Junto con la abdicación de Juan Carlos I, regresan los post de Fibrilatus desde España:
No sé cuánta sorpresa habrá causado allí la abdicación del
Rey de España. Aquí la esperábamos de forma inminente pero no en este momento
exacto. El momento se ha precipitado por la situación del país y, sobre todo,
por los resultados electorales recientes. Es verdad que hay motivos objetivos
del propio Rey para hacerlo: problemas claros y conocidos de salud,
desprestigio creciente, cierto toque ya de franca senectud, inminente sentencia
sobre los casos de corrupción que afectan a su familia directa, previsible
impotencia para afrontar con seguridad los tiempos que se avecinan, la edad y
experiencia ya aceptable del Príncipe, la necesidad de renovar la Institución , etc…
Sin embargo, debemos
encuadrar el hecho dentro de los movimientos políticos tras los resultados
electorales. Por un lado, ya sabemos que el próximo Parlamento Español será de
configuración muy diferente al actual. El Rey para hacer la transición a su
hijo, necesita una Ley Orgánica, que precisa a su vez de una mayoría
cualificada favorable en el Parlamento. Esto no está garantizado tras las
próximas elecciones generales: lo previsible es que PP y PSOE pierdan más aún y
exista un mayor ascenso de los partidos de izquierda y los nacionalistas. Es
decir, por un lado partidos claramente Republicanos (Izquierda Unida, Podemos,
parte del PSOE….) y por otro, partidos nacionalistas (o sea antiespañoles,
dónde la Corona
es el símbolo máximo de unidad de la
Patria ) como PNV, CiU, ERC (éstos no sólo independentistas
sino que Republicanos). Es decir, se trata de
asegurar la sucesión ahora con el mínimo debate sobre la monarquía que
jugársela a hacerlo más tarde con un debate más crispado, menos favorable y más
profundo sobre la forma del Estado.
Al tiempo, no hay que despreciar las presiones de Rajoy y de
Rubalcaba para distraer la atención sobre la situación general del país, traer
un nuevo monarca que pueda “entretener” un tiempo a la gente hasta que ellos se
reorganizan, la economía mejore o lo que sea para minimizar el impacto sobre la
futura pérdida electoral. Esto es tentador sin duda, pero ya parece que ha
salido el tiro por la culata: ¡han
despertado al nunca derrotado fervor
Republicano! Ahora pues, tendremos
que afrontar un nuevo problema y
debate (como si no fuesen miles ya): la forma de Estado de España.
El
pronóstico es sencillamente terrorífico en mi opinión: crisis económica muy
severa aún, desempleo desbocado, pérdida de soberanía económica, fiscal y
política asumida por Bruselas, debate sobre la forma de Estado, desarticulación
y pérdida de influencia de los grandes partidos estatales “con vocación de
Estado” que ostentaban amplia mayoría en una alianza tácita en lo fundamental
(política económica y social, enfrentamiento con los nacionalistas, defensa a
ultranza de la actual Constitución y desafío a la integridad territorial muy
fuerte desde Cataluña (y este blog fue de los primeros en hacerse eco, cuando
nadie hablaba de ello). Además, el desafío catalán es organizado, participativo,
seguro, argumentado (al menos superficialmente y nunca rebatido con argumentos
contrarios), exageradamente “uniforme” (tiene tintes de un cierto totalitarismo
ideológico: el que no está de acuerdo, sencillamente es
anticatalán-antipatriota), sin concesiones de momento, con vocación
imperialista (no se detendrá hasta presionar a Valencia, Islas Baleares y el
sur de Francia) intentando reconstruir los llamados Països Catalans ( es como
Hitler: no lo pararás por entregarle Austria. Invadirá Polonia y Francia y……).
Mientras los catalanes separatistas juegan sus cartas, los vascos están
agazapados para ver cómo acaba el asunto y ver si así también ellos pueden
sacar su tajada. Y esto, tal como hoy está planteado, no lo puede parar el débil
Gobierno de España. Sólo lo podrá hacer Europa una vez que le entre el miedo a la UE por conflictos territoriales
similares: Escocia en Reino Unido, Francia con los corsos, vascos y catalanes,
Italia con la Liga Norte ,
etc…etc…
Así pues, a la
hora de elucubrar y establecer posibles escenarios (siempre peligroso en
política y evolución social, partiendo de un análisis de urgencias y para abrir
debate) a mí se me ocurren 3 posibilidades:
1).- El deterioro progresivo de todo lo
expuesto “convoca a una alianza de Salvación Nacional”: El PP y el PSOE se unen
para salvar al país. Así de sencillo. Ya hay gente que lo ha insinuado (como
Felipe González) aunque no han recibido apoyos importantes. Esto podría ser una
propuesta de Merckel que agradaría a ambos partidos. Sería la única forma de
tener un reforzamiento importante a nivel estatal para enfrentarse con mayoría
cualificada a los grandes retos: sobre todo, el desafío territorial y la
defensa de la Monarquía ,
ya que en lo económico y social están en el fondo muy cercanos.
