El blog
francés L'Espoir nos regala este brillante análisis
sobre la crisis española y su efecto contagio:
"España lentamente entra
en la noche.
Después de
más de 15 años de fuerte crecimiento, artificialmente
fundado sobre el endeudamiento y la especulación inmobiliaria, la quiebra
de España es la de una estrategia antinacional, partidaria de la división
internacional del trabajo y del crédito fácil improductivo. Privatizaciones,
flexibilidad, rigor presupuestario y apertura al mundo: la España del milagro era turística y
bancaria, bien instalada en este hueco, en un pueblo-mundo donde cualquier producción equivale a otra. La Historia económica no
hace regalos; como se dice: quien quiere
seguir al rey se convierte en su bufón. La
liberalización financiera en Europa correspondió a los intereses de una casta
mundial de los poseedores. Fue la expresión de una relación de fuerza
ideológica y no de una colaboración entre Naciones. Por encima de las leyes y
de las fronteras, los financieros jugaron. Y fue España quién perdió.
La cuenta sale cara
Consecuencia de una nueva
contracción del PIB del 2 al 3 % para 2012, la tasa de paro alcanzará
próximamente, según el presidente del gobierno, el conservador Mariano Rajoy,
la triste cifra del 24 % de la población activa del país (1). Para restablecer
su déficit público por debajo del 3 %, y luego del 0,5 %, si el tratado
relativo al Mecanismo Europeo de Estabilidad es ratificado, el gobierno anunció
un período de austeridad sin precedente; cada ministerio deberá así reducir su
presupuesto un 15 % este año (2). El ciclo infernal de los tipos de interés
prohibitivos y del reembolso mediante el rigor está en marcha según el mismo
proceso que en Grecia o que en América Latina en los años 1980, la inicua
década perdida (3).
Debilitado en todos los sectores
por un consumo átono (en otro tiempo alentado por el crédito) e incapaz de recapitalizar a sus
bancos, principales acreedores del sector público, el país está al borde del
precipicio. El precedente griego es implacable: se acerca la falta de pago.
Consecuencia de tal situación, España está expuesta a una
humillante puesta bajo tutela por la
Troica. Y
en un contexto social extremadamente tenso hecho de huelgas, manifestaciones,
expropiaciones y paro, no se descarta que los principales partidos de gobierno,
el Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) pronto se
encuentren rechazados en bloque; particularmente en beneficio de los partidos
autonómicos o independentistas. España consta de 17 comunidades autónomas desde
la constitución de 1978 cuyos particularismos más o menos fuertes se han
reforzado estos últimos años en un fondo de divergencia económica, estando
Cataluña y País Vasco entre las comunidades más ricas - un fenómeno observado también
en Bélgica o Italia.
Única defensa potencial
frente a las agresiones del comercio y de los capitales, el Estado español, ya débil,
agoniza bajo los golpes de sable de la derecha liberal que privatiza y destruye
el derecho laboral poco a poco. Sin
perspectivas ni esperanza, España es de nuevo tierra de emigración desde el
2011 con destino a Alemania, Reino Unido o América Latina.
Especialización y
concentración de la producción
España es la
cuarta potencia industrial de la zona Euro detrás de Alemania, Francia e
Italia. Confrontada a los mismos problemas que sus vecinos latinos, pero más
acentuados, su tejido económico es poco diversificado, dependiendo demasiado de
algunos sectores claves: el sector inmobiliario (el 10 % de los activos), el
turismo (el 11 % del PIB) la industria agroalimentaria, los transportes, y los
sectores aeronáuticos y bioquímicos. También cuenta algunos líderes mundiales
en las telecomunicaciones (Telefónica), la industria petrolera (Repsol YPF) y
el automóvil (Seat) (4), pero sufre de la fuerte competencia internacional en
los sectores intermediarios.
En definitiva, es como una
pequeña Francia, menos poblada (45 millones), menos productiva y mucho menos
integrada en el comercio internacional.
Pero qué no se equivoquen.
Porque no fue España sola ni
siquiera los españoles, inconscientes, como alguien dijo, los que
fallaron; sino la ilusión que la extraversión de las economías es garantía de
enriquecimiento y de progreso. ¡Oh!..
fanáticos europeos... las teorías liberales del comercio internacional omiten
considerar que las Naciones son más que simples obreros en una fábrica ; que
son realidades complejas al servicio de intereses propios, culturales e
históricos; qué sus dependencias tanto comerciales como militares amenazan
igualmente su riqueza efectiva (y no provisional, como una burbuja de precios
inmobiliarios o bancarios) y su supervivencia futura. Qué no se pisoteen en 25
años las realidades nacionales de economía heredadas de Colbert, de Friedrich
List o de Bismark, que llevaron Europa al despegue.
¿Entonces que hay que
producir? Hay que producir un
máximo. Diversificarse al resguardo de la competencia extranjera con el fin de
permitir la implantación del conocimiento, de técnicas y de empleos en el
territorio nacional. Un estado debe ser capaz de garantizar el abastecimiento
de su mercado nacional para las mercancías estratégicas, y de sustitución si es
posible, reducir su dependencia financiera a lo estrictamente necesario y poner
en común con países socios lo que le parece conforme a los intereses de sus
habitantes. La Europa de la
"competencia libre y no falseada "hace exactamente lo contrario”:
Adaptación al gran mercado, especialización, concentración, todo esto en nombre
de un beneficio relativo puesto que no se redistribuye. Necesitamos priorizar nuestro
mercado nacional en Europa. Alemania
también llegará a lo mismo.
Seguir y decaer
El descubrimiento de las
Américas, la ruta de las Indias, las colonizaciones nacidas de las revoluciones
industriales siempre correspondieron a grandes cambios estratégicos en el orden
mundial. Lo que Fernán Braudel describió como desplazamientos sucesivos de los
centros de la economía mundial(5). Primero Venecia, luego Ámsterdam, luego
Londres y por fin Nueva York... El tiempo nos demuestra hasta qué punto el
comercio no tiene piedad para los que se inclinan ante las condiciones
comerciales de otros. Ámsterdam, ante la marina inglesa, Portugal ante los
industriales ingleses en 1703 y el tratado de Méthuen, la Argentina moderna ante
los dogmatismos de primarización , La África de los años 80 y 90 ante los
gánsteres de la OMC
y del Fondo Monetario Internacional (6)
Tal es el gran engaño
propuesto por los partidarios de una "modernización" de las
economías, del mercado de trabajo, del gasto público etc : sólo ella nos
avisaría de una decadencia inevitable a escala mundial... Sin embargo, a largo
plazo siempre se produjo lo contrario.
Y siempre, queriendo
seguir el modelo o las condiciones de producción dictadas por el vecino, las Naciones decayeron, asentadas
en sus certezas "modernistas". Y luego, cuando otras reaccionaron,
después de tantos años de dependencia, supieron crecer e imponerse: la Alemania y los Estados
Unidos de finales del siglo 19, la
Europa y el Japón de los “Treinta Gloriosos”, la Corea del Sur, y todavía la Rusia , la Argentina y el
Brasil de estos 10 últimos años. Todos
ellos, cuando defendieron sus intereses y por lo tanto una producción nacional
consiguieron elevarse, a menudo protegidos por aranceles aduaneros fuertes, por
reglamentaciones pesadas y por una participación masiva del Estado, sin tomar
en consideración cualquier dogma teórico del librecambio o del monetarismo"
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