LA VERDAD DESNUDA

Comienzo transcribiendo un párrafo del diario La Gaceta de hoy:

"El ex senador provincial Guillermo Vargas Aignasse ya no es más un desaparecido: desde ayer es un hombre asesinado durante la última dictadura militar.
El legislador Gerónimo Vargas Aignasse, uno de sus hijos, le confirmó a LA GACETA que recibió la notificación de parte del Juzgado Federal Nº 2, que encabeza Fernando Poviña, de que una muestra ósea, hallada en el Pozo de Vargas, coincide en un 99,9% con el perfil genético de sus tres hermanos: María Marta, Guillermo y Mariana. La confirmación de que se trata del ex senador da cuenta de tres aspectos relacionados con los crímenes cometidos en los 70, según reflexionó el legislador: que en Tucumán hay detenidos-desaparecidos; que la hipótesis de guerra contra la subversión pierde sustancia, ya que se trata del homicidio de un político elegido en democracia, no de un guerrillero marxista; y que el Pozo de Vargas sí funcionó como una fosa común de personas privadas de su libertad y luego asesinadas"

En efecto, los hallazgos de cuerpos de desaparecidos en el pozo de Vargas tienen un valor simbólico gigantesco: DESTRUYE  de manera definitiva la teoría de la guerra y de los dos demonios, pero agrega un componente siniestro: la fosa común de cadáveres arrojados a 40 metros de profundidad y cubiertos con cal y demás elementos corrosivos prueba todo lo que la dictadura tenía para esconder, debía garantizarse que los desaparecidos continúen en ese estado, como lo anhelaba Videla:

"... mientras sea un desaparecido no puede tener ningún tratamiento especial: no está, es una incógnita"

Ahora están, no son una incógnita y merecen un tratamiento especial:

Néstor Kirchner seguramente estaría feliz. No tengo dudas que le hubiese dedicado unas palabras a este hallazgo que, reitero, es de enorme trascendencia. Quizás mayor que la imagen de descolgar el cuadro de Videla, porque para que hoy se arribara a este desenlace la decisión política de Néstor fue determinante: cuando pasó por tucumán a los pocos meses de asumir la presidencia (setiembre de 2003) y se dirigía en tren a Tafí Viejo para la reapertura de los Talleres Ferroviarios,

Kirchner hizo detener el tren y junto a familiares de desaparecidos, que lo acompañaban en el vagón, se bajó y depositó un ramo de flores, a modo de homenaje en el Pozo de Vargas. "Voy a pelear para que la Argentina recupere la Justicia; para eso tenemos que saber qué pasó en el país hace 30 años", dijo, entonces.

Ayer se le cumplió el sueño.

Y fueron muchos los que no decayeron  a lo largo de estos años para arribar a este resultado que llevó años de trabajo: el equipo de antropología forense de la U.N.T., los organismos de derechos humanos, los jueces y funcionarios judiciales que intervinieron y la colaboración del gobierno provincial.

Pero si esta noticia del pozo de Vargas de por sí es estremecedora, no viene sola. Miren estas fotos del otro anuncio del día de hoy en Tucumán, la fosa común encontrada en el Arsenal (donde funcionaba una guarnición militar y centro clandestino de detención durante la dictadura):

La Verdad del exterminio organizado al desnudo.