GORILA ASUSTADO

Alguna vez, quizás asustado, Joaquín Morales Solá fue a festejar el día del periodista con Bussi: ¡En junio del año 1976 en Tucumán!. Por supuesto, él negó todo: _ Estaba en Buenos Aires, dijo.

Pero, hay, ¡qué problema! Aparecieron las pruebas: acá se explica todo.

Hoy nos desayunamos con su editorial en La Nación: Un país donde nada es como parece ser. Otra vez, parece estar asustado y nos dice: "Un gobierno socialmente débil, y hostigado por muy graves problemas económicos, logró, sin embargo, arrastrar a una imponente mayoría parlamentaria para sancionar una ley que desconoce el derecho a la propiedad privada. El Senado se prepara para consumar esa profanación de viejos principios. Un vasto temor comienza a percibirse en sectores políticos y económicos sobre las consecuencias políticas de esas votaciones. ¿Un Kirchner sempiterno en el poder por obra de los abundantes fondos que proveerán los aportantes al sistema jubilatorio? Ese pavor es casi palpable..."

Y se explica, porque en pleno éxtasis del conflicto campestre el gozo de Morales Solá era grande, y se atrevía a profetizar: Un ciclo de la política parece haber terminado... es el eterno método de Kirchner. Es el método que, con avances y retrocesos, y también con contradicciones, ha llegado a su fin.

Y sí, es como dice esa ocurrencia que anda circulando por ahí: "Cuando lo tenían en el cajón, acostado, Néstor Kirchner se levantó en el medio del velorio y les dio un susto a todos".