Quiero compartir con Uds. estas líneas de despedida escritas por alguien que sufrió en carne propia al genocida Bussi. Ahora que la vejez y la muerte "humanizan" a estos asesinos con cuentas en Suiza, viene bien tener presente, para siempre, la verdadera historia:
"...aclaro que de este tipo de cosas por lo  general no hablo y menos escribo, pero en este momento no soy partidario  del silencio, ni del respeto, porque a los asesinos hijos de puta no se los  respeta, ni se les guarda silencio. En este momento estoy prisionero de un  deseo, muchos años latente y en parte reparado (con los recientes juicios a  los genocidas). Deseo que tampoco es venganza, sino un deseo de justicia post  mortem -supersticioso quizás-, o dogmático tal vez, que se aferra  a la creencia de que después de la muerte nos espera otra vida o si se  quiere (para algunos) es el momento en que se corporiza la  justicia divina y el reencuentro cara a cara con aquellos que matamos  o dañamos. Es el momento en que esos seres humanos, convertidos en sombras  anónimas indignamente asesinadas, luego de un atroz martirio e  indefensión, metafóricamente cobran vida nuevamente y comienzan  a poner las cosas en su lugar, ejerciendo por sí mismos la  justicia y el derecho a defenderse que se les negó. Y desde lo más  profundo de mi corazón, mi deseo es que en el mismo momento de su  agonía, el águila agazapada, el dolor insoportable y la rabia  contenida de los desaparecidos, de los torturados y de los  asesinados vilmente y a mansalva en los campos clandestinos de  detención, comiencen a desgarrarle las tripas -por toda la eternidad-  a este hijo de puta y a todos los demás asesinos de lesa humanidad que  se van muriendo. Mi deseo es que ningún manto de piedad lo acoja,  que tampoco la muerte sea alivio de su enfermedad y menos el principio  del olvido, pues el momento de su verdad llegó. Y ojalá que  sus víctimas inermes, algunas niñas (como Ana Cristina Corral, de apenas 16  años), otros muy jóvenes, como nuestros añorados cumpas del colegio o de  los simples ciudadanos, que sádicamente asesinó, emerjan de esa  oscuridad prematura a la que los condenó y sean  los supremos jueces de su juicio final. Que sus manos les desgarren su  carne, que sus gritos lo enloquezcan y que sus rabias lo persigan más  allá de la vida. Que las torturas que padecieron, sea su dolor  sin alivio y que el sufrimiento que infligió a toda una generación, sea su  martirio y se prolongue para siempre en lo más profundo del  averno. 
Ese es mi deseo. Porque es muy  difícil echar al olvido los gritos desgarrados que escuchaba día y noche,  la radio a todo volumen, la venda en los ojos, la mordaza en la boca, el  alambre en las manos, el espanto cotidiano, el miedo infinito y la  degradación física y moral a la que fui sometido, después de haber estado  detenido y torturado por Albornoz y Arrechea, junto a esa  patota infame que los acompañaban, en particular ese hijo de puta  inenarrable que fue el cordobés De Cándido, vecino de mi barrio, por otra  parte. Ese mismo que se apropió de la casa de la familia  Coronel, secuestrada y asesinada. No sé si te acordarás, pero  viví mi propio infierno desde fines del '75 hasta 1982,  en la jetatura primero, después en Villa Urquiza y luego en Rawson y  Resistencia. Por ahí vi desfilar mucha gente, que después del golpe  desapareció, incluso compartimos unos breves días con (...)  en la Jefatura (lo que se conoce como el campo de concentración El  Campito) en Diciembre del '75, antes de las fiestas. Después no lo  ví más -no sé si se fue en libertad o lo trasladaron- y por una  cosa u otra, nunca tuvimos la oportundad de hablar de esa temporada  en el infierno, parafraseando a Rimbaud, que me marcó la vida  para siempre...". 


2 comentarios:
Es... indescriptible !; el panorama que pudiesemos inmaginar, en ambiente de tortura ! Sin dudas, no hay palabras !
Pero lo que mas aterorizante, es pensar que en Argentina, eso no cambió y ni cambiará ! Porque..., los actos de tortura, no son solamente los que se practican con instrumentos, sobre la carne de victimas ! Sino y tal vez, mucho mas, los que se practican con actitudes: sinismo, calumnia, manipilacion..., y asociados ! Que son instrumentos, tal vez, mucho mas sadicos e indelebles ! Que no se olvidan, igual que los usados en torturas en la carne !
Hay mucha buena base, para creer que la lucha fratricida, de venganzas continuadas, nació poco tiempo despues que la Colonia se independizó ! Porque..., desde 1820 y pico..., la Argentina vive un estado de venganza continuada ! Aunque cada faccion pensó, al tomar el poder, que seria la ultima y que no habria mas venganzas ! Caso digno, de estudio de psicologia colectiva !
Relativizar todo y decir,como el comentarista de arriba, que nada cambió, es quitarle mérito de asesinos a los genocidas. Claro que cambió, un juego retórico de palabras vacías, señor anónimo, no va a engañarnos. estamos tratando de reparar de algún modo, el de hacer justicia , todo el daño hecho. Pero ante tamaño dolor, no se si las heridas sanan. Como dice la carta: "ni un manto de piedad para estos asesinos "
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