Muchos siguen hablando de Nostradamus. Se equivocan. El único que profetizó la renuncia del Papa y el arribo de uno argentino fue un cineasta italiano: Nanni Moretti, cuando en su película Habemus Papam, le puso voz de Mercedes Sosa a esta escena que no entiendo por qué en Argentina todavía no es popular:
Es más: sirve de modo inmejorable para retratar la realidad argentina de esta semana, bastante parecida a una comedia de enredos, pero en clave peronista:
1) Un Papa argentino que desempolva en pocos días el ancestral manual de la teatralidad del poder, haciendo gala de un dominio de la gestualidad y una astucia florentina como, quizás, no se veía en el Vaticano desde la época de los Borgia. Todo muy peronista.
2) Un gobierno que pasa, en pocas horas, del desconcierto inicial a una movida astuta típicamente peronista.
3) Una oposición política y mediática que, lentamente, comienza a virar del éxtasis a la indignación moral, por tener que asistir, una vez más, al "desparpajo" peronista de adjudicarse como "propio" al hasta ayer opositor cardenal Bergoglio. Todo muy republicano.
Y todo muy conveniente: El Papa Francisco acuerda con la Presidenta Cristina Fernández para neutralizar, todo lo posible, la demasiado inoportuna discusión sobre su pasado, mientras Cristina realiza una lógica, y necesaria, apuesta al futuro. Todo muy político. Todo muy peronista.
Quienes realizaron lecturas meramente principistas (como Horacio González, de Carta Abierta o el multimedios Clarín al convertirse en más papista que el Papa) perdieron de vista que la encrucijada era esencialmente política y requería una solución de esa índole. Y Bergoglio y Cristina son dos políticos profesionales, amén de tiempistas consumados.
Las partidas de ajedrez recién comienzan. Y es que el Papa juega simultáneas: con las piezas blancas en Argentina, si, pero con las negras en el Vaticano, donde el rey está jaqueado. Ganar tiempo suena buen negocio para ambos.
Mientras tanto, se reescriben los "relatos":
1) La oposición no logra articular un discurso ni una estrategia clara para obtener beneficios electorales del Papa Francisco, el que hace gala, como es lógico, de tener su propia agenda. Muy probablemente el bloque opositor político-mediático ingrese en unos pocos días en el desconcierto como ya se vislumbra en esta nota de Ricardo Kirschbaum en Clarín: "La indecorosa sobreactuación". Todo muy republicano.
2) El kirchnerismo, para evitar divisiones, amaga con derivar hacia un "relato pendular". Todo muy peronista.
1 comentario:
Lo de pendular..., si ! Es muy peronista, relamente !
Como lo fueron, todos los regimenes demagogos-populistas , que la Historia nos muestra !
Publicar un comentario