Una mirada desapasionada ante el inicio de la campaña electoral nos lleva a concluir que se están discutiendo principalmente dos aspectos:
1) Si Cristina quiere o no la reelección.
2) Si estamos ante una década ganada o perdida.
La oposición y sus aliados mediáticos agitan el fantasma de una Cristina "eterna" e intentan, paralelamente, esmerilar los méritos de la década kirchnerista, careciendo totalmente de propuestas, en el mejor de los casos, o deslizando posturas reaccionarias y afines a las corporaciones. Cristina, ante ello, responde con la necesidad de dejar paso a las nuevas generaciones en el gobierno y enumerando los logros difíciles de refutar de todos estos años.
Todo indica que este escenario de discusión política (bastante pobre, por cierto) no sufrirá grandes cambios hasta agosto, por lo menos.
Ayer Claudio Scaletta, uno de los pocos analistas interesantes que le quedan al diario Página 12 (los otros están en los blogs), sostenía:
"El primer balance del panorama actual en términos de sostenimiento del actual proyecto político es inmediato. Aunque resulta fundamental conservar lo logrado en 2003-2011, no podrá conservarse si no se trabaja en los cambios estructurales que permitan continuar con el crecimiento. Una vez más, el camino a seguir no es nuevo. Pero si la principal propuesta electoral se limita a mantener lo conseguido, el oficialismo enfrenta el riesgo de convertirse en una fuerza conservadora. Si se miran las propuestas regresivas de los principales opositores, “conservar” lo logrado puede ser una causa válida. El riesgo de retroceso es muy grande y es tarea de la militancia advertirlo a la población. Pero pensar en el futuro es otra cosa. Es no resignarse al bajo crecimiento, es profundizar en las necesidades del desarrollo y es planificar sin preconceptos cómo alejar el fantasma de la restricción externa, ese detalle estructural de la economía local que se empeña en abortar cíclicamente los procesos de distribución progresiva del ingreso"
Ante ese escenario, con corporaciones (encabezada por la justicia) soñando con la restauración conservadora y el regreso del "consenso", el kirchnerismo tiene todavía una ventaja: conserva la iniciativa política. Y, si tuviera que jugarme hoy, me parece que Cristina está manejando los tiempos para una apuesta final: avanzar en una reforma de la constitución con la previa renuncia de Cristina a ir por la reelección. Una manera de conseguir varias cosas al mismo tiempo: volver a poner a la defensiva a las corporaciones, consolidar en la arquitectura institucional los logros de estos años y, finalmente, combatir el "riesgo conservador" en los dos últimos años de gestión.
Y es que, previsiblemente, en el 2015 difícilmente pueda apelarse a un discurso de la década ganada para afrontar el recambio presidencial. Las demandas sociales habrán mutado inexorablemente y, como dice Scaletta, habrá que "poner en marcha los cambios estructurales que permitan continuar con el crecimiento".
De los laberintos, como siempre, se sale por arriba.
6 comentarios:
Interesante la prospectiva (?) a 2015 que enunciás en este post.
A eso precisamente me refería entonces...
http://elblogdelfusilado.blogspot.com.ar/2013/03/muchachos-ver-si-nos-vamos-haciendo-la.html
Muy interesante análisis, y al respecto de poner en marcha los cambios estructurales para continuar con el crecimiento es de destacar el impuesto a la renta financiera que se viene admitido de una por el senador Filmus, y para todo esto, ya es un secreto a voces que para el 2015 Cristina no tiene preferido, sino preferida y ellas serían Mercedes Marcó del Pont y Juliana Di Tullio,con cualquiera de ellas estaría asegurado la profundización del modelo.-
Muy interesante análisis, comparto la perspectiva.
Pero con una acotación al margen que no me parece menor: ya se está discutiendo en el bloque de diputados una reforma impositiva... al menos en unificación de proyectos propios para reformar Ganancias Vs. gravar renta financiera. Con nueva cámara y antes de plantear una reforma constitucional, ¿no es posible plantear una reforma impositiva integral?
Tal vez puede ir por ese lado el asunto, aunque por mi parte me parece que para una reforma impositiva realmente progresiva ES necesaria una reforma constitucional.
Saludos
Ladislao
Interesante algunos puntos, sin embargo, te vengo leyendo y me impresiona mal, cómo el de tantos otros, el bedetismo en ascenso que te va engullendo. Una versión light del modismo pseudocrítico de República de la Soja.
Comparto el ultimo comentario,un decir, el parrafo "Ayer Claudio Scaletta, uno de los pocos analistas interesantes que le quedan al diario Página 12 (los otros están en los blogs)", este tipo de comentarios, sin mas detalles, vos y Lucas siempre me dejando "pagando". No aclaren mas que oscurecen.
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