jueves, 13 de agosto de 2009

¿QUIÉN DIJO QUE LA PELOTA NO DOBLA?


Lo confieso de entrada para que no queden dudas: estoy contento por la piña que se comió TyC Sports o el Grupo Clarín que es lo mismo. Este blog ya le venía apuntando al negocio del fútbol desde marzo pasado.

El periodista que mejor retrató esta caída del muro de Berlín de las transmisiones del fútbol (como dijo la diputada Delia Bisutti) fue, a mi criterio, Juan Pablo Varsky, que escribió un artículo imperdible del que destaco algunos fragmentos:

“TyC (o Clarín o TyC Sports, quien fuera) ha hecho las cosas lo suficientemente mal durante 15 años, como para que todo el mundo los critique. No los quieren los hinchas, no los quieren los clubes, no los quieren los dirigentes. Solamente los jugadores están dentro de su negocio. Han deformado el periodismo deportivo, han tomado de rehenes a los goles, han hecho todo mal, ok...A bancársela...

Cuando uno está en ese lugar, todo le parece normal, casi natural. La restricción de los goles, los codificados, la radio por televisión. Es muy difícil registrar el afuera. Pertenecer tiene ese privilegio y esa distorsión.

Esa bronca expresa el hartazgo de ese discurso que fijó pautas de comunicación y reglas de juego durante 15 años. Hoy, esos hinchas, que son muchos, estallan de alegría. Y no les importa que la persona que haya tomado la decisión sea la misma que puso la piedra fundamental del monopolio. Hoy Grondona no es El Padrino. Es Robin Hood.

Es tal la euforia que es imposible la reflexión. Es tal el éxtasis que no importa que recordemos todos los pecados del presidente de la AFA, su perverso sistema de recaudación, acumulación, reparto y dependencia. Su manejo despótico, la sumisión de los clubes. Hoy intentar cuestionar a Grondona se parece mucho a oponerse a la declaración de la guerra de Malvinas el 2 de abril del 82 o criticar al default anunciado por Adolfo el efímero en diciembre de 2001.

Hoy no queremos entender nada. Hoy queremos festejar. Sabés lo que era para mí no tener guita para el codificado y tener que irme a un bar…Sabés lo que era tener que esperar al domingo a la noche para ver a mi equipo que había jugado el viernes. Sabés lo que era bancarme que dieran tres minutos de mi equipo. ¡Nada más que tres minutos…! No me vengas con la calidad de imagen, con el fílmico, con las transmisiones ejemplares. No me hablés del laburo de los directores, de los productores, del equipo técnico…No, hoy no. Quizás mañana venga otro monopolio. O no me guste nada la producción de los partidos. Pero hoy no me interesa nada de eso. No sé si será Canal 7, Encuentro, Telefé o Cartoon Network. No me importa. Hoy no quiero saber si realmente el Estado lo televisará por diez años o si se trata de un puente para pasarlo a otras manos privadas de viejos conocidos del medio y nuevos amigos del poder. Hoy, no. Hoy quiero ver sus caras por TV, escucharlos por radio, leerlos en el diario. Quiero divertirme con sus broncas, con sus llantos, con sus operaciones. No me vengas con que TyC Sports y TyC son cosas distintas. Son la misma basura. Se hubieran acordado antes. No me expliques el negocio del cable ni el del fútbol. No me expliques nada. Todos los que trabajan ahí son iguales. No diferencies entre el tipo que gana una fortuna y el asistente que recién arranca. Ahora jódanse

Así de radical, está el ambiente. En ese sentido, esto sí es una revolución.

Hoy no tiene sentido hablar de los asuntos pendientes: la administración de los clubes, el manejo racional del dinero, la idoneidad de los dirigentes, la seguridad en los estadios, los mismos estadios, la batalla cultural para aceptar la derrota como episodio posible, la intolerancia a los malos resultados, los barra bravas como factor de poder, el pánico que le tienen a Grondona, sus manejos en el Colegio de Árbitros y en el Tribunal de Disciplina, la falta de control sobre el manejo de los clubes, las deudas, los déficits, la reestructuración de los campeonatos, calendarios y categorías…No, hoy no. Hoy, Don Julio es rubio y de ojos celestes. Recién mañana o pasado, volverá a ser Grondona”

Y sí… Varsky… tenés razón: me tenían hasta las pelotas los Mariano Closs, los Niembro, los Macaya Marquez, el gordo patético Tití y demás integrantes de un circo ya decrépito y su monopolio de los goles codificados.

¿Será lo mío populismo incurable Lucas? Puede ser… también es posible que se deba a algo más simple: ¡El goce de ver en directo, por fin, una tocada de culo a Clarín!

Una forma de empezar a desmitificar ese halo de imbatibilidad que envuelve al todopoderoso multimedio.

En el Tucumán profundo tienen un dicho: “Hay que pegarle al chancho para que salte el dueño” En este caso fue al revés: Se le pegó al dueño de los chanchos: y salieron a defenderlo a Clarín los Cobos, Carrió, De Narváez, Macri, etc.

Pero a todos, increíblemente, se les escapó la tortuga: manda la pasión por el fútbol y no por quienes tienen un contrato.

ESTA VEZ... EL ESCLAVO SE ESCAPÓ ¿No Andrés?



1 comentario:

Anónimo dijo...

Alguna vez escribí que este gobierno me trae a la memoria la pelea de Leonards contra Hearns. Y lo reafirmo. Lo muelen a palos, lo tiene contra las cuerdas y despues saca esa piña magistral que deja absorto a todos. Un abrazo