DESTRIPANDO LO SAGRADO

Este post busca parar la pelota, leer el partido y organizar el equipo. No busquen aquí jogo bonito ni pegarse una última risotada con el affaire Leuco – Lucas Carrasco. Ya otros lo hicieron y Lucas se defendió bien.

Intentaré, eso sí, ponerle un poco de análisis filosófico al asunto, una mirada más profunda que trascienda, y explique al mismo tiempo, la coyuntura patética del periodismo en grandes sectores del orbe, Argentina a la cabeza.

LOS PERIODISTAS NO VAN AL PARAISO:

Suena loco esto, pero para hablar del periodismo del pasado remoto sólo hace falta retroceder un par de años. Walter Goobar lo explica bien: “hasta ahora, los medios de masas han buscado el mínimo común denominador para llegar al máximo de público. Se instalaron en el centro: de la audiencia, del mercado, de la política. Sin espacio para la imaginación, la rebeldía y la visión radical.

Durante décadas vivieron satisfechos en el paraíso de lo políticamente correcto, apostados en la normalidad y rebajando su cuota de enfrentamiento con el poder, los anunciantes y parte del público, adormecido entre la publicidad y la vida real que cada vez más imita a la de un reality show.

Contra ese sueño apacible de la información sin compromiso y la presunta objetividad han ido apareciendo en internet comandos de francotiradores, armados con notebooks, I-pads y teléfonos celulares. Los blogs y las redes sociales… están hiriendo de muerte a los medios tradicionales y le están disputando el mulllido trono de la verdad objetiva”

Hasta ahí una descripción de la realidad de la prensa escrita que pocos se atreverían a negar. Pero quiero insistir en un concepto clave de Goobar: “Los blogs y las redes sociales le están disputando a los medios tradicionales el mullido trono de la verdad objetiva”

Y voy a tratar de explicarlo filosóficamente con esta analogía: cuando el rito se multiplica, lo sagrado (la verdad objetiva) se diluye de manera inexorable.

Es lógica pura que excede al periodismo: asistimos a una revolución tecnológica que viene a romper de manera abrupta con los privilegios de la casta (periodística en este caso) que ostentaba la primacía de “la objetividad”.

Y se ponen loquitos. Es lógico. El poder consolidado de los medios hegemónicos percibe que compite contra outsiders (cuando no bárbaros) ambiciosos.

Y los blogueros, con la felicidad a flor de piel y el lenguaje más fresco del mundo, invadimos (si, sí, somos una “fuerza invasora”) un territorio que teníamos vedado; pero no nos quedamos ahí: cuando nos afincamos y vamos tomando posiciones nos empezamos a cansar de estar en las últimas filas, y en eso agarramos el twitter y vamos por más: ya no sólo cuestionamos, ahora queremos poner la película que a nosotros nos gusta. Y es allí que algunos recalan en diarios, en las radios o hasta en la T.V.

Pero, en el fondo, todos los blogueros seguimos siendo eso: destripadores de lo sagrado.

Y "los otros" (los Morales Solá, los Leuco, los Van Der Koy, los Kirschbaum, los Lanata, etc.) tienen miedo.

Y es entendible: añoran la sacralidad perdida de sus opiniones y hasta de sus gestos. Echan de menos al Tótem. Aunque algunos, como Leuco, estén más emparentados con el Gauchito Gil (ya me di cuenta: estoy incumpliendo con la promesa del comienzo). Volvamos al análisis.

 

TODOS CAZAMOS EN EL ZOOLÓGICO:

En los últimos días Artemio López popularizó una frase entre los blogueros: “Estamos cazando en el zoológico”, dijo, para referirse a que los blogueros y la comunicación oficial del tipo programas 6,7,8 se dirige cada vez más a los convencidos: se vuelve autoreferencial y evita sumar nuevos potenciales votantes que están esperando otro discurso.

