Confieso que me produjo gran satisfacción leer esta noticia:
"La Fiscalía Federal n° 1 de Tucumán, en un trabajo conjunto con la Unidad Fiscal de Derechos Humanos, presentó al Juez Federal Daniel Bejas un pedido para que cite a prestar declaración indagatoria al ex juez federal tucumano Manlio Torcuato Martínez por su participación en delitos de lesa humanidad cometidos durante el terrorismo de estado.
Para la Fiscalía existen pruebas suficientes de que el ex magistrado participó en los homicidios de cinco personas y en la privación ilegítima de la libertad de otra, a través del incumplimiento de sus deberes de funcionario como forma de garantizar la impunidad de los policías y militares que cometieron estos hechos materialmente, o que dieron las órdenes para que se cometieran.
De ésta manera, la presencia de Martínez a cargo del juzgado federal nº1 “otorgaba a los responsables del aparato represivo en Tucumán la anuencia de aquél para organizar la actividad del aparato represivo con riesgos jurídicos minimizados” según señala el dictamen fiscal.
Además se lo acusa de haber enviado a un detenido a su cargo a un Centro Clandestino de Detención, entregándolo al entonces encargado del Servicio de Informaciones Confidenciales de la policía provincial, “Tuerto” Albornoz; y luego de haberlo privado de su libertad durante más de un año.
El ex juez Manlio Martínez deberá presentarse ante el juzgado federal de Tucumán, el próximo miércoles 8 de junio, a fin de prestar declaración indagatoria por los hechos que se le imputan.
Sólo entre 1975 y 1976 fueron presentadas más de 350 acciones de habeas corpus ante su juzgado a fin de dar con el paradero de personas secuestradas y/o desaparecidas: todas fueron rechazadas o archivadas. Las denuncias de torturas y violaciones por personas secuestradas “legalizadas” eran sistemáticamente pasadas por alto por el ex juez, quien aceptaba como prueba incriminatoria confesiones arrancadas bajo tortura. Pese a la innumerable cantidad de denuncias que tenía en su despacho (incluidos cientos de casos de hallazgos de cadáveres, violaciones de domicilio y secuestros) nunca inició investigación alguna para buscar a sus responsables. Existen además registros de su presencia en los Centros Clandestinos de Detención más importantes de la provincia, como la Jefatura de Policía, la cárcel de Villa Urquiza, lo que se llamaba “Puesto de Comando Táctico” del Operativo Independencia, la “Escuelita de Famaillá” y la Delegación local de la Policía Federal Argentina, donde el ex magistrado decidió no percibir que existían cientos de personas secuestradas y torturadas” concluye el comunicado"
Que la justicia pueda llegar hoy hasta estos personajes que luego de la dictadura continuaron formando parte de "la alta sociedad tucumana" y como operadores en la sombras en la mismísima Justicia Federal y hasta en la política, habla muy bien del paulatino triunfo de la verdad y la memoria.
NUNCA MAS. NUNCA MENOS.
3 comentarios:
Por eso la pelearon tanto y tan duro para evitar que los responsables directos, los milicos asesinos, fueran castigados. Seguían esa frase de Niemöller atribuida erróneamente a Bertolt Bretch: "primero vinieron por los comunistas...". Sabían que luego les tocaría a ellos.
Un abrazo, Aldo.
No se debe perdonar ni olvidar. Disfrutará de un juicio justo y con todas las garantías procesales, que él, como juez cómplice de asesinos no brindó ni intentó brindar a las víctimas.
Fibrilatus.
España.
Comparto su satisfacción al leer esta noticia.
Saludos
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