domingo, 4 de noviembre de 2012

EL GRAN NEGOCIO (POLÍTICO) DE LA INDEPENDENCIA DE CATALUNYA



Fibrilatus envía este análisis desde Cataluña:

Capítulo 1:  El President Artur Mas
          
 Muchos nos preguntamos y nos planteamos si este conflicto de la Independencia de Catalunya responde a un pulso o enfrentamiento o también a un interés tácito de ambas partes a desarrollarlo. Sinceramente, creo que hay de las dos cosas, lo que hace al tema más triste y grave. Triste porque se crea un conflicto añadido a la difícil situación actual y grave porque vaya como vaya, las cosas no volverán a ser las mismas. El daño interno para Catalunya y para España será irreparable. Intentemos analizar el interés político de los personajes. Este primer capítulo estará dedicado al Presidente catalán.
   No cabe duda que su salida soberanista ha sido una genialidad. Ha encontrado un “proyecto” rompedor e ilusionante, que ha logrado movilizar a una amplia base social. Aprovechando la crisis, pero recogiendo más de 30 años de trabajo silencioso del catalanismo político sobre las “vejaciones y desprecios de España” (siempre se usa interesadamente  España o Madrid, nunca el Gobierno o tal partido, acentuado así la creación de un enemigo exterior), muchas reales, muchas discutibles y otras muchas simplemente inventadas. Apoyado por un poder mediático importante ( 5 canales públicos de TV, numerosa prensa escrita subvencionada con la excusa de protección y desarrollo del catalán – unos 12 millones de euros al año para esta prensa-), también por la presión de partidos claramente independentistas hasta ahora minoritarios como ERC, la irrupción de entidades asociativas sin perfil ideológico claro excepto la Independencia como la Asamblea Nacional de Catalunya (nadie sabe qué harían con Catalunya) y el Omnium Cultural (nacida como institución dedicada a la enseñanza del catalán) que se comportan como verdaderos lobbys y partidos extraparlamentarios “patrióticos”, el empresariado medio y pequeño que no ve ni puede optar a más mercado que el local, la clase media depauperizada que ve cierta salida en la supuesta mejoría presupuestaria tras dejar España, los obreros que en ello también ven la posibilidad de cierta autarquía y desarrollo local y una cantidad ingente de intelectualoides (filósofos, escritores y cantantes en lengua nativa, deportistas, tertulianos y opinadores de todo, presentadores de TV, etc….) con poco valor intrínseco para proyectarse más allá de las fronteras catalanas, se unen al coro y a la lucha. Se produce este desplazamiento sentimental y político y Mas se aferra al “mandato” de la  supermanifestación del 11/09/12 (hasta ahora despreció todas las manifestaciones multitudinarias contra los recortes, el desempleo, etc…). Así saltándose todas las leyes vigentes (empezando por la Constitución, gracias a la cuál él es Presidente, que existe Estatuto de Autonomía y le permite convocar elecciones) lanza el órdago secesionista intentando contraponer legitimidad democrática contra legitimidad jurídica y la también legitimidad democrática del Estado central. Con esto ha logrado centrar el debate en la Independencia y en la lucha contra España ocultando que no ha cumplido ninguno de sus puntos programáticos (no ha conseguido el Pacto Fiscal, no hay equilibrio presupuestario, no ha reducido la deuda -tomó el gobierno con 29000 millones de deuda y ahora tiene 42000-, no ha habido crecimiento ni ha disminuido el desempleo. Encima su liquidez está por los suelos y paga gracias al rescate de la ………….. ¡odiosa España!). Además de este objetivo de enterrar su fracaso, persigue mediante convocatoria electoral permanecer 4 nuevos años en el poder y pidiendo mayoría absoluta (con esto se saca de encima la ayuda dispensada por el PP hasta ahora, cada vez que necesita mayoría parlamentaria y, al tiempo, no precisa apoyar al PP en contrapartida en Madrid aspecto que lo erosiona y desprestigia en Catalunya). La realidad es que para llevar adelante este proyecto ya existía una mayoría parlamentaria suficiente sumando sus votos a los otros partidos soberanistas, que no hacían imprescindible unas nuevas elecciones. Por otra parte, ya con claro interés partidista, intenta dividir o ningunear a los partidos tradicionalmente independentistas que por su pequeñez y relativa implantación “no serían capaces de sumar la fuerza necesaria para esta singladura”. Pone también en un compromiso difícil al único partido de verdadera oposición de izquierdas: Iniciativa per Catalunya. Es un partido que apoya el referéndum y una eventual Independencia, pero ha sido objetivo de los más virulentos ataques de Mas: recordándoles su origen comunista, burlándose de sus planteamientos ecologistas, despreciando sus planteamientos en defensa de los derechos civiles de gays, inmigrantes, manifestantes y, sobre todo, no perdona su dura oposición al desmantelamiento de los servicios públicos, la sumisión a los intereses de la banca y grandes empresarios, su alerta permanente del auge de la pobreza y sin temor a visualizar la estafa programática de Mas. Es, de momento, la izquierda más creíble en nuestro ámbito.
