martes, 4 de agosto de 2009

ADN GARCA

Fiel a su estilo visceral y provocador, Gerardo Fernández logra que nadie permanezca indiferente con este post de colección:

“Todo lo que expresa la Rural me da nauseas, las caras que se ven en la tele y en las fotos, las poses, las botas y los tapados. Todo eso me genera un rechazo visceral.
Me causan repulsión las caras de las esposas de los oligarcas, ese gesto y hasta esa forma de sentarse prepotente. Me da asquito esa forma de hablar así como sin despegar las muelas de arriba de las de abajo bien “tipooo” Martín Revoira Lynch con un dejo garca como el que tenía Rafael Orestes Por el Orti, modulación que se logra poniendo la parte inferior de la cara en gesto constante de sonrisa mientras se habla.
La ínfula garca se manifiesta con mayor vivacidad en las mujeres porque las minas tienen niveles de crueldad muy superiores a los hombres. Los tipos tienen lo suyo, por cierto, pero no llegan a dar tanto asco como esas viejas de los palcos. El garca macho da más para boludón, mientras que la garca hembra es peor porque doblega en parasitismo al hombre. Mientras el garca vive de la vaca, ella vive de él, practicando así una novedosa fase superior de parasitismo estancieril, por eso su fiereza es mayor.

El garca argento es típico desde su sonido hasta su ropa, su mirada y su actitud altanera. Y es especial, ojo, a no confundirlo con un simple adinerado.

No no no, nada de eso. Usted podrá tener toda la plata del mundo pero jamás podrá llegar a ser garca. A ver si nos entendemos: Marcelo Tinelli nunca podrá ser garca aunque tenga muchísima más guita que varios de los copetudos que se sientan en esos palcos. El sentido garca, la piel garca, el oropel garca no se compra, se trae de la cuna.
“Las propiedades se heredan, no se compran” clamó una garqueta en los años triunfales de la revista Caras cuando cualquier plebeyo salía en esa revista mostrando su casa de fin de semana recién adquirida para solaz esparcimiento de mucamas y señoras aburridas en peluquerías de medio pelo.


No basta con tener plata para ser garca, se necesita cierto estilo y bastante abolengo. Es más ¿Sabías que hay garcas que no tienen un mango? Si si, los hay aunque suene estrambótico. Incluso te diría que quedan más de los que vos te imaginás.
Son viejas y viejos de esos que se la pasaron viviendo de rentas, alquilando esos campitos heredados -muchos de los cuales tuvieron que venderlos antes del 2002- y les quedó un piso en Recoleta, una casita en el Country y alguna guitita en el banco como para vivir ajustadamente y seguir recibiendo todas las mañanas La Nación, pero como tienen amigos del club y conservan los uniformes de ropajes caros adquiridos en tiempos de bonanza reúnen las condiciones habilitantes como para ocupar un asiento en los palcos principales de la rural y hasta en una de esas salir en el costadito de la foto.

Así como no se requiere fortuna para ser garca, sí es condición sine qua non ser bastante parásito y no servir para nada. Acá nos arrimamos peligrosamente al centro mismo del dolor patrio, a la fuente de la osteoporosis nacional.

El garca argentino nació peleado con el trabajo y no tiene instalado el software del sentido productivo porque creció viendo engordar el ganado y esperando que los novillos estuvieran terminados para venderlos. Esto marcó a fuego su esencia y su razón de ser que luego quedaría retratada en esas excursiones a Europa en esos barcos donde abajo iban las vacas y arriba esta caterva de holgazanes para los que el país era una gran estancia donde engordar hacienda que les financiara su eterna orgía parisina.
Parásitos, negreros y tremendamente explotadores
, además, del trabajo de los pobres labriegos a los que les cobraban altísimos alquileres por un pedazo de sus campos, situación de explotación morbosa que generó las condiciones para el famoso “Grito de Alcorta” que marcó el nacimiento de una Federación Agraria a la que hoy Buzzi junto a un montón de tránsfugas ha vaciado de sentido histórico, de identidad y e ideología. Porque el campesino que era víctima del maltrato garca, se diferenciaba de aquél entre otras cosas porque trabajaba la tierra y se rompía el culo arando de sol a sol, mientras en la estancia el único trabajo consistía en ver engordar las vacas.

Por eso la Rural es antes que nada ganadera, porque la ganadería es la génesis del ADN oligárquico argentino. Por eso esos toros cuya mantención es más costosa que el reboque del rostro ancianamente golpista de la Legrand. Por eso en sus palcos distinguen el olor a bosta del olor a mierda, porque en su forma de ver y oler las cosas el olor de la bosta es ni más ni menos que el aroma de la patria.
Morirán creídos que la Argentina nos los merece porque siguen sintiéndose anteriores a la república y están convencidos que son la nación misma, por eso durante décadas les resultó natural dar golpes de Estado para hacerse cargo de los Ministerios de Economía y Agricultura y Ganadería, por eso regularmente sacan sus ganancias del país dando así un testimonio incontestable de que para ellos esta tierra es sólo un gran campo en el que hay que dejar lo mínimo indispensable porque su patria verdadera está fronteras afuera”

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Se pasó Gerardo, buenísimo.

Lo único que no compartiría es el pasaje en el que diferencia un poco a las mujeres, quizá porque parece generalizar y no me cierra.
Pero es muy bueno, una descarga a tierra de tanto garcaje.

Marco dijo...

Aldo, sigo tu blog desde hace un año más o menos. Realmente me gusta. A través de tus repetidas citas también agregué en mis "favoritos" a 'Tirando al Medio' de Fernandez.

El artículo me encanta, una descripción descarnada del sentimiento de clase superior que tiene esta gente, lo cual se hace evidente en la virulencia y lo mezquino de sus reclamos.
Se puede decir que el artículo generaliza? si, sin dudas. Que parece un poco prejuicioso? quizas...pero personalmente creo que se trata de una descripción bastante fiel de estos personajes...