MORENO: EL MITO QUE SUPIERON CONSTRUIR

No caben dudas que Guillermo Moreno supo ganarse en estos 8 años un lugar a pulso dentro del universo kirchnerista. Sin embargo, el suyo es un caso extraño: "el relato" acerca de su figura y sus prolíficas anécdotas siempre corrieron a cargo de la contra. Medios como Clarín, TN, La Nación y Perfil llevan años de labor en demonizarlo y convertirlo en una caricatura de funcionario.

Como tantas otras veces, sólo consiguieron lo contrario: acrecentar su poder y elevarlo a la categoría de mito, pero no sólo para sectores militantes oficialistas sino, sobre todo, entre los propios empresarios.

Desde comienzos de diciembre del 2011 y en lo que va del 2012, se transformó en el blanco fijo de la prensa opositora. Ejemplos sobran y citarlos sería eterno e inútil.

Sin embargo, vale la pena (y mucho) detenerse en las columnas escritas por Francisco Olivera en el diario La Nación durante el mes de diciembre pasado por varios motivos:

1) Olivera viene a ser una suerte de morenólogo del diario La Nación

2) Se puede entender el por qué los empresarios están obsesionados con Moreno y el por qué de la necesidad de demonizarlo.

3) También puede adivinarse por qué lo elevan progresivamente a la categoría de mito.

Hagamos un breve repaso:

El 7 de diciembre pasado Olivera mostraba el estado de ánimo empresarial desde el título: "Moreno es la idea fija empresarial", y agregaba:

"Nunca antes el interés por el destino de un secretario de Estado había eclipsado la atención por un ministro. Puede ser discutible si Guillermo Moreno quedará o no en la historia argentina, o si su nombre bautizará en el futuro alguna calle barrial. Lo que es indudable es que ayer, ya conocido el nuevo gabinete de Cristina Kirchner, los empresarios dedicaban el 100% de sus energías a indagar por la continuidad y el eventual cargo del secretario de Comercio Interior casi sin importarles ninguna otra cuestión"

El 13 de diciembre, ya reasumido Moreno, el título era este: "Moreno reestrenó su cargo llamando a empresarios", y hacía catarsis Olivera:

"Nada cambió. O en realidad sí, porque todo se desencadena ahora con mayor énfasis. Guillermo Moreno es el mismo de siempre, pero fortalecido . Ayer, tres días después de haber sido ratificado en el cargo por la presidenta Cristina Kirchner, el secretario de Comercio Interior volvió a la carga sobre el sector privado: llamó, amenazó, convenció y presionó para pedirles a algunas empresas, como lo venía haciendo en los últimos días, que postergaran el pago de importaciones.

"Esto marca una tendencia peor", dijeron anoche a La Nacion en la Unión Industrial Argentina (UIA), donde todavía no tuvieron una reunión formal con el economista"

El 18 de diciembre la melancolía de Olivera y sus amigos empresarios era ya total; y bastaba con ver el título en su columna del diario La Nación para comprobarlo: "En medio de la desolación un rapto de nostalgia por Néstor Kirchner", y exponía los motivos:

"... una jactancia que les oyen quienes fueron en estos días a visitarlo a él (Moreno) y a Beatriz Paglieri, la secretaria de Comercio Exterior: Ni Beatriz ni yo les vamos a pedir nunca un mango, se ataja. Increíble: Moreno se ha propuesto ser sutil

Esas ínfulas son las que perturban en su propio entorno. La semana pasada, Moreno andaba averiguando cuánto cuesta aquí producir un barril de petróleo. ¿Pensará meterse ahí?"

El 24 de diciembre Olivera comprobaba que no solamente Moreno efectivamente se había metido "ahí", sino que además se atrevía a tomar en joda al dios mercado:

"Moreno viene maltratando a Carlos Bulgheroni desde hace tiempo. Todos los meses le pide un requerimiento administrativo adicional para aprobarle la compra de los activos de Esso aquí, que Bridas cerró en 830 millones de dólares más el resultado de Esso de 2011. El plazo para la autorizar de la operación, que incluye los activos de Uruguay y Paraguay, vence el 1° de febrero, pero ya fue prorrogado otras veces. En uno de los últimos contactos, Bulgheroni cometió un desliz: le dijo que los precios del sector tenían que ver con el mercado. Mercado, ¿qué es eso? -lo frenó Moreno-. El mercado soy yo."

Si eso nos trajo la nochebuena, el cierre del año fue a toda orquesta: el 31 de diciembre Olivera publica DOS columnas en el diario La Nación sobre Moreno: en la primera hace un repaso sobre lo que considera sus éxitos y fracasos (mayores, obvio), y en la segunda se queja básicamente de que Moreno no se toma vacaciones (Olivera parece que si descansa en verano porque no está escribiendo en enero):

"Ya casi todos saben lo que no tienen que contestar. Cuando Guillermo Moreno, el funcionario más poderoso que tiene la presidenta Cristina Kirchner, pregunta entre empresarios a dónde se irán de vacaciones, la mayoría habla de Mar del Plata, Necochea, Pinamar, Mendoza. Me parece muy bien -alentó días atrás entre ejecutivos de consumo masivo-. Nada de Punta del Este, de sacar divisas del país. Con Moreno nunca se sabe, pero se supone que fue en broma. Así lo tomaron sus interlocutores.

El secretario no se toma fines de semana. Y ya avisó entre directivos de la Unión Industrial Argentina (UIA) que tampoco se irá de vacaciones. En esa entidad, la sola imagen de una presidenta de licencia y un secretario de Comercio Interior desbocado alcanzan para vislumbrar un enero movido"

¿Se entiende? Este demonio de Moreno, capaz de hacer extrañar al mismísimo Néstor Kirchner, se atreve a no pedir un mango de cometa a los empresarios, no se toma vacaciones y labura los fines de semana. ¡Así no habrá nunca seguridad jurídica ni clima de negocios en este país!

Todo este revuelo y "relato" empresarial y mediático en torno a la figura de Moreno me hizo recordar un fragmento de una divertida película argentina, del año 1987, por demás reveladora: "La clínica del Dr. Cureta", basada en la historieta que Meiji y Ceo publicaban en la revista Humor. El personaje de Gianni Lunadei en esa película (el Dr. Cureta) se me antoja como una caricatura exacta de los empresarios que tanto critican a Moreno. Por favor no se pierdan el video y la reflexión del Dr. Cureta a los 7 minutos y 38 segundos sobre el político que le tocó en suerte: "El hijo de puta es honesto". Basta y sobra para el mito: