Resulta muy interesante contrastar dos informes aparecidos este fin de semana en el suplemento económico del diario La Nación. El sábado se evaluaban lo diez años de kirchnerismo en Argentina, más allá de las opiniones vertidas, con este gráfico:
Al día siguiente, se reproducía un informe de Cáritas España sobre la última década en la península ibérica:
"La crisis y los recortes están golpeando con tal dureza a la sociedad española que las rentas se han desplomado a niveles de hace diez años. Ya hay tres millones de personas en una situación de pobreza extrema, la antesala de la exclusión. Y la capacidad adquisitiva, de 18.500 euros de promedio por español en 2012, es inferior a la del año 2001. Los detalles de este retroceso los presentó hace pocos días Cáritas en un informe que habla de una década perdida.
El descenso en la cantidad de dinero que manejan las familias obedece al efecto combinado de la caída de los ingresos (un 4%) y la suba de los precios (10 por ciento). Y se traduce en un empobrecimiento que "avanza a la carrera", añade Carlos Susías, de la Red Contra la Pobreza y la Exclusión Social España (EAPN). Especialmente entre los más desfavorecidos. "Es una verdadera barbaridad la evolución de los últimos años", dice.
El retroceso de los ingresos afecta de forma especialmente cruenta a las rentas más bajas, una categoría que no deja de reclutar ciudadanos. El 21,8% de los españoles vive en pobreza relativa -en 2008 la tasa estaba en 19,6 por ciento-. Son 10 millones de personas. Este índice (que fija Eurostat) corresponde al 60% de la mediana de la renta nacional.
Una de las consecuencias de la crisis y el desempleo es el intenso incremento de la miseria. Otra, "el aumento sin precedentes de la desigualdad de su distribución" en la sociedad. Desde 2006, los ingresos de las personas con menos recursos han caído año tras año 5%, mientras en los hogares más acomodados la tendencia ha sido la inversa. El resultado de ello es que desde el inicio del hundimiento económico, en 2007, la diferencia entre los más ricos (20% de personas con mayores rentas) y los más pobres (20% con menos ingresos) subió 30 por ciento.
Ésta es la sombría fotografía de la crisis hoy en día. Pero el futuro, una vez que desaparezcan los nubarrones y repunte la actividad económica, sería igual de malo o incluso peor para los más desprotegidos. Cáritas advirtió que la contundencia y la multiplicación de los recortes sociales sientan las bases para que el impacto de la crisis se haga crónico entre los más desfavorecidos"
Varios economistas que piden a gritos por estos días una megadevaluación, son los mismos que se cansaron de alabar las políticas del "primer mundo" que se aplicaban en España. Todo cierra.
2 comentarios:
Aldo: Para mas claridad, echarle agua.
Muchas gracias por el dato de, tan luego, Cáritas.
Nunca menos!!!
Un abrazo.
Absoluta verdad, pero hay una consecuencia mucho peor. Si bien en desigualdad, en renta per cápita se puede haber retrocedido una década, hay cosas que han retrocedido mucho más. Se puede "soportar" ser más pobres, incluso "tolerar" un aumento de la desigualdad, pero las pérdidas de beneficios sociales, de protección laboral, de capacidad de negociación trabajador-empresario, de estabilidad en las jubilaciones,etc..etc... podemos haber retrocedido 30 años. Es decir, 30 años de lucha tirados por la ventana. Todo el entramado legal y toda la organización de beneficios sociales (Educación, Sanidad, etc...) se va al garete a ritmos agigantados. Esto aumenta el drama social que podría haber mitigado los efectos de la crisis. Es decir, estamos más pobres y con más desigualdad, pero todo lo "previsto" para que un ciclo económico negativo (que todos los países pueden tener) sea soportable y de consecuencias limitadas ha sido desmontado. Tarde o temprano se tendrá que reclamar y reconquistar derechos que se lograron y se consolidaron entre los años 70 y 80 del siglo pasado. La destrucción amparada en la ideología no sólo se ha cebado en países débiles per se (Chipre, España, Portugal,Italia, etc...) sino en países estructurados y fuertes como Reino Unido, Francia o Alemania (los derechos laborales, sociales y de ayuda estatal en estos países están a años luz de lo que gozaban hace 20 años). Es decir, un país dominante en la actualidad como Alemania sólo goza de buena salud si hacemos una comparación con los demás, pero no soportaría (y de lejos) con una comparación consigo misma hace unos años.
Fibrilatus.
España
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