No tengo idea cuando estrenan esta película en Argentina pero ahí va mi recomendación: no se la pierdan.
Todos conocemos
al director italiano Giuseppe Tornatore por su obra maestra ‘Cinema
paradiso’ (ganador
del oscar en 1990). Sin embargo, lo firmo: su nueva película (hablada en inglés) es aun mejor.
‘La
mejor oferta’ está interpretada (maravillosamente) por Geoffrey
Rush, Jim Sturgess, Donald
Sutherland y Sylvia
Hoeks, que nos regalan una película cautivadora, con un
perturbador engranaje de temas tratados con refinada elegancia: el arte, el
amor, el dinero y el sexo al servicio de un auténtico laberinto cinematográfico
que intenta responder viejas preguntas del hombre: ¿Qué fue primero el huevo o
la gallina? ¿Qué fue primero: la mujer o el arte? ¿El amor o el arte? ¿Es el amor
un arte? En todo caso, ambos tienen en común que se pueden falsificar y, como
dice el protagonista, “en cada falso se
esconde siempre algo de auténtico”. Una frase que podríamos aplicar,
además, sin ningún problema, a la política argentina contemporánea.
La película
(muy entretenida) se desarrolla en varios niveles simbólicos en el que siempre
está sobrevolando la convivencia y el matrimonio. En una escena, el
protagonista (un famoso subastador interpretado por Geoffrey Rush), le
pregunta a su ayudante:
_ Lambert, ¿está usted casado?
_ Si. Desde hace casi 30 años
_ ¿Y como es vivir con una mujer?
_ Es como participar en una subasta: nunca sabes si tu oferta será la
mejor.
Otro personaje
(un armador de un autómata que contiene un homenaje a “Hugo Cabret” de Martin Scorsese) sentencia: “Los engranajes son como las personas: si están muy juntos terminan
adoptando idéntica forma. El tiempo hace posible la convivencia”
El personaje
central, al parecer cínico y desinteresado por las mujeres, en realidad alimenta
una gran admiración: su incapacidad de
comprender a las mujeres “en la vida real” desplaza al protagonista a la
contemplación y el goce artístico.
Y a ese eterno
tema de la relación entre la perfección y la imperfección del arte de la vida,
Tornatore lo transforma en un drama emocionante, un juego de espejos entre
cine, arte y vida. Y todo articulado alrededor de un esqueleto fascinante: una
mujer y un autómata.
Queda en vos
descubrir cuanto de falso y auténtico tienen cada uno. Como en la vida, el
final es abierto.
2 comentarios:
En esta época de 3D y FX, explosiones y transformers, no es un film para multitudes. Es un deleite para los sentidos. Absolutamente real ... aunque irreal. Extraña y absolutamente pedestre, sofisticadamente pedestre en el desenlace que conduce a un final adecuado para "ese" protagonista, tan poderoso y exquisito como incauto y crédulo. Una obra de arte llena de angustia cuya recomendación es totalmente merecida.
Saludos
Vuelve el mejor Aldo Ulises: allá iremos a verla, maestro.
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