2).- Que el PSOE se decida a recuperar el
espacio perdido. Para ello, no tendría más remedio que cuestionar seriamente la
política económica y social, la oportunidad de seguir en el Euro y/o rebelarse
contra las directivas europeas, hacer concesiones fuertes al nacionalismo y
recuperar del armario la olvidada y escondida bandera republicana. Junto con
los otros partidos de izquierda en ascenso esto podría tener sólo 2
consecuencias: las élites españolas y europeas empiezan a temblar y abren la
mano para apaciguar las cosas y controlar el proceso o apelamos a la reacción y
nos pondremos en un escenario muy parecido (con lógicas diferencias pero muy
parecidas) a la situación de España de 1930: Monarquía en entredicho, crisis
importante socioeconómica, gobierno y partidos débiles, corruptos y
desprestigiados, desafío territorial…… Los resultados de esta mezcla son ya
conocidos.
3).- El Rey Felipe VI, trae bajo el brazo un “plan”:
reactivación económica, freno al deterioro social, reformas constitucionales que
aborden la renovación de las Instituciones, del rol de los partidos y la lucha
contra la corrupción y una reforma de envergadura que desactive la bomba
territorial. Esto que sería "lo más deseable", se me escapa en
estos momentos como para afirmarlo más allá de una hipótesis voluntarista.
Porque, en el fondo de todo, no está sólo la crisis. El
problema es la desorientación generalizada que existe: unos se aferran a evocar
la República ,
otros creen que la
Independencia lleva al paraíso, otros creen que se puede
implantar la asamblea permanente o la democracia directa con 47 millones de
ciudadanos, otros creen que todo se arregla “echando a todos los corruptos”,
etc.. etc.
Es decir: la crisis se hace
insoportable no sólo por ella misma sino
porque no hay proyecto ni “hoja de ruta” para salir de ella. Esto es
uno de los grandes triunfos del nacionalismo catalán: han logrado implantar en
el consciente y subconsciente de la gente que la única salida viable es
separarse de España y tirar solos. Es desgraciadamente, el único proyecto
político existente hoy en España.
Que Dios nos coja confesados.
Fibrilatus.
España.
2 comentarios:
Me parece que ya deberias dejar de lado, la tan falsa e hipocrita actitud de los 'talibanes', que piensan que 'su' verdad, es siempre 'mas' verdad, que la que ES, de verdad ! Sabes MUY bien, que las encuestas, dieron que los que no estan de acurdo con la monarquia en España, no son mas que el 30% !
O sea: MINORIA ! Pero tu inseparable tendencia de comunosta, te impide totalmente, de ejercer el equilibrio !
Y mas aun: SIEMPRE, los 'talibanes', terroristas, extremistas, comunistas...(que salen de la misma escuela), quieren mezclar desordenes y sus motivos, como una cosa sola ! Apenas para justificar, los motivos de hacer desorden !
Aldo: sali de ese desorden mental ! que poderás engañar a algunos ! Pero no a todos, el tiempo todo !
Te digo que seria mucho mas provechoso, si te ocuparas del tremendo escandalo que el 'bidu' esta provocando a la Ciudadania !
Y si reunieses Ciudadanos de buena y buenisima voluntad, para exterminar el enorme desorden que 'reina'..., harias un ENORME bien a la Patria !
Interesante comentario del Anónimo habitual. El 30% de una ciudadanía que está en contra de algo ya es más que suficiente para generar un debate y/o una inestabilidad añadida a la ya existente. ¡ Más de un partido querría tener el 30% de los votos! Del resto del texto de nuestro sagaz opinador, como siempre, no aporta nada de interés y, mucho menos novedoso. Sea el tema que sea el delirio siempre es el mismo.
Fibrilatus.
España
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