Creo que al video que sigue nunca lo pasó la televisión argentina. Tampoco lo ví en ningún blog, lo cual me revela que el sistema mediático es efectivo a la hora de decidir que quieren que veamos o no.
Se trata de un video de colección de comienzos de junio de este año: se puede ver a el Primer Ministro ruso Putin intimando frente a las cámaras de TV al ultramillonario Rey del Aluminio Oleg Deripaska a que pagara los sueldos adeudados a 1.400 trabajadores que estaban a punto de provocar un estallido social en Pikalevo. La escena fue antológica: con absoluto desdén lo llamó con un chistido, le dio una lapicera para que firmara el acuerdo y luego se la pidió de vuelta. Deripaska, demudado.
Y se decidió que la crisis la paguen también los ricos: “Ustedes han hecho a miles de personas rehenes de sus ambiciones, falta de profesionalidad y de su burda avaricia”, recriminó hace unos días Vladimir Putin, premier ruso, a un grupo de funcionarios y hombres de negocios a las afueras de San Petersburgo. Entre ellos, se encontraba Oleg Deripaska, el “rey del aluminio”, que llegó a ser el cuarto hombre más rico del mundo y cuya fortuna se ha visto reducida, desde el estallido de la crisis, de unos 40 mil millones de dólares a poco más de cuatro mil.
El escenario de la reprimenda era la fábrica de cemento de Pikalyovo –a unos 200 kilómetros de San Petersburgo–, propiedad del poderoso grupo empresarial Bazovi Element, presidido por Deripaska. “¿Por qué todo el mundo estaba dando vueltas como cucarachas antes de que llegara? ¿Por qué nadie es capaz de tomar decisiones?”, dijo el jueves pasado Putin ante las cámaras de televisión. Debido a la falta de pedidos, la fábrica cementera y otras dos fábricas de aluminio y potasio de Pikalyovo despidieron a miles de empleados, mientras otros tantos llevan varias semanas sin cobrar. “Los trabajadores deben cobrar hoy, sin falta”, sentenció Putin desafiando con su mirada a los empresarios, que agachaban la cabeza. Además, el primer ministro obligó, en vivo y en directo, al consorcio que encabeza Deripaska y a la empresa proveedora de materiales a firmar un contrato para reanudar la producción. “¿Ha firmado Oleg Vladímirovich (Deripaska)? No veo su firma aquí. Venga, firme”, indicó y el magnate, tras ojear rápidamente el documento, estampó su firma.
Ahh… me olvidaba… después de este “incidente” nadie trató a Putin de “soberbio” ni de “autoritario”, y su imagen positiva en Rusia subió a cerca de 70 %. Fronteras adentro, Putin es para los rusos el gran símbolo del orgullo recuperado. Su figura representa, además, el ícono de la virilidad y la firmeza, del orden y la austeridad frente al caos de los '90.
Las conclusiones quedan por cuenta de ustedes.
4 comentarios:
Che pero el presidente no es Medvedev?
No te olvides que además de eso Putin no ha dudado en mandar a matar periodistas. Bueno, no hay pruebas, como con Menem.
Soberbio. Ese es el dialogo que habria que darle a todos los oligarcas chupasangre globalizados. Con su permiso voy a tratar de hacer circular esta nota entre blogs amigos.
Un saludo
Para elaguay: puede hacer circular todo lo que quiera.
Para anónimo: Putin es Primer Ministro, no Presidente. Y no dudo que Putin tiene varias zonas oscuras, para ser suave, pero el sentido de este post va por otro lado, creo.
Permiso Aldo, yo también voy a hacer circular. Esto es una joyita.
Saludos,
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