domingo, 24 de enero de 2010

ES EL DINERO, ESTÚPIDO




El fin de la influencia:

Brad Delong y Stephen Cohen son profesores de las universidades de California y Berkeley y son especialistas en “El Poder Blando” que ejerció y pretende seguir ejerciendo EEUU en el mundo. Sostienen al respecto:

Durante los últimos 30 años, EEUU propagó con bastante éxito, a él mismo y a los demás, una visión del mundo compuesta por mercados sin limitaciones y Estados relimitados: expande el ámbito de los mercados en la sociedad y reduce el alcance de otras instituciones, especialmente del gobierno. Respaldaron esa visión con dinero y, hasta que se estrelló, esta actitud estadounidense fue adoptada de buena gana por más y más personas y países por todo el planeta. El poder blando -no la potencia militar, no el dinero en sí, sino la capacidad de inspirar aceptación e imitación- era un componente vital de la dominación internacional estadounidense. Suavizaba lo abrasivo del poder militar y económico y hacía a quienes lo poseen sentirse bien.

El dinero, por supuesto, es poder. Puesto que EE UU tuvo el dinero -y lo tuvo de forma sólida, legítima, duradera y con confianza en sí- durante unos cien años, la gente de todo el mundo quería ser como los estadounidenses: exitosos, modernos, informales, eficientes, democráticos, socialmente móviles, de piernas largas, limpios, poderosos y, por supuesto, ricos.

El dinero conlleva poder para una nación, no sólo el poder para determinar, o al menos para influir, el comportamiento de otras naciones. Y cuando con el tiempo el dinero se acumula como resultado de un éxito económico real -no sólo por ingresos imprevistos provenientes de depósitos de guano o petróleo-, lleva consigo el poder para propagar, conscientemente o no, las ideas, preocupaciones, modas, normas, intereses, diversiones y modos de mostrarse y comportarse que emanan de su cultura. Estos penetran profundamente en otras culturas, así como en la propia; se convierten en parte de la vida cotidiana. Este es un poder exuberante: no es necesario ejercerlo a propósito o siquiera conscientemente, y no tiene tampoco ningún coste extra. Claramente así es como tiene que ser.

Estados Unidos será cada vez menos el origen de nuevas tendencias culturales globales. En primer lugar, porque otros tienen ahora el dinero. Pero también porque mientras EEUU sigue siendo moderna, lo moderno no es ya especialmente estadounidense; está pasando de manera muy rápida a ser semiglobal, y si no viejo, al menos muy maduro. No hay necesidad de dejar China para ver rascacielos; hay más en Shangai que en Nueva York, y son más nuevos, más altos y más atrevidos… La cultura creada por Estados Unidos y exportada por sus películas no se está esfumando; y ni siquiera está desapareciendo. Simplemente se ha hecho universal y está ahora abierta a un abanico muy ampliado de participantes.

Estados Unidos seguirá, a buen seguro, siendo líder en poder cultural, pero existe una diferencia entre esto y ejercer una dominación cultural fácil y casi inconsciente. América podría desarrollar todavía nuevas meganarrativas que sucedan al mundo de la modernidad y que capturen los corazones, miedos y anhelos del mundo. Pero no importa lo creativos que lleguen a ser sus creativos, como en las esferas del poder político y económico, es improbable que Estados Unidos siga ostentando la hegemonía culturalAcá el artículo completo.

Un ejemplo claro local de esa hegemonía del “poder blando” del neoliberalismo, a través del famoso “Consenso de Washington”, lo tenemos en la “independencia” del Banco Central como forma de limitar los gobiernos locales. Hoy casi nadie cree en tamaña pelotudez, sobre todo porque fracasó en los países centrales: hoy sabemos de lo que son capaces los banqueros cuándo son “independientes” para manejar el dinero. Y sabemos también que, cuando quiebran, es ese Estado que despreciaban al que recurren para volver a manejar dinero: la sangre vital de Wall Street.

En Argentina, a contramano del mundo, el “poder blando” del neoliberalismo de los 90 sigue vigente de la mano de multimedios, corporaciones varias, el lógico apoyo de la derecha cipaya y hasta de cierta izquierda oportunista. Tenemos al cruzado Redrado resistiendo en su “Alcázar de Toledo” de la mano de la restauración conservadora y su nostalgia de los 90 y su “consenso” (de Washington).

Mientras tanto, en el corazón del imperio, ocurre todo lo contrario. Veamos:


El derrame que no llega:

Robert Reich, profesor de la Universidad de California y ex Secretario de Trabajo de Bill Clinton, sostuvo hace unos días:

“Luego de la crisis financiera de setiembre de 2008... si bien Wall Street está otra vez en la cumbre, la vida diaria de muchos estadounidenses sigue sumida en traumas, caos y perturbaciones abrumadores.

Es habitual entre los funcionarios creer no sólo que la salud financiera de Wall Street es una condición previa para que la economía real sea próspera sino también que, cuando la primera se enriquece, la segunda necesariamente también lo hace. Pocas ficciones de la vida económica moderna son defendidas más asiduamente que la importancia fundamental de Wall Street para el bienestar del resto del país, como se demostró en 2009.

Los habitantes de la economía real dependen de la economía financiera para pedir préstamos. Pero su enorme dependencia de Wall Street es un fenómeno relativamente reciente. En la época en que los estadounidenses de clase media ganaban lo suficiente para ahorrar un porcentaje mayor de sus ingresos, se pedían dinero prestado unos a otros, sobre todo a través de los bancos locales y regionales. También lo hacían las pequeñas empresas.

Pero si 2009 demostró algo es que el rescate de Wall Street no derramó sus beneficios sobre Main Street, el mundo que habitan los trabajadores y las pequeñas empresas. El número de hipotecas impagas sigue creciendo. Las pequeñas empresas no consiguen crédito. Y las personas de todo el país al parecer tienen miedo de perder su empleo.

Wall Street es el único lugar donde fluye el dinero y suben los salarios. Los altos ejecutivos y los operadores de Wall Street pronto se repartirán 25.000 millones de dólares en bonificaciones anuales (pese a la decisión de Goldman Sachs, tomada por una cuestión de relaciones públicas, de postergar la bonificación de sus treinta principales directivos).

Demasiados estadounidenses han perdido su trabajo, sus ingresos, su casa y sus ahorros. Eso significa que la mayoría de nosotros no tendremos el poder adquisitivo necesario para comprar todos los bienes y servicios que la economía es capaz de producir. Y sin suficiente demanda, la economía no puede salir del estancamiento.

Mientras el ingreso y la riqueza sigan concentrándose en la punta de la pirámide y la gran brecha entre los que tienen más y los que tienen menos en los Estados Unidos continúe ensanchándose, la Gran Recesión no terminará, al menos no en la economía real”

A las pruebas me remito: para muchos norteamericanos hoy Detroit (sede de las tres grandes: Ford, General Motors y Chrysler) equivale a la Ground Zero. Y no se llegó a esa zona cero mágicamente, sino que se alcanzó ese resultado pacientemente, en una cuenta regresiva que parece nunca acabar. Acá puede verse la progresiva decadencia de Detroit: entre enero de 2008 a julio de 2009, la tasa de desempleo de Detroit casi se dobló, pasando de 14,8 % a 28,9 %, aunque las consultoras locales sostienen que la desocupación real pasa del 40 %.

Los argentinos lo aprendimos como siempre: con sangre en la crisis del 2001. La teoría del derrame de la copa de champagne no funciona, y menos con el dinero en manos de los banqueros.

Los norteamericanos lo están comenzando a entender y la popularidad de Obama lo está padeciendo.

No tenía alternativas: o apuntaba sus cañones a Wall Street o dejaba de ser presidente.


Obama es Chávez:


Es curioso como reaccionó el diario Ambito Financiero: Si alguna amenaza más le faltaba en este brusco comienzo de 2010 a la economía argentina, ayer se completó: Obama, casi al estilo Chávez, lanzó una profunda reforma del sistema financiero norteamericano. Incluye un límite más estricto al tamaño máximo que pueden tener los bancos. Además, Wall Street deberá decidir entre dedicarse a otorgar créditos a público y empresas, o bien dedicarse a hacer trading con bonos, acciones, commodities o cualquier activo financiero. Las dos actividades, no.

La moda es atacar a los bancos, los «villanos» del momento.

No vaya a ser cuestión de que este anuncio, que debe ser aprobado por el Congreso norteamericano, provoque un freno en la economía. Los EE.UU., más argentinizados”

Dos reflexiones:

1) Tiene su lógica que un diario dirigido a la patria financiera local (muy dependiente de Wall Street) se corporativice así cuando “atacan” a los dueños del dinero. Diríamos que es “de manual” la reacción contraria a Obama.

2) Sin embargo, lo que los desconcierta es que no ven lo que es obvio; son incapaces de reaccionar frente a lo inesperado: el fin de la hegemonía económica y cultural de los EEUU que tan bien describen Brad Delong y Stephen Cohen: el dinero dejó de estar SOLO en los EEUU. Ya no habrá “consensos de Washington” ni Redrados neoyorquinos. Es el fin de la influencia. Para Ámbito Financiero, que no sabe de sutilezas, simplemente los EEUU se “argentinizan” u Obama se disfraza de Chávez.

¿Tiempos Modernos? ¿La quimera del oro? Mas sencillo: ES EL DINERO, ESTÚPIDO.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me parece serio y muy bueno el enfoque. Sin embargo, me parece algo prematuro. USA tiene aún demasiado control en los organismos internacionales, el dólar es el referente, China tiene los bonos USA pero a cambio de no devaluar la moneda,etc.....
Empezaré a creer en el declive cuando el dólar no sea la única moneda referencia. Hay otros poderes muy importantes que aún mantendrán el tipo mucho después de la "debacle económica-financiera": uno es el poder industrial militar capaz de vender, hacer comprar y gastar a medio mundo (USA incluído) cantidades ingentes de armas y otro es el poder científico que aún es muy potente: no el autóctono sino la capacidad de atraer a la eminencia foránea (Universidades, guita,proyección internacional, colaboración en el desarrollo de multinacionales,etc...) inigualables hoy por hoy para cualquier otro polo mundial, sea China, Europa,etc.....

Fibrilatus.