Creanmé que no es autobombo. No me interesa. Estoy de paso por este pueblito históricamente olvidado de Tucumán y muy pronto tendrá que reemplazarme el vecino que resultare el legítimo ganador en las elecciones pasadas. Pero desde que pisé este pueblo me impresionó el abandono de sus espacios públicos: todo deteriorado y SIN GENTE NI CHICOS en la plaza principal y mucho menos practicando deportes.
De allí que una vez que concluimos de arreglar con el Cdor. Guillermo Norry el desorden administrativo con el que me encontré, me propuse recuperar los principales espacios públicos. Y estoy muy contento: próximamente inauguraremos la refacción integral del complejo deportivo: recuperamos la cancha de básquet y la iluminamos, iluminamos la cancha de fútbol y construimos un salón multiuso con capacidad para 200 personas que podrá funcionar tanto como salón para clases de gjmnasia, para conferencias, reuniones sociales y para que por primera vez en Taco Ralo llegue el cine móvil, etc.
Pero lo que realmente me emocionó es la recuperación de la plaza del pueblo que simplemente era una suerte de terreno baldío lleno de malezas y escombros. En una primera etapa la limpiamos, pintamos, realizamos una labor de parquizado y colocamos juegos infantiles que increíblemente nunca había tenido el pueblo: los niños carecían por completo de un espacio de juegos.
¿y saben cuáles fueron los mayores descreídos en los cambios? Los propios habitantes. Me decían que no valía la pena, que la gente se robaría las flores y plantas y que destruirían los juegos infantiles. Estaban imbuidos de la cultura de la resignación y el desánimo. Habían perdido su autoestima.
Hoy puedo decir que los robos de flores son escasos y que si los juegos infantiles se rompen será por el bienvenido uso intensivo: los chicos acuden desde larga distancia (5, 10 y hasta 20 km. a la redonda en los carros tirados por caballos que se ven en la foto) para disfrutarlos. Y es la propia gente la que los cuida: hay mujeres que de motu propio acude a regar las plantas y flores y hasta están empezando a vigilar el crecimiento del césped sembrado.
Me pone feliz ver a la gente recuperando su autoestima y me obliga a seguir en este camino mientras dure mi paso por Taco Ralo, representando a la exitosa gestión del Gobernador Alperovich
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