          De rebote, dejará al PP envuelto en la bandera de España. Un papel clásico de defensor de la “Patria grande y común”. Seguramente le atraerá cierto porcentaje de votos, pero perderá todo el “poder condicional” que tenía en la gobernanza de Catalunya: es o era el único socio seguro de Mas para sacar adelante las leyes más duras en lo económico.
           Otra carambola que logra es anular y posiblemente llevar a la mínima expresión política al único partido que puede ser alternativa a su mayoría: el PSC (representante del PSOE). Al igual que su socio mayor del PSOE, aún está en el limbo programático. Sigue lamiéndose sus heridas después de derrotas humillantes en el ámbito nacional, municipal y autonómico. Con su líder discutido y endeble, con pesos mayores que han abandonado el partido para jugar también la carta de la independencia en otros sitios, incapaz de proponer ni una sola alternativa o idea para luchar contra la crisis, anquilosado por sus fracasos e incapaz de vender sus indudables éxitos en el gobierno tripartito de izquierdas saliente en el 2010, se juega en las elecciones el pasar a ser la tercera fuerza en Catalunya o peor. Encima, se saca de la chistera la tan manida alternativa “federalista” (que aunque representa la solución más lógica y justa) nunca ha suscitado consenso en su propio partido (dividido entre soberanistas y autonomistas) y lo que es peor: en el propio PSOE. Ni Bono, ni Alfonso Guerra, ni Felipe González, ni Rubalcaba, ni Chávez ni ningún otro capitoste han movido nunca un solo dedo en esa dirección. Peor aún: son elementos centralistas muy reacios a cualquier “singularidad territorial”. El único que veía este peligro y lo quiso evitar con el nuevo Estatuto catalán, fue Zapatero. Perdió la batalla amargamente contra ese sector importante de su propio partido, de un PP lanzado y de un Tribunal Constitucional servil. El convertir el nuevo Estatuto en un papel desnaturalizado e inútil ha sido quizás el elemento más trascendental en el auge independentista.
             Por último y no menos importante es que asumiendo la independencia (cosa que nunca nombra y llama “crear Estructuras de Estado”, “Derecho a decidir”, “desarrollo de Catalunya como Nación”…) y agitando todo el imaginario popular ha obtenido un clima interno que el historiador hispanista francés Pierre Vilar llamó el “unanimismo”: es decir, se ha impregnado todo el ambiente social y ciudadano de un análisis simplista: toda crítica o exigencia de responsabilidades y aclaraciones es inmediatamente tachado por el discurso mediático y gubernamental (también por muchos ciudadanos) de antipatriótico y desleal con los intereses nacionales. Además, más allá de una genéricas referencia a que el “camino será duro y largo”, todo lo que se expande son las cosas “buenas” de la independencia (fáciles de adivinar), pero las “malas” (creación de fronteras y aranceles con España y Europa, salida inmediata de la UE y renegociar la adhesión, salida del euro y crear moneda, quedar como país endeudado a merced de la Merkel, actitud de los grandes empresarios y multinacionales ante un mercado “restringido”, la “venganza” política, jurídica, económica o incluso militar que pueda hacer España, etc… etc…) son apenas debatidas por minorías. Salvando las distancias y la profundidad del problema, es la misma sensación que podría tener el ciudadano consciente argentino con Galtieri: ¿tengo que perdonar a Galtieri por recuperar las Malvinas? ¿Tengo que dejar de reivindicar la soberanía en las Malvinas para no favorecer a Galtieri? ¿Cómo puedo luchar por las Malvinas Argentinas y, al mismo tiempo, desenmascarar y luchar contra la dictadura?.
           El President esto lo sabe. Ha planteado el conflicto y espera sus ganancias. Como quiere mayoría absoluta él seguirá de “poli malo” con este tema y temeroso de perder los votos de los nacionalistas “tímidos” manda a su coligado Duran i Lleida a hacer el papel de “poli bueno”: rebaja el tono independentista, habla mejor de España, no carga tanto las tintas sólo en los agravios sino también en los beneficios de la unión con España ……. ¡ pero dentro de la misma coalición electoral! Así, cualquier voto emitido sea en función de la sensibilidad del ciudadano inclinado al “poli malo” o al “poli bueno” irá a parar a Artur Mas.
          De momento, Mas es rehén de todo lo creado, de sus ambiciones personales, de su interés partidista y de la presión mediática y social de organizaciones parapolíticas. Por lo tanto, sólo hay tres escenarios posibles: consigue la independencia y que sea lo que Dios quiera, fracasa estrepitosamente y pasa a la Historia como uno más que lo intentó uniéndose a los héroes de la Patria o busca una salida no maximalista, apelando al “interés del país”, “a lo posible y mejorable”, “ a evitar males mayores”, “ al riesgo grave de desaparición de lo logrado”, “a mantener la unidad del pueblo de Catalunya” y excusas similares. Las dos primeras son claras y definitivas. La tercera está en sus manos si se “agarra” al mandato legal vigente de que entre 2013 y 2014, debe necesariamente renegociarse la financiación de las Comunidades Autónomas. Las elecciones del 25 de noviembre, aclararán un poco el panorama.
           ¿Y Rajoy a qué juega? ¿Y el resto de España qué espera?. Esto lo veremos en el próximo capítulo.
Fibrilatus.
España

