sábado, 5 de noviembre de 2011

TIPO DE CAMBIO


Les dejo dos de las mejores reflexiones que leí hoy sobre el "tema de la semana". Esta de Alfredo Zaiat:

"La conducta de ahorrar en dólares tiene motivos económicos, políticos y culturales, en una economía bimonetaria que aún arrastra la pesada mochila de un régimen de convertibilidad de diez años que profundizó sus rasgos de dolarización. Los motivos del incremento de la formación de activos externos de residentes locales, comúnmente denominada “fuga de capitales”, no se explican por “la percepción de un dólar barato”, comentario preferido de economistas de la city en los últimos días, anotándose el éxito de que gran parte de los medios lo repitan y amplifiquen. Otra forma de analizar la destacada propensión a la compra de dólares por parte de agentes económicos es la existencia de abultados excedentes de capital, obtenidos por un ciclo de crecimiento extraordinario que se extiende desde el 2003 a una tasa acumulativa promedio del 7,6 por ciento anual. O sea, no es que compran más dólares porque su precio “está barato”, sino porque contabilizan ganancias crecientes, parte no declarada.
Es lo mismo que sucede con la evolución del mercado automotor, donde se venden más autos como nunca antes, o el de electrodomésticos que registra despachos record, o con el mayor flujo de viajes turísticos al exterior, o con el incremento del consumo de alimentos y bebidas, indumentaria, o con el aumento del gasto en restaurantes. El proceso dinámico de adquisición de esos bienes no es interpretado por esos “economistas perceptivos” por su precio “barato”. Por el contrario, afirman, en contradicción con sus propios postulados, que “la inflación no para de subir”. Entonces, la compra de dólares, equiparada al comportamiento del consumo de bienes y servicios, revela un sustancial incremento del poder adquisitivo como también de las utilidades de empresas, más que el atraso en su cotización. Quienes sugieren la existencia de un “dólar barato” y alientan una fuerte devaluación están proponiendo, en realidad, disminuir ese margen incremental de compra acumulado en los últimos años.
Abandonar hoy la estrategia de un tipo de cambio administrado con pequeñas variaciones periódicas por otra que incorpore una fuerte devaluación significaría convocar al estallido del conflicto sociolaboral debido a la recuperación de la capacidad de organización de los trabajadores, además de sumar tensión inflacionaria y turbulencias financieras"

Y esta de Luis Bruschtein:

"Desde el punto de vista de la economía se ha dicho, por otro lado, que la situación es controlable, que no hay corrida bancaria. Pero no se trata en este caso de explicar un proceso económico, sino de visualizar la forma en que se lo utiliza políticamente. Fomentar una corrida bancaria que pueda disparar un proceso hiperinflacionario, como sucedió al final del gobierno de Raúl Alfonsín, no solamente perjudicaría al Gobierno, sino que hundiría en el drama a millones de hogares de todos los sectores sociales, pero fundamentalmente a los más humildes. Alfonsín debió adelantar su salida del gobierno por la híper y, por si las moscas, el presidente que lo sucedió, Carlos Menem, se puso al servicio de los factores de poder económico sacrificando la tradición y la historia de un movimiento político como el peronismo. Eso se llama golpe de mercado para el disciplinamiento de la sociedad.
Las corridas bancarias se generan por una psicosis, por el pánico inducido y generalizado. Ese pánico no se expande de boca en boca, sino que lo hace a través de los medios, que son la única vía posible. Si día tras día se emite información, no una sino varias relacionadas, que induce a la población a temer por sus ahorros, y si se machaca sobre la inminencia de devaluaciones potenciales, se está tratando de inducir el pánico"

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