lunes, 17 de noviembre de 2008

LA CRISIS MUNDIAL Y LA ELITE GLOBALISTA



Enloquecido por su trabajo y por vigilar la caída vertiginosa de sus ahorros, el corresponsal en España Fibrilatus se dió un tiempo para analizar la crisis económica mundial:

"Carlos Marx efectivamente analizó el capitalismo como nadie. Pero es incapaz de explicar (su tiempo fue de un capitalismo clásico: beneficio, acumulación de capital, producción, mano de obra, etc…) una crisis financiera (al menos en la vertiente más vistosa y compleja de la situación actual) que es un producto del siglo XX (y XXI según parece). La especulación pura no productiva, las multinacionales, el mercado global, el dinero “virtual”, etc…. le eran totalmente desconocidos y, por tanto, variables que no estudia.

Todo esto evidentemente no quita que se pueda aprender mucho de él. Sin embargo, creo que su mérito crece por una razón: el concepto de imperialismo en el sentido leninista ha perdido mucha vigencia. Es verdad que la influencia de USA es poderosa y determinante, pero yo creo que cada día vamos más hacia una capitalismo más puro en el que el mercado es el mundo, dónde no existen Estados ni países, sólo multinacionales que se comportan todas igual vengan de donde vengan, dónde un especulador japonés, alemán o yanqui es tan determinante como la CIA, y donde los gobernantes desde Bush a Zapatero no son más que títeres de ese gobierno indefinido, no constituido formalmente, oculto, pero que actúa con reglas y códigos bien definidos y comunes a todos ellos.

Es una visión un poco pesimista y determinista, pero creo que real: ¿para qué mierda sirve una huelga ante una deslocalización de una empresa si el centro de poder está a miles de kilómetros? ¿cómo controlar las inversiones importantes a nivel nacional si todo se gesta en otra parte? ¿cómo controlar o dirigir los hábitos de consumo si se come, se viste, se bebe, se lee, se ve, etc… lo mismo en Buenos Aires, Tokio o New York?. Sólo cabe una respuesta: una lucha, un proyecto político, una organización popular a nivel mundial y de eso, hoy por hoy, estamos tremendamente lejos.


Sólo hay una forma de luchar contra la Ford: organizar un quilombo mundial. Si un día se moviliza Madrid, otro día San Pablo, otro día Michigan, etc…. no le hacemos ni cosquilla. Es más: con toda seguridad el obrero de Michigan no moverá un dedo porque cree como buen iluso que si se jode el de Madrid tendrá más oportunidad él.

En ese contexto mundial, de una elite globalista manejando los piolines del mundo, aquí en España la crisis no tiene características particulares: es igual que en todas partes (cagazo generalizado, empresas con o sin problemas que aprovechan para echar gente a la calle, recesión y consumo por los suelos, ahorros que se van a la mierda, morosidad, etc…etc….) sin que yo aprecie particularidades especialmente interesantes.

Una prueba de todo esto fue la última y "esperada" reunión del Grupo de los 20:


¿Soluciones? Ninguna: puro verso y promesas de maquillaje para mantener "el libre mercado" y que los ganadores sean los mismos que hasta ahora. Como decía Antonio Gramsci: "Cuando lo viejo no muere y lo nuevo no puede nacer, entonces hay crisis"

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