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Podemos decir que todos los casos que la Historia nos muestra, en que fue aplicada la division, dieron cierto ? Me parece que aun considerando los casos de la Historia, en que la division no trajo mayores consecuancias, del punto de vista teorico, la division no es la alternativa mas positiva ! De hecho, el mayor imperio de la Historia, que duró mucho mas que otros, tenia un lema y simbolo para eso: la union hace la fuerza ! Aunque algunos argumenten que por enorme, se desarmó, fue mucho mas por la mediocridad y decadencia que ocurrió, que por lo enorme !
Si Latinoamerica no se hubiese dejado engañar por los ingleses en la decada de 1800, que aplicaron el lema de dividir para gobernar, tal vez hoy...!
En España, decididamente, dadas las circunstancia hoy, no va a resultar en cosa positiva !
Lo que es curiosisimo, es que en Argentina, se notan divisiones de todo tipo. Si no existen, aparecen los que las crean ! Y lo mas curioso, es cuando son los gobernantes, los que las generan ! Como en Cataluña ! Curiosisimo !

Anónimo dijo...

La diferencia, querido anómino, es que por muchas diferencias que existan, no me consta que llegue al punto de que Santiago del Estero pida la Independencia, ni que exista una alianza entre Misiones y Corrientes en contra de Formosa ni nada por el estilo. Se comprenderá mejor todo (no sólo con el complejo fondo histórico que apoya este conflicto), sino cuando salga en breve el capítulo 2. Sea como sea, son TENSIONES NORMALES en todos los países federales que se resuelven con lealtad entre las partes y espíritu negociador, dentro de la uni´´on republicana. En España no hay esto. ¡ Es un país de estructura federalizante con un Rey como Jefe de Estado!

Fibrilatus