Considero a tal razonamiento una verdad a medias. En efecto, los blogueros y 6,7,8 cazamos en el zoológico y eso, paradójicamente, no deja de ser una derrota para los medios hegemónicos. ¿Y saben por qué? Porque La Nación y Clarín también empezaron a cazar en el zoológico. Esa es la victoria de esta etapa y los que los pone loquitos. A las pruebas me remito:

Miremos primero a Brasil y tengan presente este fragmento contenido en un post reciente sobre el fenómeno de los blogueros brasileros:

“Desde la prensa tradicional, la columnista María Inés Nassif, del diario Valor Económico, editado por una sociedad de Globo y Folha de Sao Paulo y leído por los sectores más ricos y poderosos de las finanzas y la industria, considera que la oposición basa su campaña electoral en el respaldo que tiene en los medios, sobre la base de un modelo arcaico. «El PSDB y su aliado Demócratas tercerizaron la acción partidaria para una prensa simpática a su proyecto, que más que clasista, es anti-PT. La vanguardia de la oposición fueron los medios. Se apoyan en la vieja estructura social del país. La oposición se habla a sí misma. Y no le agregaron apoyo electoral, que significa voto en la urna y victoria electoral», fustigó en su columna del jueves pasado”

Es decir: la oposición de derecha brasilera, que habla a través de la prensa tradicional, es acusada de cazar en el zoológico, lisa y llanamente. Cuando el candidato opositor Serra trata de “sucios” a los blogueros es porque “echa de menos al Tótem” de la objetividad de la prensa adicta, añoran la sacralidad perdida de la prensa (a la cual jugaron todas sus fichas).

Aquí no es muy diferente: los medios tradicionales comenzaron perdiendo a los lectores más inquietos, a los ciudadanos hambrientos de información y a periodistas hastiados, que generaron diferentes círculos para producir información alternativa basada en la confianza y la participación. Es “el nuevo” zoológico.

Sin embargo, el problema de los Leuco, Lanata, Tenembaum, Caparrós, etc., es que, ay, ellos eran los principales cazadores en ese zoológico en el cual ahora no le renuevan la licencia de cacería.

Enfrente tienen el otro zoológico de la derecha que les abre las puertas de par en par, pero ellos no se terminan de sentir cómodos: tienen que cambiar las armas, los calibres de las balas, dejar de hacer preguntas y a cambio les entregan presas mansitas, que acostumbradas a consumir perros rabiosos reciben de buen grado a los juguetones perros caniches.

Cuando sienten bronca por haber sido desplazados o un simple deja vú del otro zoológico, escriben cosas como la de Leuco cuando “casi mató a Menéndez”. Ante la risotada general, empieza a prometer demandas penales a todo el que lo ridiculiza. Y no es un tema menor el del ridículo. Alguna vez escribí por acá:

“Con los blogs, todos los que venían ocupando los podios culturales están a un google de distancia del ridículo, y no me refiero a anónimos injuriantes precisamente, sino a post con nombre y apellido que con lenguaje coloquial, fresco, irónico y divertido te dejan “la marca del barrio” en tu currículo web, y como al apodo adolescente, no te lo sacás más”

EL CIELO PUEDE ESPERAR:

Tampoco como vidrio eh… sé perfectamente que para ganar las elecciones en el 2011 hay que ampliar el espectro de apoyos, salir fuera del zoológico si se quiere, apuntar a los clásicos “independientes”, indecisos o “miedosos” al cambio.

Pero eso no es tarea, por ahora, de los blogueros ni de 6, 7, 8: que seguirán cumpliendo el rol de “multiplicar los ritos para destripar lo sagrado”, asegurarse que sigan rabiosos los perros que antes paseaban “su verdad objetiva” con impunidad.

Será la política, como siempre, la encargada de sumar a nuevos sectores y apoyos. Y, en el medio, habrá que crear nuevos canales (allí está la ley de medios disponible) para comunicar la gestión, para hacer que la gestión no sólo toque a la gente sino que le avise de la presencia de un Estado antes ausente.

Los blogueros, mientras la ley de medios no tenga vigencia efectiva, tendremos que seguir haciendo lo de siempre. Te lo explica Verboamérica en un post de colección: “… tomamos los conceptos políticos y los bebemos del pico. Varias veces a la semana bajamos a Beatriz Sarlo y la sacamos a bailar y le tocamos el culo. Todas las semanas se termina demostrando que Lozano es un pajero y Caparros impotente. Hay algo plebeyo, algo de herejía cultural como dijeron en el manifiesto de Página12. No hay escuela de Frankfurt ni dogmas ni credos: acá todos toman del pico de las ideologías y le miran los genitales al que se pone en el lugar del saber. Eso de pararse con tupé y cuestionar los saberes sagrados es muy peruca: las cucardas no nos amedrentan porque sabemos que el prestigio se trafica. Los podios culturales se van al carajo porque, acá, nos subimos a un cajón de manzana y le discutimos de igual a igual.Por eso, los blog gustan, divierten, te parten la cabeza. Por eso indignan, por eso molestan”

Es así: