YIRA YIRA

Empiezo con éste, los post de esta semana sobre las elecciones del próximo domingo en Tucumán. Ayer leía en La Gaceta: 

"El candidato a gobernador por el partido Republicano Fundacional, Luis José Bussi, cerrará mañana a las 10 su campaña proselitista con vistas a los comicios del domingo. El acto consistirá en una caminata denominada “Vivamos en Paz”, que partirá desde la Iglesia de la Merced y recorrerá el microcentro de la ciudad"

Para los que no conocen el mundillo político de esta provincia, les cuento que los hermanos Bussi (hijos del genocida) se encuentran peleados a muerte (no por cuestiones ideológicas sino pecuniarias) y se presentan ambos con la doble candidatura a gobernador y a legisladores por la capital por partidos diferentes.

En ese contexto, la casualidad hizo que me topara hoy con esa "caminata". Y la verdad que hace rato no veo algo tan triste y bizarro en la política tucumana: eran apenas unas 150 personas con globos verdes (encabezadas por el candidato y su mujer) que al son de una trompeta que entonaba marchas militares varias se detenían en las puertas de los bares del microcentro ante la total indiferencia de los clientes, los automovilistas y los paseantes. Cuando llegan a la esquina de 25 de mayo y Mendoza, un ocasional transeúte se muestra eufórico al leer el apellido Bussi en los globos y decide encararlos para pedirles un voto. Era el primero que lo hacía y se lo dan gustosos. El tipo lo agarra, lo lee bien y exclama: _ ¡Ah no... yo creía que era de Ricardito (el hermano)! ¡Y lo tira!

Era una metáfora perfecta de la decadencia del bussismo en Tucumán, y la verdad (lo confieso) no pude parar de reirme.

Me vino a la mente esta letra inolvidable de Enrique Santos Discépolo en Yira Yira:

Cuando la suerte, que es grela,

fallando y fallando

te largue parao...

Cuando estés bien en la vía,

sin rumbo, desesperao...

La indiferencia del mundo

que es sordo y es mudo

recién sentirás.

¡La pucha que vale la pena estar vivo!